martes, 5 de septiembre de 2017

"Día 37, sueña con zapatos". No es lo que soñé para Elda


 
Hace ahora dos años exactamente propuse  "Por una Feria del Calzado Eldense", se trataba de una llamada ante la pasividad del sector zapatero carente de liderazgo en Elda y comarca y la poca iniciativa de los poderes públicos (Ayuntamientos) en lo que respecta a asumir riesgos en favor de la calidad y el prestigio de la industria zapatera eldense.  Elaboré un amplio dosier con toda la documentación que pude aportar para demostrar que el camino por el que se desliza la industria en las poblaciones zapateras de la comarca con el tiempo, puede acabar por sucumbir ante el empuje de otras zonas zapateras con mayor fuerza de expansión. Desarrollé lo que debía ser un proyecto de conjunto, es decir, una serie de acciones imprescindibles que debían acometerse a la vez y con el mayor  contundencia posible. Propuse la marca "Zapatos de Elda" y la posterior denominación de origen para nuestros zapatos, cuando se produzca la normativa para productos no alimentarios. Traté de describir y culminar un buen proyecto para acometer actuaciones de acompañamiento para el calzado de mujer de alta calidad, lo que llamé la "Cátedra de Calzado del Medio Vinalopó". También propuse una alternativa en la red de internet para jóvenes emprendedores, con la creación de un portal de venta online. Pero quizás lo más llamativo y más esperado era esa "Feria", más bien exposición de zapatos de nuestra comarca para reafirmar ante el mundo nuestras señas de identidad, nuestra extraordinaria calidad y reivindicarla ante propios y extraños para que Elda y Petrer nunca perdieran la capitalidad en este tipo de calzados. Pues bien ¿que se ha hecho de todo eso?. Dos largos años escribiendo y publicando cientos de artículos que tendían, intencionadamente, a crear un clima alrededor del calzado de la comarca y que no ha servido para nada. He investigado  los índices de paro, el nivel de industrialización de nuestra comarca, los índices de crecimiento en nuestras ciudades etc., para llegar a mi propia conclusión de que algo no funciona y que a esa trayectoria había que cambiarle el paso. Creé un grupo llamado "Por una Feria de Calzado Eldense"  que supera actualmente los 5700 amigos y que es seguido y comentado en las redes sociales.....y todo eso con la esperanza de ser oídos. Pero desgraciadamente no hay más sordo que aquel que no quiere oír.
Ayer me enteré como primicia que Elda y Petrel han escenificado un plan llamado "Día 37, sueña zapatos" y con lo poco o casi nada que trasciende de esa noticia, observo que lo que se pretende es unas jornadas para "vender" zapatos (no sabemos si en un pabellón o cada uno donde pueda) y la posibilidad de celebrar unas jornadas gastronómicas con empresas colaboradoras. No seré yo el que descalifique este evento, pero como alumbrador de parte de esa idea y tras personarme en las ciudades que las han llevado a cabo podría aportar algo, sin embargo en dos años de intensa actividad en todos los medios, no he conseguido que mis planteamientos sean discutidos o rebatidos.
Creo que existe buena voluntad aunque no encuentro una explicación convincente.  Los planteamientos los hace una persona mayor, como es mi caso, pero  el mundo de las ideas no está limitado sólo a los jóvenes. Lo cierto es que en el supuesto de que alguien me hubiese preguntado, podría haber enriquecido lo que ahora se proponen hacer y que, dicho con el mayor de los respetos, no veo mucha diferencia con una "Feria Medieval", salvo que se pone a la venta zapatos y bolsos de calidad.
El shopping es precisamente lo que debe funcionar en el día a día, una agrupación de tiendas o servicios para incentivar las ventas. Pero a estas alturas eso es insuficiente para Elda y comarca, lo que yo he planteado va mucho más allá. Se trata sencilla y llanamente de una reivindicación de la comarca como cuna y origen de la fabricación de calzado femenino de alta gama y eso no se consigue con el shopping, eso requiere mucho más y puesto que ambos Ayuntamientos de Elda y Petrer se unen para poner en marcha ese mercado intermitente, aprovechen los esfuerzos, negocien con AVECAL y FICE y ofrezcan una verdadera alternativa.
Como eldense tengo el derecho y el deber de defender lo que a mi juicio es mejor para nuestra industria y, en mi caso, desde la perspectiva que me da la edad y los muchos años al servicio del sector zapatero.
"Día 37, sueña con zapatos" no es mi sueño para esta comarca.
1ª.-  A estas alturas, Elda y Petrer no pueden ni deben hacer únicamente, lo que otras poblaciones más pequeñas y con mucho menos prestigio y tradición zapatera de alta calidad, han emprendido para atraer "turismo".
2º.- Elda y Petrer deben poner en marcha una auténtica exposición con las tendencias de cada temporada en lo que respecta a calzado de señora de alta calidad y convertirlo todo eso en una fiesta del zapato de calidad, compatibilizando la venta directa si se quiere.
3º.- Para que Elda y Petrer puedan actuar en la presentación y promoción de tendencias de calzado de mujer de gama alta, es imprescindible que las instituciones y asociaciones sectoriales se impliquen, es decir, FICIA a nivel nacional y AVECAL como asociación autonómica. Sólo así nuestra comarca tendrá el refrendo necesario para marcar la moda en ese tipo de calzado.
4º La propaganda que se plantea es muy necesaria, pero esa propaganda debe ir destinada no al usuario sino al comprador profesional, es decir, si se organizan unas jornadas de lanzamiento de tendencias y están representadas todas las empresas que apuestan por esa idea, no podemos convertir ese "mercadillo" en algo para el detallista o el consumidor solamente. A Elda y Petrer lo que le interesa y precisa es el comprador profesional, desde el comerciante de cualquier provincia hasta las empresas comercializadoras  nacionales e internacionales, que interactúan entre las fábricas y el consumidor y esa es nuestra apuesta; eso es lo que nos separa de esas otras poblaciones que durante unos días ven sus calles concurridas de personas que buscan comprar un zapato a buen precio o degustar una buena cocina. Eso para nuestra comarca ya no es suficiente. Si somos capaces de atraer al comprador profesional, si revitalizamos nuestro prestigio como zapateros de alta gama, el consumidor final y con él ese anhelado turismo vendrán a la comarca como una consecuencia directa.
Lo que se plantea cada 37 días y en fines de semana es bien recibido.... "algo es algo", pero creo después de todo lo que he expuesto durante los dos últimos años se podría estudiar mejor el fondo y la forma. 
* Publicado blog Calzado de Valle de Elda 23-06-2017

domingo, 3 de septiembre de 2017

El Museo del Calzado precisa con urgencia un voluntariado



                             Vista de la Sala 1 del Museo del Calzado. La  Maquinaria
A poco que indaguemos a través de las redes sociales veremos que la mayor parte de los museos importantes  en Europa y en España especialmente, existe una labor encomiable de voluntariado llevado a cabo por expertos o simplemente por personas de buena voluntad, que deseen colaborar con una obra necesaria para la comunidad en la que viven o para la cultura en general. Pero además de los museos importantes también encontramos una labor de voluntariado en otros de carácter regional o incluso local.
El trabajo con los voluntarios es un proceso que es beneficioso tanto para el museo como para los propios voluntarios.
                           Visita guiada a exposiciones temáticas del Museo del Calzado
 En el caso de nuestro Museo del Calzado la labor del voluntario es sumamente importante y además fundamental y urgente.   
No vamos a extendernos en la situación económica por la que atraviesa el museo. Pero si decir que los fondos de los que se nutre el mantenimiento de la institución corren casi exclusivamente a cargo del Ayuntamiento de Elda, con aportaciones mínimas, a mi entender, de la Diputación de Alicante y alguna empresa privada que, dicho sea de paso, no tiene nada que ver con el calzado. En la actualidad no podemos contar con subvenciones de otro ámbito debido al recorte de otras administraciones y desgraciadamente tampoco disponemos de recursos provenientes del sector zapatero, ya sea a nivel institucional o directamente del empresariado. Pero no es el momento de analizar estos hechos y mucho menos de buscar las causas y las consecuencias. Ahora de lo que se trata es de volcar nuestra imaginación para que el Museo del Calzado funcione.
Hay cuestiones importantísimas que no admiten demora y que en la actualidad deben cubrirse con la mayor profesionalidad, me refiero a las labores propias del voluntariado: visitas guiadas, ayudas a la catalogación, al proyecto museográfico, etc..
  
                    El voluntario explica a un grupo una de las zonas del Museo del Calzado
¿Cómo se puede iniciar el voluntariado?. A mi entender hay dos caminos: el primero pasaría por coordinar con las Aulas de la Tercera Edad, la colaboración de personas mayores que hayan sido profesionales del calzado y deseen ayudar al museo de su ciudad; en segundo lugar una llamada general a todo aquel que teniendo conocimiento mínimos de la industria del calzado, coincida con el propósito que aquí se plantea.
   
                   
Sería gratificante, tanto para el voluntario como para el museo e incluso para el visitante, que personas voluntarias les diesen la bienvenida en las visitas al museo, las acompañase en sus recorridos y les explicase alguna de las secciones de la muestra. Ese "trabajo voluntario" estaría reglado y circunscrito a un horario que se establecería entre el museo y el voluntario.
Por último decir que en junio del 2000, ya se puso en marcha una experiencia parecida y las tres o cuatro personas que se involucraron en el proyecto recuerdan con cariño y satisfacción, las horas vividas en el Museo del Calzado.
* Publicado Valle de Elda, Julio de 2017

Museo del Calzado de las promesas a la nada




                

                            Panorámica del edificio del Museo del calzado de Elda
En los últimos dos años no hay personalidad que visite Elda que no hable de las intenciones de ayudar al Museo del Calzado como exponente de la industria más representativa de la provincia de Alicante. Si repasamos la hemerotecas de los diarios de información provincial y nuestro semanario Valle de Elda, observaremos que a peticiones del presidente del patronato de la Fundación Museo del Calzado y alcalde de Elda todos prometen ayudas inmediatas. Primero fue el presidente del Generalitat, más tarde el Conseller de Economía, después el rector de la Universidad de Alicante  y esta misma semana el Conseller de Educación y Cultura. Pero tenemos que afrontar la realidad y ésta no es otra que las promesas solo duran lo que dura la visita de quienes las prometen.  Nuestro museo que se supone es el "buque insignia" del sector zapatero. Que no recibe ni un solo euro de los empresarios del calzado, ni de las asociaciones que representan  al sector zapatero. Continúa estando en la UVI sin que nadie atienda las desesperadas llamadas de auxilio.
El Museo del Calzado con su presencia en la vida cultural de las ciudades zapateras, representando su pasado y tratando de marcar un camino de futuro basado en las colecciones de otras épocas, las memorias de sus industrias y su esplendoroso pasado, da la impresión de ser una institución que nadie escucha y que casi se le hace un favor al permitírsele hablar de moda, diseño, calidad.....
Llevamos años tratando de introducir en la opinión pública las cualidades del zapato de calidad, potenciando el origen y manteniendo los criterios que avalan ser uno de los sectores exportadores más importantes de España, también de mostrar al mundo el origen y zonificación de los zapatos de calidad en este país. Sin embargo hay que "mendigar" para seguir estando vivos, algo incomprensible que no solo debiera ser el orgullo del sector zapatero en España, sino que a cualquier llamada de financiación, desde la administración autonómica hasta de las empresas de la provincia, debiera ser atendidas con generosidad ya que el prestigio del calzado español no sólo proviene de las industrias, también de quienes hacen eventos permanentes para potenciar  las cualidades de nuestro zapato. Pero la realidad es bien distinta, todos coinciden en reconocer su importancia, pero nadie está dispuesto a poner los medios económicos, a excepción de las partidas aprobadas por el Ayuntamiento de Elda que tras un farragoso proceso de aprobación llegan siempre tarde. Así a la fecha de hoy, al único trabajador que tiene esta Fundación, se le adeudan más de nueve meses de sueldo,  hay una deuda contraída con la Fundación Paurides que data de hace seis años y que sigue estando pendiente de resolución, además de una catalogación en parte perdida y un sistema que la propia Consellería de Cultura lo dejó obsoleto y que es por el que se supone debe guiar la catalogación actual. Mientras.... palabras y más palabras.
Si el Museo del Calzado es una Fundación, deben ser los patronos en su conjunto los que estén dispuestos a  sufragar sus presupuestos o buscar los medios para ello y si alguien opina lo contrario o no desea colaborar, con gran dolor de corazón debe abandonar esta fundación. Si Elda quiere mantener las señas de identidad a través de su Museo del Calzado, debe seguir aportando los medios económicos que su presencia en el patronato le exige y reclamar a los demás patronos las aportaciones que solo pueden ser eximidas a los "patronos honoríficos". Un patronato está, entre otras cosas, para buscar o aportar medios económicos y hacer viable los fines de la Fundación. Mientras esto no se tenga claro, Elda seguirá sufriendo por su museo y este se verá amenazado por las presiones económicas que le impiden desarrollar sus actividades con normalidad.
* Publicado en Valle de Elda, julio 2017 

sábado, 2 de septiembre de 2017

"Zapatero a tus zapatos". Un cuento para las vacaciones



  La belleza de una obra de arte, frente a la humildad de un zapato para trabajar
Hace ya más de 25 años, en uno de mis viajes a Madrid para pasar el fin de semana y ver alguna obra de teatro, acudí a una de esas salas experimentales de teatro de innovación, creado por gente joven. Al sacar la entrada me entregaron una hoja en la que voluntariamente podía escribir un tema cualquiera  y depositarla en una caja que estaba justo al entrar a la sala. Aquello me hizo dudar, pero puesto que había acudido a ver un teatro innovador y creativo, decidí participar. En la cuartilla escribí simplemente "Zapatero a tus Zapatos". Nos aposentamos en las butacas junto con más de doscientas personas que llenaban el teatro y esperé para ver cuál sería la trama de la obra. Apareció en  el escenario un joven y explicó que la representación de esa tarde no tenía trama, ni título, ni argumento.... Se basaba exclusivamente en la creatividad de los actores y la improvisación. De las cuartillas que se habían entregado a la entrada y depositadas en una caja, se extraería una al azar y en base a las nota allí escrita se desarrollaría la obra. Naturalmente con un argumento improvisado, con la entrada de los actores en la trama  también improvisada me pareció esperpéntico y puse en duda de que esa "obra de teatro" pudiese tener algún tipo de éxito, pero estaba allí sentado y no era cuestión de poner pies en polvorosa, aguantaría estoicamente ese experimento, de hecho había acudido a ese teatro a presenciar algo diferente, pero la verdad nunca pensé que lo fuese hasta tal punto.
Con los cuatro actores en escena (dos chicos y dos chicas), subieron la caja que contenía las papeletas y la colocaron en el centro del escenario, hicieron subir a uno de los espectadores de la primera fila y ante todo el público metió la mano en la caja y sacó una papeleta. ¿Saben lo que decía la papeleta? "Zapatero a tus Zapatos". En ese momento ya tuve muy claro que el fracaso sería sonado. Desaparecieron los actores  y quedó en escena solamente uno de ellos, este dirigiéndose a los  presentes dijo que él era el responsable de una fábrica de calzados, pero también de alpargatas y que iba a relatar una historia de la que podríamos sacar una buena lección, En un lado del escenario se iluminó con una penumbra lo que podía representar una tienda de zapatos un hombre y una mujer hablaban sobre una gran confusión del fabricante al haber introducido en la caja, un zapato de mujer de tacón de aguja y una alpargata de hombre. La cuestión era que la mujer (que representaba el zapato de tacón de señora), deseaba salir inmediatamente de esa caja por sentirse vejada al estar junto a una alpargata. La mujer (el zapato de tacón) le contaba las fiestas a las que asistiría cuando lo comprasen, la envidia que generaría, con argumentos que exaltaba su vanidad, la riqueza, el mundo idílico que iba a abrirse ante sus plantas. El hombre (la alpargata) le hablaba de la humildad, de las personas que sufren por no poder tener ese calzado.  Entre ambos se produjo un acercamiento que acabó con una abrazo de reconciliación y el compromiso, del zapato de mujer, para que en su presencia sean respetados los derechos de los más necesitados, prometiendo abandonar el alarde de vanidad y haciendo de su persona (el zapato de tacón) una obra de arte por las manos del artesano que lo realizó y las otras personas que intervinieron en su elaboración para hacerlo tan sublime. La separación se produjo cuando al llegar un comprador y abrir la caja, la señorita de la tienda llamó a la fábrica para devolver ese pedido que estaba confundido. La separación del zapato de señora de tacón y la alpargata se produjo fundidos entre lágrimas y con todos los espectadores de pie aplaudiendo y, en mi caso, unido también a las lágrimas de esos zapatos a los que se les separaba para siempre.

*Publicado en Valle de Elda Agosto 2017

El Tirapié



                              
      
A muchos zapateros les sonará como un recuerdo muy lejano el uso del tirapié, pero lo que estoy completamente seguro es que la gran mayoría de nuestros jóvenes zapateros, no habrán oído hablar de este utensilio imprescindible para el montado del calzado.
                              

El tirapié es una correa (a medida) que se colocaba sobre la rodilla, normalmente la izquierda para los diestros o la derecha para los zurdos, y que sujetaba la horma del zapato para poder clavar con comodidad la planta y realizar el montado, pegado o chinchado, golpeando sobre la parte del muslo más cercana a la rodilla, asentando los montados, clavando los tacones o colocando la suela, entre otros trabajos. Esa correa sobre la que ponía el pie el zapatero de silla tenía forma helicoidal, cerrada por todas sus partes y era muy habitual encontrarla en cualquier domicilio de los antiguos zapateros. Su longitud estaba ligada a la altura del individuo que lo manejaba, o mejor dicho a la altura de la pierna del zapatero. Los había de cuero ( en la mayoría de los casos) pero también se hacía de cualquier otro material, recuerdo haber visto varios tirapiés hechos con cintas de las que se emplean para subir las persianas "americanas".
                                        

El tirapié era una herramienta entrañable. Con ella se paseaba el zapatero desde su domicilio hasta la empresa de donde recibía la tarea, también se utilizaba para sustituir el correazo que algunos padres daban como simbólicos azotes, a los revoltosos niños cuando hacían una travesura.
                                                  

No habrá habido en el ámbito zapatero un utensilio tan nuestro como el tirapié, por ese motivo son muchos los que hemos utilizado este seudónimo para escribir artículos o comentarios en prensa o revistas. También cabe recordar que en el año 1928, concretamente el día 21 de abril, Elda estrenó un nuevo periódico bajo la dirección de Francisco de Asís Crespo y Guarinos que tenía por título "El Tirapié. Periódico incoloro, inodoro e insípido", así rezaba su cabecera y del que se publicarían muy pocos ejemplares.
El nombre de "El Tirapié" es tan eldense como la propia industria del calzado, por eso ha quedado inmortalizado con el nombre de una de las calles del Polígono Industrial Finca Lacy de Elda. 

ûblicado Valle de Elda  11/08/2017