sábado, 22 de marzo de 2008

LA MAQUINA Y EL PERSONAJE (Publicado en Calzarte Septiembre 2008)

LA MAQUINA Y EL PERSONAJE


He dicho muchas veces que las piezas que se conservan en el Museo del Calzado tienen un enorme valor, en unos casos por su antigüedad, en otros por su valor artístico y en muchos por su carga emocional o valor sentimental.


Un día mi buen amigo Isidro Aguado me habló de uno de los mejores y más fieles trabajadores que había en la fábrica de su abuelo, el hombre se llamaba Lorenzo Herrero Esteban y trabajó durante cuarenta y seis años manejando una de las máquinas más complicadas del proceso de fabricación de la horma de madera, la máquina fresadora de punta y talón, se trata de una máquina muy ingeniosa y de alta tecnología para su época que admitía dos pares de hormas, fabricada por la empresa americana “Chas. E. Reed & CO.” Que estaba ubicada en la ciudad de Chicago y fue patentada en el año 1910.


La máquina tiene un palpador y cuatro cabezales de cuchillas exactamente iguales, empleando como guía un pie del mismo número y que había sido despuntado previamente. Este mecanismo, como he dicho, tenía una enorme complicación para ajustarlo a cada tipo de horma, pero el Sr. Herrero fue adquiriendo tal pericia que nadie como él para hacer trabajar dicha máquina, tal fue así que Lorenzo Herrero que había nacido con el siglo, en el año 1900, se jubiló a principios de 1966 y con él también su compañera de trabajo, la máquina de fresar, ya que no hubo en la fábrica nadie capaz de hacerla trabajar con la misma precisión, naturalmente la empresa adquirió otra máquina que hacía el mismo trabajo mucho más moderna y más rápida.


Cuando en el año 1998; Isidro Aguado decide incorporar su colección de máquinas de fabricar hormas y los demás utensilios, en el lote entró también esta “reliquia” como una de las máquinas más emblemáticas de la colección, con la fotografía tomada en los años 20 del obrero que la llevaba.


En el año 1999 y tras la inauguración del edificio del Museo del Calzado y la ubicación en el mismo de las colecciones tal y como se ven ahora, apareció un buen día, un anciano que venía acompañado por sus familiares, ese señor que estaba con total lucidez reconoció “su máquina” en cuanto la vio y también observó la fotografía en la que él mismo con escasos veinte años estaba al frente de ella, la emoción del Sr. Herrero se hizo patente con unas lágrimas que resbalaban por su rostro y tengo que reconocer que yo mismo sentí un nudo en la garganta que apenas me dejaba balbucir algunas frases por unos momentos, tras celebrar ese encuentro y contarnos Lorenzo algunas anécdotas más de su vida en la fábrica de Aguado, se prestó a fotografiarse delante de aquella máquina, ahora ya teníamos el testimonio gráfico de dos momentos, uno un obrero joven manejando la fresadora y otra un anciano emocionado y orgulloso casi abrazando a esa misma máquina ochenta años después.



José María Amat Amer

domingo, 16 de marzo de 2008

HISTORIA DE LA INDUSTRIA DE ELDA PARA GUIA DE LA CIUDAD

La ciudad de Elda inicia su transformación desde la agricultura a la industria, a mediados del siglo XIX. Es un claro ejemplo del empuje y la iniciativa de sus moradores que, ante la adversidad por la salinización de las aguas que regaban sus huertas, dirige hacia la fabricación del calzado todos su esfuerzos y la creatividad de los eldenses, hace posible que ya antes de finalizar el siglo, Elda sea conocida en el mundo como una localidad volcada al calzado de todas clases. Pero el siglo XX sería el que consagraría a la próspera Elda en un centro de moda, diseño y calidad en la fabricación del calzado, especialmente el de señora de gama media y alta.

Siempre se ha dicho que el calzado puede llegar a convertirse en un arte cuando, las manos que lo realizan, construyen una obra de diseño y calidad, en Elda estas características se unen plenamente; el calzado fabricado en la comarca goza de un merecido prestigio que ha sido ganado día a día.

Elda no solo ha marcado y marca la moda del calzado femenino de vestir de diseño y calidad, sino que desde esta ciudad se han creado todas las Instituciones que dan vida al sector zapatero y que han llegado a convertir el zapato Español en un referente dentro del competitivo mundo de la moda.

La ciudad de Elda fue la iniciadora de las Ferias del Calzado en España, en el año 1.959, que transformarían definitivamente la economía que generaba el calzado hasta esos momentos. La FICIA fue el resultado de un esfuerzo colectivo que ha servido de ejemplo en todos los movimientos económicos y que supuso también un favorable cambio en las estructuras industriales zapateras y dio un vuelco al horizonte económico del sector. Aquí se crearon las Instituciones tan prestigiosas como: Inescoop (Instituto de Investigación del calzado); el Cepex que contribuyó a potenciar el comercio entre Ferias; las Asociaciones Empresariales que comenzaron a agrupar a los empresarios en busca de una mayor competitividad; la Fundación FICIA, como ente cultural de todo el sector zapatero y por último, el Museo del Calzado que no solo es una muestra permanente de la vitalidad de la industria a lo largo de su historia, sino un referente de la cultura zapatera de España.

Elda en la actualidad ha conseguido alcanzar su mayor esplendor, como una ciudad en la que el zapato es un elemento que sobrepasa lo puramente comercial para alcanzar el rango de obra de arte; cuando se habla de moda española, la ciudad está en el punto de mira de todos.

La calidad y el diseño en zapato femenino, han consagrado a la ciudad como el punto de origen del calzado español. Elda ofrece al visitante un enorme escaparate de moda y una trayectoria envidiable que imprime un alto índice de prestigio al zapato español. Los calzado fabricados aquí son “obras de arte” para el pie femenino y la marca de fábrica y calidad, cada día toma un mayor protagonismo, por eso el futuro de nuestra industria dentro del mundo de la moda está sobradamente asegurado.

INICIO DEL MUSEO DEL CALZADO (Publicado Valle de Elda 2002)

Los últimos años de la década de los 80 (1.985 a 1990) fueron muy duros para los eldenses, las polémicas sobre la Feria Internacional del Calzado y su posible ubicación daban a la ciudad de Elda su último y definitivo carpetazo sobre un pueblo que creó, vió crecer y desarrollar uno de los movimientos económicos y comerciales como jamás había conocido el sector zapatero y que había situado a esta ciudad emprendedora en el punto de mira y centro de la vida económica del calzado. La pérdida de las Ferias iba a suponer también la pérdida de la referencia que de Elda se tenía en el mundo como sede de tan magnífica exposición.

Fue precisamente alrededor de esos años cuando en un Centro Escolar se inician de forma tímida la recopilación de enseres, maquinaria y zapatos para lo que debía ser un Museo Escolar y que en pocos años, se iría transformando en un Museo del Calzado como pocos en el mundo y orgullo de los habitantes de Elda y comarca, pero siendo esto muy importante, la verdadera importancia del Museo que se empezaba a componer en el año 1.988, sería que la ciudad zapatera del Medio Vinalopó volvía a ser otra vez lugar de referencia, en este caso cultural, que crearía unas expectativas de futuro todavía por completar.

Con un brillante Acto Cultural, en el que se presentaría además el libro "Elda y su Industria de 1850 a 1980", se inauguró el día 12 de Diciembre del año 1.992 el Museo, que ubicado en los antiguos comedores y cocinas del Instituto La Torreta, albergaba a un gran número de maquinaria, zapatos, herramientas y bibliografía que miles de personas fueron donando durante los cuatro años que duró su puesta a punto. Fue tal el éxito alcanzado que a partir de ese día las visitas se sucedían de todos los puntos de nuestra geografía y especialmente eran escolares de otras ciudades los que acudían a conocer a través de esta muestra la enorme riqueza que albergaba la industria zapatera. Nacería en estos años la Fundación Museo del Calzado cuyo Patronato es el ente oficial que marca las directrices del Museo; a mediados del año 1993 comienzan los cursos de Artesano para retomar la técnicas de los zapatos hechos a mano y para pies con deformaciones; también la presencia del Museo en la Ferias de IFA se realizarían de forma ininterrumpida; a finales de ese año 1993 se entregan los primeros diplomas de homenaje a los trabajadores de la industria del calzado en el pasado y se inicial los concursos de Calzado Artesano. En el año 1.997 Luís García Berlanga entra en contacto con el Museo y surge una corriente de amistad y simpatía que iba a beneficiar enormemente a nuestro Museo y a nuestra ciudad, ya que en ese año y el siguiente se conciben las bases de los Concursos Peridísticos y de la Mejor Calzada.
Con algo más de un año desde su inauguración ya se conoce el diseño de lo que sería la futura sede del Museo en los antiguos pabellones de FICIA. Las obras duraron casi cinco años y el día 4 de Febrero de 1.999 el Museo del Calzado de Elda pasaría a la historia tras su brillante reinauguración en el nuevo edificio de la Avenida de Chapí.

La Infanta Doña Elena inauguró el edificio y el Museo; Elda volvió a convertirse ese día en el centro de la vida del sector zapatero; la visita Real fue arropada por todas las representaciones a los más altos niveles de la vida política, social y económica de la Comunidad Valenciana y los eldenses sentimos por unas horas que volvíamos a ser los protagonistas de una industria del calzado que ya hacía años había decidido ubicar su centro de resoluciones en otro lugar.

Desde aquel Febrero el Museo no ha dejado de crecer, en fondos y en actividades, tratando no solo de ofrecer a visitante una inmensa riqueza museística en zapatos, máquinas, herramientas y obras de arte que hablan de las virtudes de una ciudad trabajadora y orgullosa de su pasado, sino que ha creado una biblioteca muy temática muy importante que sirve de centro de investigación para muchos estudiosos del sector.

Elda que es una ciudad que lo ha creado todo en el Sector Zapatero, ha creado un Museo del Calzado que se ha convertido en referencia para otros Museos en el mundo. El futuro del Museo estará ligado para siempre con el de la ciudad y ésta lo mostrará con orgullo, como una pieza más de ese puzzle que con otras Instituciones dan un brillo especial a este pueblo.

José María Amat Amer
Fundador del Museo del Calzado

EL CALZADO Y OTRAS INDUSTRIAS

Avda. de Chapí, 32
03600 ELDA (Alicante-España)
Tel. y Fax: 965383021
e-mail: info@museocalzado.com
http://www.museocalzado.com/






(PARA LA REVISTA ALBORADA ELDA 8 DE NOVIEMBRE DE 2004)


EL MUSEO DEL CALZADO Y LA DIVERSIFICACION INDUSTRIAL


La industria monocolor que existe en Elda desde que la ciudad abandonase su vocación agrícola, no es única en la geografía nacional. Si analizamos la implantación y el desarrollo de las industrias locales que se han desarrollado a partir de una actividad artesana, como es nuestro caso, observamos que la proximidad de abastecimiento de materias primas, la incorporación de mano de obra formada especializada y la propia inercia de la corriente compradora de un artículo en concreto, son factores que favorecen a la localización de una determinada actividad en un pueblo o una ciudad de pequeño o medio tamaño, y eso es lo que le ha ocurrido a Elda como le ocurre a un buen número de otros pueblos que manufacturan artículos muy específicos, por ejemplo el juguete, el textil o el turrón por citar algunos ejemplos.

Nuestro pueblo encontró un día un camino que le hizo progresar y desarrollarse como pocos y ese despertar auspiciado por las Ferias del Calzado, impartió sus beneficios en todo el sector zapatero y en toda la geografía nacional; pero los acontecimientos y las circunstancias de un determinado momento cambian, aunque solo sea por la propia inercia del progreso de la humanidad y los países en vías de desarrollo se desarrollan, los parámetros de mercado varían y el riesgo que se corre al apostar por una única actividad productiva acaba por convertirse en un problema a resolver.

¿Puede Elda llegar a diversificar su industria de fabricación de calzados?. Naturalmente que puede, eso ya lo hicieron otras ciudades dentro y fuera de nuestro país, la pregunta de difícil respuesta sería ¿en cuanto tiempo?, la implantación de nuevas actividades que absorban parte de la económica que ha generado la industria del calzado hasta ahora, es un proceso muy lento si se realiza con la sola ayuda de la iniciativa privada, es más, quizás de esa forma tengan que pasar varias generaciones para encontrar una actividad que pueda absorber los puestos de trabajo que se pierden en el calzado. Para poder cambiar el sentido tradicional de una actividad industrial como la de esta ciudad, sería totalmente necesario un empuje directo y decidido de las Administraciones Central y Autonómica, además de las propias fuerzas que puedan imprimirse desde los Municipios. No está todavía muy lejos aquella reconversión de la industria de Altos Hornos de Sagunto, no solo se absorbieron los puestos de trabajo que aquel sector dejó en el paro, sino que en muy pocos años se crearon empresas que dieron trabajo a dos veces la población desempleada, pero aquello contó con las “bendiciones” del gobierno autónomo; las Empresas que cada día acudían a la Comunidad Valenciana solicitando ayudas y suelo, fueron “desviadas” a esos Polígonos que se crearon en la zona, Sagunto, Puzol etc., así se podría solucionar un problema que ojalá no nos lleve a situaciones como las vividas en otros países, Romans en Francia o Vigevano en Italia, por citar algunos ejemplos de “despoblación industrial”, en aquellos lugares existió una fuerte industria de fabricación de calzados y con el tiempo fueron perdiendo sus empresas, aunque quizás el caso de Vigevano pueda servir de ejemplo, ya que aquella ciudad desarrolló, a partir de la del calzado, una industria potente de fabricación de maquinaria.

Hace poco tiempo, el Museo del Calzado fue invitado a la ciudad Mexicana de León, para servir de referencia en uno de los proyectos más ilusionantes que está preparando aquella “ciudad de la piel y del calzado”, con más de dos millones de habitantes dedicados al calzado y a la piel, en su totalidad. Las personas con las que nos hemos entrevistado apuestan por una ciudad en la que conviva la actividad industrial volcada al zapato, con la de servicio y turismo y para ello comienzan a preparar sus estructuras. ¿Cómo puede una ciudad zapatera, incrementar el turismo en la zona cuando no se tienen alicientes naturales o paisajísticos que sean atrayentes?, sencillamente “vendiendo” su propia imagen de ciudad zapatera. Para ello quieren contar con el “mejor Museo del Calzado del mundo” y alrededor de él crear una corriente de visitantes basada en venta directa a particulares de zapatos fabricados en la ciudad, eventos internacionales relacionados con la fabricación, marketing o cultura siempre relacionada con el calzado (las Ferias de Calzado es un factor irrenunciable), con ello potenciar las pequeñas o grandes cosas que pueda ofrecer la ciudad y que supongan un aliciente para el visitante. Todo esto que vimos en León Gto. nos reafirma la idea de que aquí el camino se empieza a recorrer en la dirección correcta.

Elda necesita potenciar y dinamizar más todavía su Museo del Calzado, como centro más atrayente de visitantes; además de todas las actividades que realiza nuestro Museo al cabo del año, con mejores medios y personal se podrían acometer otras actuaciones de mayor calado, por ejemplo una exposición permanente de zapatos de nuestras industrias con marca, esa exposición sería un reclamo para el visitante-comprador que acudiría a Elda a la busca de un determinado producto, sería sencillamente crear una Feria de Calzados de la Comarca de forma permanente, sin menoscabar las Ferias de Madrid con las que podría ser perfectamente compatible. Elda podría recuperar parte de su protagonismo Ferial perdido.

Otra iniciativa a promover y potenciar es la venta de calzados de la zona, con un lugar en el que, a forma de galerías comerciales, se expusiesen zapatos para la venta directamente de fábrica; esta propuesta en los lugares en los que se ha puesto en marcha, incluidas las existentes en esta ciudad, ha tenido un éxito importante y no solo por el hecho de vender zapatos, sino porque los posibles compradores, desplazados de muchos puntos de zonas turísticas, aprovechan la oportunidad para visitar la ciudad. Afortunadamente Elda no va a perder su industria “de la noche a la mañana”, sin embargo a largo plazo puede ver disminuida su actividad de fabricación de calzados y por ello se debe buscar con insistencia una alternativa de futuro.

La búsqueda de alternativas al calzado deben partir de la necesidad de reciclar una mano de obra acostumbrada a realizar trabajos delicados. Actualmente en España hay iniciativas que tratan de buscar emprendedores para empresas basadas en las nuevas tecnologías, tal es el caso del “Proyecto NETI”, esta iniciativa ha creado en cuatro años 33 empresas que han logrado generar 800 puestos de trabajo; desde la idea de una nueva actividad se estudia el tamaño del mercado al que se dirige, los clientes potenciales, los obstáculos legales y financieros, las inversiones a realizar y los plazos de ejecución, entre otros parámetros. Además la Fundación San Telmo con el programa “50K” actúa a la búsqueda de planes de negocio con la incorporación de nuevos emprendedores que rentabilicen determinadas empresas; por último la Fundación Altran a través de sus premios a la innovación tienen una finalidad parecida. En cualquier caso, en esta ciudad hay personas, empresarios, dispuestos a apostar por nuevas empresas que diversifiquen la industria zapatera, desde posiciones muy estudiadas y contrastadas que disminuyan el riesgo de una aventura y tengan las mayores garantías de viabilidad.

Por último añadir que el Museo es punto de referencia y debe ser el nexo de unión entre todos los colectivos del sector zapatero, que en la actualidad presentan divisiones importantes. Es posible aunar esfuerzos alrededor del Museo y de lo que ello representa, para encauzar la ciudad por un camino diferente desde el que se pueda ofrecer una serie de servicios que generen riqueza y puestos de trabajo.

Noviembre 2004

José Mª Amat Amer
Director del Museo del Calzado

MONUMENTO A LA FAMILIA ZAPATERA (Escrito con motivo de su inauguración)

MONUMENTO A LA FAMILIA ZAPATERA



Avda. de Chapí, 32
03600 ELDA (Alicante-España)
Tel. y Fax: 965383021
e-mail: info@museocalzado.com
http://www.museocalzado.com/





Elda en el año 1.840 era todavía una villa en la que sus moradores se dedicaban, en su mayor parte, a las faenas agrícolas, regando sus huertas con las aguas que bajaban por el Rio Vinalopó.

La salinización de las aguas de riego dejó a la población en la más absoluta miseria y sus moradores tuvieron que ingeniárselas para seguir trabajando.

Al principio fueron algunas familias las que se dedicaban a confeccionar zapatos, primero de niño y más adelante de hombre y mujer, para venderlos en los mercadillos de los pueblos vecinos; ahí nació el embrión de nuestra floreciente industria zapatera.

El Museo del Calzado se puso como meta hace algunos meses, realizar un homenaje permanente a aquellas familias que fueron pioneras en la confección del calzado y que de unas generaciones a otras han alimentado esta moderna industria que tenemos en la actualidad. Era necesario contemplar la figura del zapatero manual, pero también la de la aparadora y del aprendiz o aprendiza, estos últimos solían ser los hijos de aquellos, es decir, que en la casa en la que habitaba un zapatero siempre había una aparadora y los hijos bebían esa devoción, cariño y pericia como aprendices para transformarse en la siguiente generación en los zapateros y aparadoras y con ellos los demás oficios de esta industria: cortadores, almacenistas e incluso viajantes y también empresarios, ya que las fábricas de calzado en la mayor parte de los casos, se creaban con inversiones mínimas salidas del bolsillo de trabajadores de la industria tradicional que ponían más que conocimientos empresariales, mucho ardor, empeño y cariño en desarrollar un tipo de fabricación que conocían muy bien desde el punto de vista técnico.

Elda se siente orgullosa del esfuerzo de todos sus habitantes, los pioneros y los actuales, gracias a ellos se consolidó la industria actual que ha sido motor de la economía local, con esfuerzos de imaginación y empeño en buscar un futuro mejor, se crearon las Ferias del Calzado que situaron a Elda en el centro de la economía nacional del Sector Zapatero.

Los eldenses han creado siempre las más importantes extructuras organizativas y de servicios del calzado en España, aquí en Elda se creó uno de los Institutos Tecnológicos más importantes y capacitados del país, Inescop; en Elda también se creó en la década de los 60 el centro Exportador de Calzado (CEPEX); y la primera Cooperativa Empresarial de Calzado para fabricar y vender zapatos al exterior (Elda Exportadora); también nuestra ciudad fue la pionera en la creación de las Asociaciones Empresariales del Sector, primero Comarcal y después Provincial y Nacional. Pero si nos remontamos a otras épocas, industriales de nuestro pueblo fueron en 1.924 los que también promovieron la primera Asociación Patronal de fabricantes de Calzado del Valle y en momentos difíciles, en plena guerra civil, hombres de nuestra ciudad pusieron en marcha un proyecto de solidaridad llamado SICE, para continuar el trabajo en tiempos de grandes crisis. Por último ha sido obra de eldenses la promoción y puesta en marcha de nuestro magnífico Museo del Calzado.

Elda tiene todo el derecho y también la obligación de reconocer a esa “Familia Zapatera”, su sacrificio y esfuerzo, en el pasado y también en la actualidad.

En estas figuras se simbolizan los miembros de nuestras propias familias, en las que todos hemos tenido a seres queridos que han ocupado uno de los trabajos de la industria zapatera.

La idea y boceto que se gestaron en el Museo del Calzado, fueron captados de forma magistral por el escultor eldense Francisco José Maestre Pérez que transformó, esa idea, primero en una talla en barro y más tarde en resina, en unas dimensiones treinta veces inferior a la que se realizaría en la última fase para ser fundida en bronce. La obra tiene una altura de 2,40 metros y un peso total superior a los 850 Kilos.

La ciudad encabezada por el Ayuntamiento, el Museo del Calzado y las Empresas mas prestigiosas que operan en la comarca, han consteado este Monumento de homenaje y reconocimiento a la “Familia Zapatera”.

Como recuerdo de nuestros comienzos, se entregará a los visitantes ilustres a nuestra ciudad, una réplica de este Monumento que “hablará”, mejor que las palabras de nuestro esfuerzo en el trabajo.

El lugar en el que se encuentra el Monumento representa la esencia de nuestro pasado, en este espacio se levanta otro Monumento a la industria zapatera y FICIA, y el Museo Etnológico que conserva nuestras constumbres ancestrales.

El Monumento a la “Familia Zapatera” será un lugar de encuentro para todas las personas que frecuenten nuestra ciudad y para que los habitantes de Elda reconozcan el símbolo de su pasado más brillante y una zona en la que podamos retomar la ilusión por el futuro.

LOS ZAPATOS DE UN PAPA (Publicado en Fiestas Mayores 2005)

LA FIGURA DE JUAN XXIII Y SUS ZAPATOS EN EL MUSEO DE ELDA

Angelo Giuseppe Roncalli, nació el 25 de Noviembre de 1881 en el caserío Brusico de Sotto Il Monte, provincia de Bérgamo (Italia) en el seno de una humilde familia numerosa, 10 hijos, ocupando el tercer lugar en el orden de nacimientos. Fue educado en la pobreza, una condición que con frecuencia acompaña a la vida de los grandes hombres. Fue ordenado sacerdote en 1904 y celebró su primera eucaristía en la basílica de San Pedro de Roma.
A lo largo de su carrera sacerdotal ocupó diferentes cargos y es movilizado al estallar la I Guerra Mundial, en la que participa como capellán de campaña y con el grado de teniente, en esos años sus dotes de bondad y sacrificio supuso un ejemplo digno de los mayores elogios por lo que se ganó el respeto y el cariño de los soldados. Al finalizar la guerra regresa a Bérgamo y es allí en el año 1921 donde funda la “Casa del Estudiante” dirigiéndola hasta que el Papa Benedicto XV le nombra en Roma director del Consejo Nacional Italiano de la Obra de Propagación de la Fe, realizando durante cuatro años una labor excelente como organizador .
El 19 de Marzo de 1925 es Consagrado Obispo, actuando en Bulgaria de Delegado Apostólico, cargo que ocuparía en 1.934 para Grecia, después Turquía y Administrador Apostólico de Constantinopla. En los más de diez años que estuvo en aquellas tierras, se ganó la simpatía de personas incluso no católicas que detectaron inmediatamente en Roncalli, una gran bondad y comprensión hacia los más débiles. En 1.944 y recién acabada la ocupación alemana en Francia, es nombrado Nuncio Apostólico en aquel país.
En 1.953, el papa Pío XII le nombra cardenal e inmediatamente, Patriarca de Venecia.
A la muerte de Pío XII, es nombrado papa con el nombre de Juan XXIII. Este nombramiento marca un paso trascendental en la historia de la Iglesia Católica. Roncalli no era en absoluto uno de los Cardenales que sonaban para ocupar la Cátedra de Pedro, de hecho, en las primeras votaciones en el Cónclave, ni siquiera aparecía su nombre, sin embargo, tras repetidas votaciones, su nombre se fue afianzando y finalmente ante la sorpresa propia, fue elegido y en su elección, dada su humildad y enorme bondad, se pensó más que como un papa capaz de dar grandes impulsos o cambios a la Iglesia , como un Pontífice continuista y de “transición” era lo que llamarían entonces un “papa de paso”, sin embargo nada más lejos de la realidad.
Juan XXIII que fue coronado papa el día 28 de Octubre de 1.958, calzando los zapatos que están expuestos en el Museo del Calzado, demostró inmediatamente su enorme capacidad para el cambio, así a los pocos días de su proclamación, nombra por primera vez en la historia del Vaticano, cardenales a Obispos de otras razas, un Filipino, un Japonés y un Africano. Este papa no solo gobernó la Iglesia con decisión e introduciendo sustanciales cambios, sino que preparó el mayor acontecimiento llevado a cabo en los últimos siglos por un Pontífice, la puesta en marcha del Concilio Vaticano II, anunciado a los pocos meses de su elección el 25 de Enero de 1.959; gran parte de la Curia romana llegó a pensar que este Concilio podría romper la disciplina de la Iglesia ya que los grandes temas que iban a ser tratados: la unión de las iglesias, la reforma interior de la Iglesia católica y su disciplina y la adaptación del catolicismo a los tiempos modernos, eran de una enorme trascendencia y sumamente sensibles para los sentimientos de la propia curia de Roma incluso, cuando se avecinaba la muerte del papa el 30 de Junio de 1.963, se pensó que el Concilio quedaría inconcluso como ya ocurriera con el Vaticano I.

Publicó siete encíclicas, destacando en 1.961 “Mater et Magistra” con una onda preocupación por la cardinación del individuo en la sociedad moderna, y “Pacem in terris” en 1.963 donde trató las relaciones internacionales.

Juan XXIII, con el sobrenombre de “el papa bueno”, fue proclamado beato de la Iglesia Católica por el papa Juan Pablo II y en él se han reconocido varias curaciones milagrosas, sin embargo lo que todo el mundo reconoce, tanto católicos como agnósticos, es su gran calidad humana y el enorme prestigio alcanzado, a pesar de su figura mas parecida a un campesino que a un jefe de estado con las extraordinarias dotes de organización y de visión por posicionar a la Iglesia Católica en las corrientes renovadores que imponen el paso del tiempo.
Conservar hoy en el Museo del Calzado de Elda los zapatos con los que fue coronado en la Plaza de San Pedro, el día 28 de Octubre de aquel 1.958 y con los que solemnemente aperturó el Concilio Vaticano II, no solo es un enorme orgullo para nuestro sector zapatero y para la ciudad de Elda, sino que supone la llegada a nuestras Salas de la reliquia de un papa que pronto será Santo.
Los zapatos fueron solicitados al que fue su secretario personal en los últimos tiempos de su vida y hoy cancerbero del Museo Roncalli que existe en su ciudad natal, Monseñor Lori Capovila; la petición tuvo éxito y los zapatos fueron entregados solemnemente el día 13 de Octubre de 2004 en el Museo de Calzado tras un acto en el que estuvo presente el Obispo de la Diócesis de Orihuela-Alicante, D. Victorio Oliver, que fue el encargado de depositar dichos zapatos y las medias de ceremonia que los acompañaban, en la vitrina donde se conservarán para ser admirados por todas aquellas personas que, a través de estos zapatos, recordarán a uno de los papas más sobresalientes que ha tenido la Iglesia Católica.

DESARROLLO INDUSTRIAL ZAPATERO

DESARROLLO INDUSTRIAL, CREACION DE LA FICIA Y OTRAS ASOCIACIONES DEL SECTOR ZAPATERO


José María Amat Amer
Director del Museo del Calzado

La década de los años cincuenta marca para la comarca del Medio Vinalopó el punto de arranque de su desarrollo económico hacia la mecanización en la fabricación de calzados, el más importante sector de su economía local; también supone el inicio de la modernización de la industria zapatera en las comarcas del Vinalopó. Tras el final de la guerra en Europa, España sufre un aislamiento por parte de los países europeos y de Estados Unidos; la lógica privación de materias primas que padece el mundo occidental en España se agudiza y, al principio de la década, mientras los demás países reciben ayudas provenientes principalmente de EE.UU., nuestro país debe esperar algunos años; Elda, que ya antes del conflicto mundial, se ha convertido en una ciudad zapatera y cuya riqueza está fundamentada en un alto porcentaje en esta actividad, debe permanecer algún tiempo realizando esporádicas incursiones en el mercado internacional, pero especialmente es el consumo interior el que mantiene su débil economía.

La saturación de los mercados interiores es un hecho evidente. Los viajantes de la época deben competir para lograr mantener sus niveles de ventas y la diversificación de pedidos impide pensar por el momento en una industria mecanizada y competitiva; las colecciones son extraordinariamente extensas y los comercios diversifican todavía más el producto en fabricación pues el pedido medio del mercado interior ronda los 12 a 24 pares de zapatos, repartidos en el abanico de numeraciones existentes en cada tipo de fabricación; el proceso semimanual de elaboración de calzados da lugar a que las fábricas que permanecen tras la guerra civil y las que se crean en los años siguientes tengan una excesiva cantidad de mano de obra, lo que eleva el precio de venta del zapato; téngase en cuenta que en esos años, el porcentaje de mano de obra directa sobre el calzado, supera en ocasiones el 60% del producto final. Las industrias actúan todavía con sus pequeños núcleos autónomos formados por el maestro, oficial y aprendiz, que realizan su tarea con total autonomía, tanto en intensidad como en horario de trabajo. Muchas fábricas con plantillas superiores a 50 trabajadores trabajaban hasta altas horas de la noche y, como era habitual, también los sábados; eso era lo normal en la gran mayoría de fábricas y talleres de menos de 15 trabajadores, en los que la actividad era artesana y familiar. Ante esta situación no era de extrañar que las fechas de servicio se incumpliesen dando a este hecho un carácter casi de normalidad.

No obstante, Elda era, en estos años, un lugar de peregrinaje de muchas familias que llegaban a la ciudad para tratar de mejorar su nivel de vida, procedentes de zonas agrícolas en las que había escasez de recursos; sin embargo y a pesar de nuestra encorsetada industria de fabricación de calzados, en Elda los destajos suponían un nivel de salarios inalcanzable en muchos otros sectores, fundamentalmente en la agricultura. Por eso la ciudad, y con ella la comarca, crecía: de los 13.445 habitantes de 1930, se pasa a los 20.050 en 1940 y a los 20.699 diez años después; a partir de ahí la inmigración se dispara y se llega a casi 28.000 habitantes en 1960 para alcanzar y superar ampliamente los 41.000 en 1970. Esto nos da una idea clara del enorme crecimiento que tuvo que experimentar la ciudad en todo orden de cosas, infraestructuras urbanas, lugares de ocio, comercio etc.

Un acontecimiento superior a cuantos se habían producido en la primera mitad del siglo XX fue la Feria del Calzado; esta sobresaliente aportación al movimiento económico del sector en nuestra ciudad, y prácticamente de todas las ciudades zapateras de España, tuvo su punto de partida el 22 de Diciembre de 1956, en un escrito publicado en el semanario local Valle de Elda titulado “¿Elda capital del calzado español?” y firmado por el empresario eldense Óscar Santos González, que desató los deseos de salir de la situación de estancamiento en la que se encontraba nuestra industria de fabricación de calzados y alertó a todos los colectivos de la época que la saturación del mercado nacional había creado un clima de depresión del que difícilmente se saldría, si no era por medio de una Feria del Calzado, en la que el visitante pudiese contemplar toda la oferta y al que pudiesen llegar compradores extranjeros.

El 4 de Mayo de 1957, es decir, casi cinco meses después de que Óscar Santos lanzase su primer mensaje de unión ante una posible Feria del Calzado, la escritora y poetisa Carola Gonzálvez escribe en Valle “Feria de Muestras del calzado de Elda, 1958”; se trata de un bello artículo imaginativo en el que contempla la ciudad a un año vista cuando hipotéticamente se celebrase esa soñada Feria del Calzado; Carola nos describe con detalle el ambiente que se vivía en las calles de Elda, en una sencilla premonición de lo que acontecería en el año 1959 cuando de verdad se inaugurara esa anhelada Feria Local.

En Julio de ese mismo año, Eduardo Navarro sigue abundando en la idea de esa Feria del Calzado y en su artículo “Feria Nacional de Muestras del Calzado en Elda”, se aventura a señalar fechas y lugares en los que podría desarrollarse. En Agosto es el propio Alcalde de la ciudad, Joaquín Campos Fernández, quién realiza unas declaraciones solicitando la unidad de los eldenses para hacer realidad esa Feria.

En Septiembre, Alberto Navarro escribe en Valle de Elda, “Las palabras y los hechos”, un escrito reivindicativo de algunas obras pendientes de realizar en la ciudad; insiste una vez más, como ya lo hiciera en repetidas ocasiones, en la construcción de un monumento al zapatero como homenaje a todos los trabajadores de esta industria, en la formación y organización de un museo del calzado para la ciudad y también profundiza en la idea de crear una Feria del Calzado, pero Alberto sugiere además un logotipo que serviría años más tarde de primer dibujo representativo de esa Feria.

La industria del calzado, la predominante en el Valle, en el año 1958 se repartía de la siguiente manera en las zonas de la provincia de Alicante y en Almansa:47% en Elda, 29% en Elche, 13% en Villena, 11% en Petrel, 2% en Monovar y en Cocentaina, 1% en Sax y 3% Almansa, según información aparecida en Elda Creadora, revista nacida para canalizar el diseño y las aspiraciones del sector calzado y de la que no se editarían más que dos números (contiene un error ya que la suma de estos porcentajes arrojan el 108%, pero lo cierto y destacable es que en este año las poblaciones del Elda y Petrel superan la mitad de la producción alicantina de calzado y Elda figura, con diferencia, como la población que mayor cantidad de zapatos produce). Pero nuestras exportaciones están muy por debajo de lo deseable: mientras Italia exporta cinco millones y medio de pares de zapatos al año, España solamente alcanza los 15.000 pares anuales, lo que confirma la saturación del mercado nacional en estos años previos a la Feria del Calzado y la necesidad urgente e imperiosa de buscar nuevos horizontes que nos sitúen en mayores cotas de producción.

Algunos industriales de Elda acuden a diferentes exposiciones en el exterior, como la Feria del Cuero de París, a la que asiste el recién creado Grupo de Exportación del Calzado de Elda, que preside el industrial eldense José María Gran Díez; fueron catorce industriales y se contrataron tres stands; muchos visitantes y compradores de aquella feria y compradores, al ver la calidad de nuestros zapatos pensaron que se trataba de firmas italianas. La satisfacción por los contactos y los pedidos confirmados fue unánime; muchos zapateros de la zona vieron en ello la señal evidente de que EE.UU., primero, y Europa, más tarde, ansiaban diversificar sus compras en países de calidad similar a la italiana y precios más bajos. En España el consumo interno era entonces del orden de 0,8 pares por habitante y año, lo cual nos da una idea de la precariedad del consumo en relación con la producción. A la vuelta de este importante viaje, se produjeron reuniones en Madrid con el Director General de Exportación, para crear una Asociación Nacional de Exportadores de Calzado.

Al finalizar el año 1958, la situación de la industria del calzado en nuestra población ofrece un panorama sombrío: se calcula que Elda ofrecía cada temporada más de 60.000 modelos diferentes de zapatos; del 60% de ellos los pedidos eran inferiores a 100 pares por modelo; de un 20% no se solicitaba par alguno; sólo el 10% del muestrario superaba los límites de la rentabilidad; con estos datos, la debilidad de los talleres y pequeñas industrias les abocada a la desaparición a la mínima recesión en el mercado.

Cualquier noticia o rumor nacido en el exterior, era suficiente para hacer tambalear nuestro mercado; si se habla de la posibilidad de sustituir el tacón de aguja o el cubano por otro en forma de cuña que prolongue la propia suela, ya surge la preocupación en unos empresarios que, a esas alturas del siglo XX, realizaban mayoritariamente un zapato de vestir de calidad con empleo casi exclusivo del tacón alto. La industria del calzado de Elda, que había nacido con el chicarro y las series y crecido con el zapato de caballero, se dedicaba ya con escasas excepciones, a la fabricación de calzados de señora que utilizaban generalmente el tacón de aguja, una invención casi al unísono de los diseñadores Roger Vivier en Francia y Ferragamo en Italia.

Tras medio año de silencio en lo que a la Feria del Calzado respecta, escribe Eduardo Navarro, “Elda en letargo”, un llamamiento a la población para que reactive la idea de crear una Feria del Calzado para Elda. La ciudad contaba con más de cuatrocientas fábricas, algunas grandes, pero la mayoría pequeñas y medianas, con plantillas que no alcanzaban los veinte trabajadores. La saturación del mercado nacional, cada vez mayor, dificultaba las ventas e incrementaba el porcentaje de anulaciones. Aunque 1959 fue un año de pedidos fluidos, todos sabían que la situación interior tendía a agravarse.

Se acude a las Ferias del Cuero de Perú, de Utrecht en Holanda y de Nueva York; se realizan múltiples contactos y se venden zapatos en cifras muy modestas (en el certamen de N.Y., se vendieron 85.000 dólares, con una cotización de 50 pesetas por dólar). Ante las expectativas de ventas al mercado exterior y fundamentalmente al de EE.UU., los componentes de la misión comercial, dan un conjunto de normas para mejorar la exportación: 1.- Hacer ventas por grupos o por cooperativas; 2.- Reducir el número de marcas y de clases de zapatos para facilitar la compra; 3.- Tarifar con los precios más bajos; 4.- No actuar aisladamente; 5.- Realizar campañas de propaganda conjuntas con otros fabricantes.

Estudios realizados en EE.UU. desvelan que los zapatos más caros de Europa son los fabricados en España e Italia; en España (en Elda, especialmente) un par de zapatos de señora cuesta el salario de 38 horas y 59 minutos de un obrero; en Italia de 36 horas y 37 minutos; en Francia de 21 horas y en Inglaterra de 13 horas; pero los salarios españoles son inferiores a los europeos, lo que junto a la existencia de casi un 40% de trabajo sumergido permite que nuestros zapatos sean más baratos que en los países nombrados.

La primera Feria del Calzado

En Junio de 1959, la Comisión de Fiestas del Ayuntamiento de Elda, coincidiendo con las Fiestas de Septiembre, convoca el I Certamen de la Industria del Calzado en Elda: se quiere realizar un concurso de trabajos y premiar a los equipos productivos y a las empresas que hayan intervenido en la confección de los zapatos ganadores; se fijan plazos de presentación y puntuaciones a alcanzar en cada una de las fases de ejecución de los zapatos; se establecen tres premios en metálico -de 10.000, 3.000 y 2.000 pesetas-, que también recibirán las medallas de oro, plata y bronce respectivamente (los premios en metálico deberán ser repartidos en su integridad a los trabajadores componentes de los equipos productivos en cada categoría); se da cuenta de la composición del jurado y se dice textualmente que “los zapatos premiados quedarán en propiedad del Excelentísimo Ayuntamiento para la constitución de una fase que inicie el Museo del Calzado Eldense….”; el Ayuntamiento expondrá los zapatos presentados y los subastarán para obtener ingresos de cara a ulteriores concursos. Como anuncio de ese Primer Certamen, se colocaron dos grandes carteles a la entrada de Elda por Santa Bárbara y por el Reventón, en los que se podía leer “I Feria Local de Calzado” en español, inglés y francés, junto a un gran zapato de señora y el programa de festejos patronales. La firma Hijos de Sócrates de la Encarnación García de Elda, instauró también un premio, el “Cambrillón de Oro”, mantenido durante dos convocatorias, ganadas en 1959 por la firma Santos González y en 1961 por Benjamín Belmonte, con un precioso zapato de tafilete rosa con nudos (ambos se conservan en el Museo del Calzado). El empresario de tacones José Rodríguez Espinosa, aportó 25.000 pesetas para gastos de organización y premios; Rodríguez formaba parte del grupo de empresarios que se reunía a diario en la Sociedad Moto Club, entre los que se encontraban Óscar Santos y Roque Carpena, este último Concejal de Fiestas, responsable de la Feria y posterior director de todos los eventos feriales en Elda. Los derechos de inscripción para la Feria y el concurso ascendían a 200 pesetas, dando derecho a exponer cuatro modelos de señora o caballero o seis de series o chicarro; cada par suplementario costaba otras cien pesetas.

Días antes de la inauguración de la Feria, fue necesaria una convocatoria urgente de empresarios en el Cine Rex, ante la apatía existente, en la que se realizaron diversas proclamas a favor de la Feria y se solicita la presencia de grandes y pequeños fabricantes. En vísperas del Certamen, se publicó la relación de miembros del jurado del concurso. Presidido por el alcalde, también lo integraban José Mª Navarro Parra, Delegado Comarcal del Sindicato; José Mª Gran Díez, Jefe del Sindicato de la Piel; Gastón Castelló, pintor alicantino; Francisco Garach, de Granada, comerciante; Antonio Esteve Orgilés, industrial; Álvaro Carpena Martínez, modelista patronista; José Busquier González y Pedro Martínez Sala, técnicos de calzado.

La inauguración fue el 6 de septiembre, a las seis de la tarde, a cargo del Gobernador Civil. La exposición, preludio de la transformación del sector del calzado español, contó con 150 fabricantes, que expusieron 650 modelos de señora, 100 de caballero y 250 de chicarro y series; también se mostraron miniaturas, zapatos de fantasía e incluso zapatos antiguos. Al concurso concurrieron 28 pares de zapatos. El valor total de la muestra se estimó en más de 300.000 pesetas.

Las calles de la ciudad vibraban festivas en vísperas de una inauguración que presagiaba cambios importantes. A la muestra, instalada en la primera planta de las Escuelas Nacionales, acudieron unas 50.000 personas a lo largo del certamen: curiosos, comerciantes, fabricantes de dentro y fuera de la provincia, incluso extranjeros; quizás, la visita más interesante y beneficiosa en esta primera feria fue la Mr. Louis G. Feman, técnico de la Administración de Cooperación Internacional de los Estados Unidos (ICA), un estadounidense muy introducido en el mundo del calzado, y acudió acompañado de un fotógrafo de New York Times, que días después mostró al mundo entero los zapatos artesanos que se fabrican en Elda.

Tras la inauguración se procedió al fallo del concurso de los mejores zapatos presentados por los equipos productivos. Los ganadores fueron, por este orden, los pares presentados con los lemas Obsesión -fabricado por la empresa Sucesores de Ortiz-, Fantasía -presentado por Calzados Styl- y Certamen, de Vicente Antón Martínez; el Cambrillón de Oro fue para Francisco Santos González, con Osando. La entrega de premios se realizó el 8 de Septiembre, día de la Virgen de la Salud, en una verbena en los jardines de la Plaza Cautelar, engalanada con múltiples bombillas de colores; en los preliminares, se entregaron los premios periodísticos convocado para las Fiestas Mayores, otorgados a Rafael González Bautista, por “Elda la estrella de la mañana”; a Antonio Porpeta Clérigo, por “Salvia y tomillo” y a Luís Pérez, subdirector del diario Pueblo, por “Un experimento y un estilo: Elda”, junto con otros premios locales de fotografía y escaparatismo. Al final se reclamó la presencia de José Rodríguez Espinosa, mecenas e impulsor del concurso de calzado, que hizo votos para que la idea arraigase en la ciudad para bien de su industria.

La Feria, que debía clausurarse el 13 de Septiembre, fue prorrogada otro día más, dedicado a profesionales y compradores pues la masiva de afluencia de público llegado desde toda la provincia había impedido el espacio y el tiempo necesario para establecer contactos comerciales.

Hacia la conquista del mercado exterior

Al finalizar la Feria, Roque Calpena, Concejal y Presidente del Comité Organizador, expresó públicamente su agradecimiento a colaboradores como Óscar Santos, padre de la idea y aliento de la exposición, Eladio Pla Esteban, que con más voluntad que medios realizó los trabajos de carpintería, José Mª Gran, Manuel Bonete… y muchos más que colaboraron con el Ayuntamiento desde el principio.

Tras el éxito inicial, y a instancias del Sr. Feman, se planteó la necesidad de asistir a la próxima Feria de Chicago; este improvisado padrino de nuestra industria, se llevó para EE.UU. ochenta muestras elegidas por él mismo, para tratar de abrir un mercado americano hasta entonces totalmente volcado con Italia. Feman aconsejó acudir a Chicago conjuntamente, con un solo eslogan - “Elda spanich shoes capital”- y un cartel anunciador en el que figuraban las banderas de Estados Unidos y España y la frase “Comes to América”. Mr. Feman fue contratado por los empresarios españoles para organizar su presencia en Chicago y otras plazas estadounidenses, potenciando visitas de clientes de aquel país y abriendo al calzado español las difíciles puertas del mercado americano. Roque Calpena y Oscar Santos viajaron a Chicago con 600 modelos presentados en la Feria: se vendieron más de 100.000 pares y, lo que es más importante, se contactó con firmas americanas poseedoras de más de mil tiendas repartidas por toda la Unión, algunas tan importantes como General Company, A.S. Berk o Shoe Coporation of America. El mercado americano, totalmente diferente del europeo y del nacional, obligaba a cambios en la producción: numeración diferente, medios números, al menos un par de anchos por número... Sin embargo, todo se asumía con gusto pues los pedidos venían por miles sin apenas variar el modelaje, lo que suponía para los industriales una notable ventaja. También se pudo observar que el zapato español era comparable a sus homólogos italianos, alemanes o franceses, pero a unos precios muy beneficiosos.

El 12 de Noviembre, en el cine Cervantes, se reunión a los industriales para informarles sobre el mercado estadounidense, sus ventajas y la forma introducirse en él; se dictaron normas muy concretas y se nombraron varias comisiones de trabajo –una por cada tipo de calzado, es decir, señora, caballero, series y chicarro- que analizarían tanto los problemas de calidad a superar como las numeraciones a aplicar. La Feria de Chicago marcó, de alguna forma, el despertar de la exportación generalizada; José Mª Gran Diez, Jefe Provincial del Sindicato de la Piel, viajó a Madrid acompañado de un grupo de fabricantes eldenses para reunirse con los responsables de la Comisión Nacional de Productividad y acordar ayudas que fortaleciesen la industria local de cara a modernizar tecnológicamente tanto a la industria del calzado como a la auxiliar; se hablo de crear un laboratorio de análisis de materiales en Elda y de organizar cursos de formación, que capacitasen a los jóvenes hijos de industriales para aplicar técnicas racionales y modernas que incrementasen la productividad.

Los primeros contactos con Norteamérica y las halagüeñas previsiones de futuro que Mr. Feman se encargaba de transmitir entre los fabricantes, incentivaron la búsqueda de nuevas fórmulas que canalizasen la venta de calzado al exterior. Una de ellas fue la Cooperativa de la Industria del calzado (C.I.C.), o Elda Exportadora como se le llamó desde el principio; un grupo de ocho personas encabezadas por José Mª Gran, se encargó de fomentar la asociación de los fabricantes a ella, con reuniones en el Cine Cervantes en las que se explicó la idea y se crearon comisiones, como la de propaganda o la de estatutos. La Cooperativa tenía como fin fomentar las ventas exteriores y su articulado incluía desde el ingreso como cooperativista a cuestiones de formación, pasando por requisitos curiosos como la obligación de todo cooperativista de comunicar con tiempo suficiente la cantidad de producción que se comprometía a realizar, a fin de cuantificar las ventas, distribuyendo los pedidos entre las empresas inscritas; algo tan complejo desde nuestro conocimiento actual, era posible en unos años de recesión casi permanente y sin apenas contactos exteriores, dada la gran tarta que suponía el mercado estadounidense. En Febrero, la cooperativa contaba con más de 250 fabricantes, más del 80% de los censados en Elda, que pagaban una cuota de 10.000 pesetas por empresa asociada.

Desde hacía varios meses, venía funcionando en Elda otro grupo, la Sociedad Exportadora de Calzado S.A., que trataba de abrirse camino en el mundo de la exportación con la marca Goyescas; los socios eran prácticamente los mismos que acometerían más tarde la cooperativa Elda Exportadora; ambas sociedades contaban con sedes sociales, la primera en Dahellos 8, y la segunda en Jardines, encima del Banco Popular actual, donde prepararon las colecciones que iban a enviar a la Feria de Francfort, otro éxito del calzado eldense.

Tras el éxito del primer certamen eldense, comenzaron los preparativos para repetir la experiencia. Hubo que vencer problemas, como la legalización de la próxima Feria, pues el Ministerio de Comercio había advertido que cualquier Feria que no contase con los permisos necesarios podrá considerarse como ilegal. Se propuso la fórmula del Patronato para legalizarla. Dicho Patronato, constituido por el Ayuntamiento de Elda, lo presidió el Alcalde, Antonio Porta, y lo componían: José Mª Gran -en representación del Sindicato de la Piel-, José Mª Navarro Parra -Delegado de Sindicatos-, Francisco Cremades -por Elda Exportadora-, Antonio Belmar - por la Sociedad Exportadora de Calzados S.A.- y los industriales Fernando Obrador, Luís Juan Tendero, Vda. de Antonio Juan Busquier, José Mª Alarcón, Álvaro Carpena y Oscar Santos a título personal. Fruto de sus gestiones, el 10 de Junio de 1960, la Dirección Comercial de Expansión Comercial del Ministerio de Economía resuelve autorizar la I Feria de Muestras Monográfica del Calzado e Industrias Afines, en la ciudad de Elda.

El Patronato empezó a organizar la Feria de Septiembre, creando comisiones de trabajo. En esta nueva edición se utilizarán 7.900 m2 del recinto de las Escuelas, 1.400 m2 en el propio edificio y 6.500 m2 en el patio, en stands de cuatro m2 para cada firma de la industria auxiliar. En Julio se lanzan las bases del I Certamen Provincial de Calzado, ampliando a la provincia de Alicante la convocatoria del Concurso de zapatos. Nuevas firmas aportaron fondos para los premios; a Hijo de Sócrates de la Encarnación, que ya repetía por segundo año, se sumaron otras industrias auxiliares -Verdú Hermanos, Norberto Navarro S.A., Diego Bonal, Iniciativas Crespo- y la Caja de Ahorros del Sureste. En los días previos a la inauguración de la I Feria Nacional del Calzado e Industrias Afines, el trabajo en el recinto era frenético: carpinteros, pintores, empapeladores, albañiles, electricistas… todos querían llegar a tiempo de la inauguración, aunque al terminar la Feria todo debía volver a su lugar para que los alumnos iniciasen las clases.

Se imprimieron folletos, se publicaron el jurado del concurso y la composición del Patronato de la Feria, con presencia de todos los dirigentes sindicales, civiles, económicos y políticos del momento. El martes 6 de Septiembre, el Director General de Expansión Comercial del Ministerio de Comercio, inauguraba la I Feria Nacional del Calzado e Industrias Afines; tras el recorrido por el recinto y los discursos, se ofreció un vino de honor a los asistentes en la Plaza Castelar . En la exposición se encontraban presentes 282 expositores –163 de ellos de Elda, sólo 41 de Elche- con más de 12.000 modelos diferentes. Una novedad de esta Feria fue la presentación de los planos del futuro edificio ferial, diseñados por el arquitecto alicantino Miguel López, a construir en un lugar de Elda aún por determinar. La clausura de la Feria y Exposición de zapatos premiados la presidió el gobernador civil el 14 de Septiembre, tras visitar el recinto más de 50.000 personas. Las ventas ascendieron a 25 millones de pesetas, 13 en maquinaria y 12 en zapatos; con estos resultados, la euforia se desataba, casi todos los expositores formalizaban sus reservas para el siguiente año y los organizadores afirmaban que “por fin Elda estaba encontrado su camino”.

Era necesario un nuevo permiso para la Feria de 1961, por lo que el gobernador civil, el alcalde y el secretario general de la I Feria se desplazaron a Madrid para solicitarlo al Ministerio de Comercio, que lo concedió sin problemas. La nueva edición incluía como novedad un concurso periodístico sobre la importancia de las ferias de muestras y especialmente sobre la trascendencia de las celebradas en Elda.

En 1960 se siguió asistiendo a ferias internacionales: 127 firmas acuden a Londres, con zapatos competitivos y una calidad similar a nuestros competidores europeos; Elda Exportadora acudió a la de Chicago donde, gracias a la gestión del Sr. Feman se apalabraron más de doscientos mil pares de zapatos y se contactó con múltiples compañías importadoras; además, se consiguió liberalizar la importación de maquinaria extranjera para la fabricación de calzado –salvo las de aparar- sin costes adicionales arancelarios.

La empresa “Felipe Peñataro Sanchís y Hno”, fue declarada Empresa Modelo por el Ministerio de Trabajo; la empresa, creada en 1930, no sólo realizaba calzado de niño de calidad –marca Vite- sino una labor social digna de encomio, que incluía desde otorgar facilidades para la formación a los aprendices que carecían del Certificado de Estudios Primarios hasta la construcción de viviendas sociales para los trabajadores de rentas más bajas, además de cumplir todas las leyes laborales del momento.

Para acelerar la construcción del nuevo edificio ferial, el Ayuntamiento y el Patronato decidieron hacerlo en los terrenos de El Parque, el campo de fútbol de propiedad municipal, tratando de lograr su inauguración en 1963; para ello era necesario adquirir suelo para el nuevo estadio y otros terrenos y edificaciones colindantes que permitan alcanzar la superficie necesaria, lo que se logró pese a la oposición inicial de algún vecino.

Mientras se siguió utilizando el recinto de las Escuelas Nacionales, que ya se había quedado pequeño para los casi quinientos expositores anunciados, algunos llegados de otras áreas zapateras, como los menorquines agrupados bajo el eslogan “Calzados de Menorca”. La falta de plazas hoteleras de la ciudad se vence con llamamientos a la colaboración ciudadana para ofrecer alojamiento. Se necesitan trabajadores para el recinto, decoradores para las vitrinas, intérpretes que hagan más fáciles las comunicaciones entre clientes y fabricantes. Se vuelve a convocar el Concurso Provincial de Calzado, por tercer año consecutivo. Se fija un precio de entrada al recinto de diez pesetas, que reduzca la masificación anterior. El 2 de septiembre se inauguró la II Feria Nacional del Calzado e Industrias Afines, que ya fue clausurada por el Ministro de Comercio, Sr. Ullastres.

Los industriales de Elda y Petrel siguen asistiendo a Ferias en Europa y América (Dusseldorf, Miami, Londres y Chicago) con resultados cada vez más espectaculares.

Desde principios de 1962 se trabaja en la III Feria, ya internacional como afirma el cartel anunciador expuesto en el Casino Eldense. El zapato español se valora cada vez más, mientras llegan nuevos compradores de agencias americanas que afirman su satisfacción. Sin embargo, sólo dos años después de iniciarse, ya comienzan los escritos insinuando el traslado de la feria a Madrid, con la pronta y enérgica réplica de los eldenses.

La petición española de ingreso en el Mercado Común Europeo intranquilizó al sector zapatero eldense, pues un requisito para ello era la eliminación total de tasas arancelarias o compensatorias y el libre comercio interno, aunque también se piensa que ello facilitará las ventas exteriores, pues los costes salariales eran inferiores a los de Italia, Alemania, Inglaterra o Francia. El Plan de Desarrollo Económico, que estaba siendo discutido entonces tiempo, plantea la reconversión de la industria zapatera, anunciándose dos mil millones de pesetas para el sector -en cuatro años- que permitan invertir en maquinaria y utillaje, modernizar la industria, mejorar la productividad, abaratar los costos e incrementar la competencia. Entonces, la industria española de maquinaria de calzado carecía de una tecnología punta similar a las de Alemania, Inglaterra e Italia, por lo que era inevitable una importación masiva de tecnología. En la década de los sesenta, las fábricas de Elda y Petrel empiezan a racionalizar su trabajo: desaparecen los carros de madera; se instalan las cadenas de fabricación; se inician los cronometrajes que permiten obtener tablas salariales, que valoren a priori el coste del trabajo directo; todo ello creó un descontento generalizado, pues el trabajador no estaba acostumbrado a estos métodos, ni siquiera al trabajo fuera de la silla, pero en pocos años se alcanzaron los parámetros de los países más avanzados en fabricación. El nuevo Plan de Desarrollo calculó exportar ocho millones de pares de zapatos al año (hoy sólo se alcanza el millón y medio).

En la III Feria desaparece definitivamente el concurso de calzado y sólo se presta atención al aspecto comercial: “Elda está de moda” en los mercados americanos, por lo que se suprime aquello que distraiga la atención de los compradores, ofreciendo solamente calzado de temporada y novedades de la industria auxiliar. A nuestro juicio, la pérdida del concurso mermó el prestigio de la industria española, pues se premiaba al calzado de calidad y el estilo y calidad de los diseños.

A final de 1962 el Banco de Crédito Industrial destacó a Elda Exportadora como empresa ejemplar; agrupaba 126 empresas, la mayoría de dimensiones modestas, con una media de 18 trabajadores cada una. Sus exportaciones se habían incrementado espectacularmente:

Países
Pares exportados
Año 1960
Año 1961
EE.UU.
7.000
145.000
Gran Bretaña
22.000
80.000
Alemania
650
7.000

La Feria había ayudado sin duda a cuadruplicar la exportación de calzado español, que en 1962 ya superó los tres millones de pares.

Año
Pares exportados
1958
493.000
1959
874.000
1960
1.133.711
1961
2.413.911

La IV Feria Internacional de Calzado y Afines, de 1963 se inauguró con casi trescientos expositores y la edición del Diario de la FICIA; el resultado fue espectacular, con pedidos que en algún caso superaban los trescientos mil pares y con la visita de Mr. F.W. Woolwort, propietario de más de 3.000 tiendas en EE.UU.

La obra del nuevo recinto ferial, con un presupuesto de 25 millones de pesetas, se adjudicó en Febrero de 1964 a Fomento de la Construcción. El 1 de marzo, al finalizar el último partido en el viejo Campo de Fútbol de El Parque, se inició la demolición; quedó una explanada de 11.456 m2, a los que se sumaron otros 680 m2 de casas y terrenos colindantes.

El 12 de Septiembre, se inaugura la V FICIA ya en el nuevo recinto, construido en 153 días: era un cuadrilátero de 5.000 m2 de planta y dos alturas; adjunto a él, otro de tres plantas –de las nueve que fija el proyecto final-, que aloja los servicios de la Feria (Correos y telégrafos, prensa, etc.) Concurren 297 firmas de 11 países y 15 provincias españolas, con más de veinte mil modelos de zapatos, 742 máquinas de última tecnología, 76 stands de curtidos y 30 de productos auxiliares. La concurrencia extranjera es muy alta –más de doscientas firmas sólo el primer día- y adquiere la mayoría de los 484.000 pares vendidos. El diario de la FICIA anuncia la creación de un Museo del Calzado, haciendo un llamamiento a ceder zapatos y objetos a la Feria, este intento resultaría infructuoso.

En 1964 España produce ya 44,9 millones de pares; según el Ministro de Comercio, el calzado es el segundo producto en las exportaciones del país y se prevé que alcance el primer lugar.

En 1965 se intentó crear el Círculo Industrial y Mercantil de Elda, con la inscripción de unos treinta destacados empresarios de la ciudad, sin éxito. Tampoco lo tuvo durante mucho tiempo la revista Calzado Español, creada para potenciar la moda española del calzado, que publicó varios números. En el seno de la FICIA se creó el grupo de Exportadores-Expositores, con 52 miembros iniciales.

Desde la inauguración de la primera Feria, las exportaciones de calzado español siguieron un camino ascendente:

Año Millones de pesetas
1959 76,9
1960 99,77
1961 212,00
1962 370,00
1963 353,00
1964 555,00

Pese a las cifras, los expedientes de crisis eran numerosos en una comarca donde –según un informe de la Delegación Comarcal de Sindicatos- la mitad de empresas legalizadas cuenta con sólo dos obreros, lo que indica una extendida economía sumergida. La crisis que padecen las pequeñas empresas es atribuible a la pobreza y mala preparación de esos talleres semiclandestinos, pero también al encarecimiento de materiales, el menor consumo del mercado interior y los problemas financieros. Mientras, el Plan de Desarrollo prevé aplicarse a empresas con una plantilla mínima de 25 trabajadores, la exportación sigue creciendo, Elda recibe a los más importantes importadores americanos de calzado y se instala en la ciudad una fábrica de guantes de golf –cuya producción se vendía íntegramente en EE.UU.-, que supuso una frustrada oportunidad de diversificación industrial. La VI Feria volvió a ser un éxito de ventas al exterior, aunque disminuyeron las nacionales.

El Centro Promotor de Exportaciones de la FICIA (CEPEX), departamento creado por FICIA para intervenir directamente en los mercados zapateros del mundo enviando muestrarios y misiones comerciales, inició su labor en 1966. Entonces, todas las iniciativas en los asuntos zapateros partían de Elda. Así, el 28 de febrero de 1967, en una reunión de empresarios en el Cine Rex, se intenta constituir la Agrupación Comarcal de Fabricantes de Calzado, que no será realidad hasta 1970.

El VII y el VIII certamen de FICIA incrementaron tanto el número de expositores (399 y 487 respectivamente) como los modelos expuestos (más de treinta mil en 1967), y recibieron la visita de grandes clientes como Thomas Middlenton o Joseph Stern. La edición de 1967 fue inaugurada y clausurada por distintos ministros. El incremento expositores hacia pensar en ampliar el recinto.

En 1968 la Feria se desdobló, con un certamen en Marzo -para la temporada de otoño-invierno- y otro en Septiembre; como el desdoblamiento no estaba autorizado oficialmente, se inauguraba la de Septiembre y se clausuraba la de Marzo. Además, se presentó el proyecto de nuevo edificio, situado junto al de oficinas y servicios, para albergar el CEPEX y sus exposiciones permanentes e instalar en los bajos un restaurante cafetería.

Con vientos de crisis comienzan las divisiones internas

En 1969 –aunque aumentaban los expositores- comenzaron los conflictos internos. Villena y Elche crearon sendos grupos de exportación ajenos a FICIA, en clara competencia con CEPEX. En Elche, el grupo EXEL creó una oficina permanente de exposiciones, aunque se disolvió pronto por falta de subvenciones y apoyo. En la edición de Septiembre, con 655 expositores, algunos fabricantes protestan ante el Comité Ejecutivo y denuncian en carta abierta el trato discriminatorio que sufren a la hora de contratar los espacios y la información preferencial a algunos medios.

Una noticia preocupante fue la de la posible aprobación en EE.UU. de una ley que limitaba la importación de calzado del exterior, para frenar el deterioro de su industria nacional. La temida Ley Mills -nombre del senador que la promovió- llegó a ser aprobada aunque fue vetada por el Presidente.

La ampliación del recinto se inauguró en el certamen de marzo de 1970; los 20.000 m2 de la calle Rosales duplicaban la superficie expositiva. Por entonces se trabajaba en un centro de Calificación de Calidades, antecedente de lo que en 1971 sería INESCOOP (años más tarde INESCOP), que sufrió la oposición de la propia Agrupación de Fabricantes, constituida en Julio de 1970, que consideraba que el afán de protagonismo de FICIA podía dar lugar a duplicidades de servicios.

La FICIA de septiembre de 1970, inaugurada por el Ministro de Comercio, se abrió en el seno de una crisis naciente motivada por la baja cotización del dólar, la saturación del mercado nacional y las noticias sobre la aprobación de la Ley Mills en EE.UU. (que reducía las exportaciones al nivel de 1967 y 1969). Al certamen de Marzo de 1971 se le denominó la Feria de la esperanza, pero el incremento de expositores no supuso mejores resultados para un sector en crisis; entre los problemas destacan, los empresarios de las Islas Baleares que intentaron exponer en un marco ajeno a FICIA y por otra parte se inicia una guerra comercial entre EE.UU. y el Mercado Común Europeo

El certamen de Septiembre de 1971 fue el de los Homenajes, por los realizados a los fundadores de FICIA y a los alcaldes de las ciudades zapateras; asimismo, se entregaron los premios al primer concurso de Modelistas-Patronistas, convocado por una empresa de artículos para el calzado. FICIA publicó unos resultados esperanzadores pero la Agrupación de Fabricantes los cuestionó, generándose una confrontación entre las dos instituciones. Hubo llamamientos a la unidad ante aquellas primeras divergencias; Valle de Elda publicó un dibujo humorístico, “Todos en la misma nave”, recordando que todos formaban parte de la dotación del barco.

Aunque no crecen las ventas, en el certamen de Marzo de 1972 se expone maquinaria –hasta entonces sólo se hacía en los de septiembre- y se anuncia la aparición de la revista Modapiel, que recoge líneas de diseño surgidas en FICIA; también se creó Selecmoda, una exposición de las tendencias de cada temporada y los materiales de las industrias conexas, que contó con cincuenta stands en la primera edición. La crisis se evidencia en la FICIA de Septiembre. Muchos fabricantes exponen fuera del recinto ferial, en hoteles o en sus propias fábricas y almacenes, dentro y fuera de Elda, desviando clientes y causando preocupación y polémica. Se producen cierres de empresas, temporales o definitivos, casi a diarios, el pesimismo crece y algunos creen que “Elda está al borde del colapso”. En medio de esta crisis, el Colegio de Peritos e Ingenieros Técnicos de la Provincia de Alicante ofrece un homenaje a la industria y un monumento que se levantó en la plaza Sagasta.

Elda cuenta con 45.157 habitantes según el padrón de 1972, pero el incremento demográfico no supone una mayor cantidad de trabajo en la ciudad, ya que la crisis es profunda y los debates sobre causas y soluciones llegan a las Cortes, que otorgan ayudas para paliar una situación que se deteriora por días. Mientras, los ataques a FICIA se suceden desde distintas zonas zapateras, que cuestionan su carácter de feria única del sector y aluden a falta de infraestructura hotelera y problemas de comunicación. Los industriales ven dificultada su asistencia a ferias como Dusseldorf porque España no pertenece ni a la Comunidad Europea ni a la EFTA, lo que obliga a exponer en hoteles. Además, el gobierno americano denuncia dumping y establece una tasa compensatoria del 3%.

La gravedad de la crisis es tal que, según la prensa de la época, en 19 meses se han cerrado 1.708 fábricas de calzados en todo el país, es decir, el 60% de las que habían en 1970, la mayor parte en la provincia de Alicante con una incidencia muy alta en Elda; pero el cierre de empresas propiciaba la apertura de otras más pequeñas y semiclandestinas. Algunas empresas americanas devuelven partidas eldenses por falta de calidad, lo que obligó a reavivar la figura del controlador de calidad, impuesto por las comerciales extranjeras. En medio de tanta incertidumbre, uno de los viajantes más notorios de CEPEX crea UNIDIS S.A., con fines similares a aquel.

En Marzo de 1974, FICIA llama a la participación, pero los resultados indican que el bache actual es mayor de lo esperado; en aquella edición se colocó la primera piedra testimonial de lo que será el Museo del Calzado, en un stand en el que se podía leer: “Museo del Calzado – Fase Inicial”. Ese mismo verano se inicia los estudios para la reestructuración del sector, analizando el tamaño adecuado de las industrias y las ayudas necesarias para la mecanización.

La creación de la Asociación Provincial de Fabricantes de Calzado, presidida por el eldense Manuel Bonilla, supuso el enfrentamiento entre FICIA y los empresarios respecto a la representación del sector. En 1977, se constituye en Madrid la Federación de Industriales del Calzado Español (FICE), presidida por el Sr. Bonilla, al que sustituiría Vicente Antón en los tumultuosos meses de fin de año. La tensión crece. FICE pretende mayor control en la organización de las ferias de Elda. También ese año se disuelve la Cooperativa INESCOOP y se transforma en Asociación de Investigación (INESCOP). A la feria de Nueva York, CEPEX y FICE acuden separadas; el director general de esta última, Miguel Ángel Guzmán, declaró que “la feria había sido un desastre”.

En el verano de 1977, Elda, que ya alcanza los 50.931 habitantes, vive la mayor huelga zapatera de su historia, con la creación del Movimiento Asambleario, que paraliza la industria y con ella la ciudad. La huelga, que duró 13 días, acabó con un laudo de obligado cumplimiento y sus consecuencias dejaron una profunda huella en la economía de la ciudad. Días después, el certamen de Septiembre de 1977 comenzó con malos augurios y acabó con 142 millones de ventas menos que el año anterior. Mientras, FICE comienza a organizar exposiciones y ferias fuera de Elda y declara que eso es bueno para el sector y así seguirá haciéndolo.

En 1978 la ciudad y FICIA son sorprendidas con la mala noticia de que el Ministerio autoriza a realizar dos ferias de calzado, una en Madrid y otra en Palma de Mallorca, dada la falta de infraestructuras hoteleras y de servicios de Elda. FICE, lógicamente, estaba detrás de esta autorización. Las luchas entre las dos instituciones arreciaron, pese al respaldo de todas las fuerzas vivas de la ciudad a FICIA, que anuncia para 1979 la celebración de cuatro certámenes en Elda (dos de calzado y dos de conexas).

En 1978, con la primera huelga en el sector del curtido, nuestra sufrida industria vuelve a pasar momentos de auténtico pánico, aunque al final se aprobó una rebaja arancelaria de las pieles del 50%, que llegaba tarde; a ello se unen nuevas tasas aduaneras en EE.UU. (que pasan del 0,91% al 2,27% y las tasas compensatorias del 1,30 al 1,90%). Muchos empresarios eldenses mantienen una actitud de rebeldía ante la Seguridad Social y dejan de ingresar las cuotas empresariales, planteando nuevos y serios reveses para la industria local.

En 1980 los trabajadores de FICIA recurren a la huelga ante la situación de incertidumbre por la que atraviesan, con varios incidentes entre UGT y el equipo dirigente de FICIA. Mientras, se inauguraba la primera Feria de Madrid, en el Hotel Meliá, con muy pocos expositores de Elda, pero con gran éxito de público: era el final de Elda como sede ferial única del calzado. Un acuerdo entre Valiente (presidente de FICE) y Obrador (de FICIA) permitió realizar nuevas ferias en Madrid de la mano de FICIA; pero el desacuerdo en el seno de FICE hace que, a través de IFEMA, se convoque unilateralmente otra muestra en Madrid y se reactive la guerra de las ferias. La desautorización de una feria en Madrid es achacada a Roque Calpena, por su calidad de senador, por lo que FICE solicitó su dimisión; al mismo tiempo se plantea la dimisión de la Asociación de Fabricantes de Elda, en desacuerdo con FICE Madrid. Finalmente la feria madrileña se realizó, esfumándose las esperanzas de recuperar el protagonismo de Elda, pese a la movilización general. Se empieza a barajar la posibilidad de crear un pabellón ferial en Alicante. Todos se movilizan y el Ayuntamiento de Elda recibe la propuesta de un comité ciudadano en defensa de la FICIA.

Mientras tanto la situación de la industria eldense obligó a medidas con carácter inmediato: abaratar los costes de fabricación, reducir aranceles de pieles y maquinaria, incentivar la financiación, buscar nuevas vías de comercialización y mejorar la calidad y el diseño por encima de cualquier otro parámetro. Además, el Mercado Común quería imponer tasas arancelarias a los zapatos de España, Rumania y Checoslovaquia; esta medida proteccionista suponía una amenaza para los fabricantes de Elda, por el mayor precio de su calzado. Se planteó un polígono de Preferente Calificación Industrial que ayudase a la diversificación de la industria zapatera local.

Los años setenta supusieron una crisis de grandes proporciones para la industria eldense, posiblemente la mayor de todo el siglo XX. Es cierto que se incrementó la exportación de calzado y la mecanización de la industria; pero también que la limitación de créditos que impuso la banca española a las empresas acabó por asfixiar a las más débiles de nuestra ciudad, que la saturación del mercado nacional se hizo evidente, que la falta de calidad de algunas fábricas y la imprecisión de algunos servicios frenaron la escalada de ventas al mercado americano, que se incrementaron el proteccionismo y las restricciones; los paros temporales y los cierres definitivos fueron inevitables, aunque en años sucesivos se recuperaron las ventas a EE.UU. y se fortaleció el mercado europeo, permitiendo mejorar la situación. Sin embargo, el enfrentamiento entre instituciones del sector obligó, en la década siguiente, a la desaparición de la Feria de Elda.

Elda, ciudad de servicios

El calzado siguió siendo la actividad económica fundamental de Elda durante los años sesenta y setenta, pero los servicios fueron incrementando su participación tanto en ingresos como en empleo, especialmente entre los más jóvenes, las mujeres y las personas de mayor nivel académico. Mientras tanto, el retroceso de las actividades agrarias llegó a ser casi absoluto y la construcción siempre se relacionó con el crecimiento demográfico y la evolución de la industria.

Muy avanzados los años sesenta, la ciudad añoraba una huerta que reforzase la economía local y fuese capaz de generar empleo. El Grupo Sindical de Colonización, creado en 1951, trató de mejorar el abastecimiento de agua para el regadío y solicitó créditos para ello, como el concedido por la Caja de Ahorros de Novelda; en 1967 se puso en marcha el último tramo para la traída de aguas de Villena para el riego de la huerta, con un caudal de 120 litros por segundo.

También el municipio buscaba solucionar el problema del agua potable domiciliaria; en marzo de 1963 se consiguió gracias a la llegada del agua de los pozos de Salinas a un depósito de 2.800 litros en el llano de San Crispín, que permitirá incluso abastecer a todos los pisos de los edificios altos que se construían, junto con el depósito existente en el Alto de San Miguel, quedaría completado el abastecimiento de agua a Elda con la puesta en marcha en el año 1.979 de un depósito en el paraje de la “Casa Cortés”, en término de Petrer. En cuanto a otros problemas relacionados con el agua, en la década de los sesenta ya se inició el expediente de canalización del Vinalopó que permitiría, además, rescatar unos espacios que se habían convertido en almacén de desechos, plástico y suciedad; sin embargo, no se lograría hasta muchos años después, con un proyecto iniciado en 1976. La depuración de las aguas y la construcción de la red de alcantarillado también fue tarea de décadas, culminada conjuntamente para Elda y Petrer con la construcción de una depuradora a finales de los setenta.

El trabajo en la construcción, que en Elda supuso la llegada de numerosos inmigrantes y el trabajo temporal de cuadrillas forasteras, se centró tanto en el aumento de la obra pública como en la edificación de nuevas viviendas y fábricas. La apertura de la calle Dahellos, nuevos barrios como el de Luis Batllés, las Trescientas, San Francisco o Almafrá, junto con el levantamiento en el centro de la ciudad de grandes edificios singulares como los denominados Elda, Monumental, Dos de Mayo, Ernes o San Cristóbal, supusieron una ingente cantidad de trabajo para este importante sector económico, que también construyó numerosos espacios fabriles en aquellos años.

La construcción del estado del bienestar

El desarrollo de servicios ligados a la educación, la sanidad y la cultura, notable en la Elda de aquellos años, supuso también la consolidación de importantes sectores laborales en la ciudad.

La generalización de la enseñanza a todos los niveles estuvo acompañada de un incremento notable del empleo vinculado a la educación. Durante estos años surgieron nuevos centros de la enseñanza primaria, con construcción tanto de colegios públicos –Virgen de la Salud, Seráfico, aulas en San Francisco y las Trescientas...- como privados –el Santa Teresa de las Hermanas Carmelitas, o la Sagrada Familia, regida bastante tiempo por los Jesuitas, aunque construido gracias a la iniciativa de la Asociación de Padres de Familia, además de algunas academias menores-, que ayudaron a paliar el fuerte déficit de plazas escolares que se padecía. La educación secundaria surgió también en esta época, aunque algunas iniciativas particulares paliaban en parte las insuficiencias; fue fundamental la inauguración del I.N.E.M. “Azorín”, concedido conjuntamente a Elda y Petrel, capaz de impartir bachillerato completo, al que se unió al año siguiente la Escuela de Maestría Industrial de la Melva, que impartía formación profesional; a finales de los setenta, la oferta pública se acrecentó con la Escuela Sindical de Formación Profesional de La Torreta –un enorme edificio que preveía hasta residencia de estudiantes para alumnos llegados de todo el país- y el nuevo instituto “El Monastil”.

También surgieron algunas iniciativas de carácter universitario o equivalente, como el Instituto de Ciencias Sociales “Ramiro Ledesma”, la primera escuela de graduados sociales de la provincia y origen de la actual Escuela de Relaciones Laborales, que comenzó a impartir clase en 1962. También, a finales de los setenta, se instala una sede permanente del centro regional de la UNED de Elche, dedicada inicialmente a información y matrícula; mientras, se iniciaban las gestiones para crear una Escuela Oficial de Música. Una década antes, en el centro Sagrada Familia, se creó una Escuela de Mandos Intermedios para técnicos y administrativos, dirigido a los trabajadores de la comarca.

En cuanto a iniciativas de carácter cultural, de todo tipo, que tuvieron mucho mayor impacto cualitativo en el tejido social de la ciudad aunque no tantas posibilidades laborales, cabría destacar la puesta en marcha de salas de exposiciones –como el aula cultural de la Caja de Ahorros del Sureste, de 1960, la sala de arte de la Caja de Ahorros Provincial de Alicante o la sala de arte Sorolla, una iniciativa particular en 1974- y el nacimiento de numerosos cines, algunos de ellos como el Rex y el Lis, vinculados a distintas actividades culturales, como la proyección de filmes de arte y ensayo o la celebración de reuniones diversas; otros cines de Petrer, como el Goya, el Aguado o el Capri, situados junto al límite con Elda, muy lejos del centro urbano vecino, surgieron también gracias a la expansión urbana del área de La Frontera. Nacieron o se desarrollaron entidades que fomentaron la vida social local, como el Centro Excursionista Eldense –que en su Ciudad Deportiva creó uno de los centros deportivos mayores de la provincia-, un Club de Campo que incentivó la práctica de deportes como el tenis o el frontón o un Moto Club, que acabó vinculado a actividades internas de sus socios. Durante algunos años, desde 1959 a 1964, funcionó la emisora Radio Elda, vinculada a la parroquia de la Inmaculada. Se incrementaron también los espacios deportivos, especialmente con la construcción del estadio municipal, y los templos religiosos, con cuatro parroquias católicas y los primeros locales de otras confesiones.

La sanidad también se convirtió en un nuevo sector de creciente peso económico, incrementándose con fuerza el empleo y mejorándose muchas de las insuficiencias en el servicio. La atención primaria pública, surgida en los pequeños ambulatorios de las calles Porvenir y de los Gíles, dieron paso al nuevo ambulatorio de la Seguridad Social de la calle Padre Manjón, de cinco plantas, inaugurado en 1966; en 1976 ya se anunció la construcción de nuevos ambulatorios tanto en Elda como en Petrel. También el viejo hospital municipal, regentado por las Hermanas Carmelitas, aunque continuó siendo claramente insuficiente, fue mejorado con una sala de partos, la que se llamó Sanatorio Quirúrgico Maternal, realizándose llamamientos a la ciudadanía para acudir al mismo, en una ciudad donde hasta los años sesenta lo habitual era que los bebés naciesen en casa, con asistencia de comadrona y médico de cabecera. Hasta surgieron clínicas privadas, como la “Virgen de la Salud”, que disponía de múltiples servicios y moderno material. Hubo que esperar a finales de los años setenta para poder disponer de un servicio permanente de urgencias para Elda-Petrer o para contar con un centro de atención a disminuidos psíquicos que, construido de forma mancomunada por varios municipios, fue inaugurado en febrero de 1979. Por supuesto, tanto para la asistencia sanitaria comarcal como para las posibilidades de empleo en el sector fue decisiva la construcción del Hospital General de Elda, solicitado reiteradamente desde todos los ámbitos desde mucho tiempo atrás, aprobado como residencia comarcal de la Seguridad Social en 1975 e inaugurado en la década de los ochenta. Como avance de las posibilidades laborales que años después propiciarán los servicios geriátricos, a finales de 1973 fue inaugurado el Hogar del Pensionista, subvencionado por el Ministerio de Trabajo.

Hacia una sociedad de servicios diversificados

Junto a los propiciados por el desarrollo del estado del bienestar, otros muchos servicios de todo tipo incrementaron su presencia en la ciudad y permitieron la diversificación laboral de sus habitantes. Dada la imposibilidad de extendernos en todos ellos, nos centraremos en los de comercio y finanzas, comunicaciones o administración.

El desarrollo bancario fue indudable en las décadas de los sesenta y setenta. Es cierto que 1961 supuso la desaparición del Banco de Elda, esa prestigiosa firma bancaria que tanta ayuda prestó al industrial y al comerciante de Elda y de Petrel y produjo beneficios para el buen nombre de la ciudad y de la comarca; el Banco de Elda, fundado en 1932 por el entusiasmo de un grupo de eldenses, ya había sido absorbido por otra entidad bancaria, la Banca Úbeda, que tuvo la deferencia de mantener el nombre de Elda vinculado al Banco; sin embargo, la nueva entidad compradora, el madrileño Banco Central, lo convirtió en su sucursal eldense. Cada vez fueron más los bancos y cajas de ahorro que inauguraron sucursal en Elda; algunos, como el Banco Español de Crédito o el Central trasladaron sus nuevas sedes a edificios más amplios, lejos de la Calle Nueva, que había sido durante bastante tiempo el centro financiero de la ciudad.

También abandonaron la Calle Nueva las oficinas de Correos y Telégrafos, que en abril de 1968 se ubican conjuntamente en un moderno edificio de la calle Dahellos. Es un avance más en la modernización del sector de las comunicaciones en Elda. Tal vez, fuese Telefónica el mejor ejemplo de ello; hasta 1964, cuando se inaugura la nueva central telefónica automática, era necesaria la permanente llamada a la operadora para conectar con el número deseado, o esperar horas en el locutorio para hablar con alguien que resida fuera de la ciudad; aún hubo que esperar a 1969 para integrar el servicio en la red automática general. En cuanto a las comunicaciones por carretera, el crecimiento imparable del parque automovilístico eldense ofreció empleo abundante en los numerosos talleres y negocios vinculados al mundo del motor; por supuesto, dificultó gravemente el tráfico en una ciudad donde, ya en julio de 1958, una curiosa nota de alcaldía obligaba a “a partir de este mes, aparcar los vehículos en las calles de una sola dirección en el lado de la sombra”, quien sabe si obligando a cambiarlos a lo largo del día o planteando dudas a los conductores en días nublados. También el servicio de transporte urbano, surgido en 1957 y desempeñado inicialmente por La Noveldense S.A., incrementaba el número de líneas. Aspectos importantes para la economía eldense y para la vida cotidiana de sus habitantes fueron la puesta en marcha de la aviación comercial en Alicante en 1966 –necesaria también para el buen funcionamiento de FICIA-, la mejora y aumento del número de puentes sobre el Vinalopó y, más aún, la desviación de la carretera de Madrid a Alicante por detrás del núcleo urbano de Petrer, que eliminó en gran medida el paso de vehículos por el centro de la ciudad, aunque el Ayuntamiento discrepó con el trazado propuesto.

El comercio local también se fue desarrollando y transformando en estos años. Desaparecieron algunas viejas costumbres, como el reparto domiciliario de leche por parte de las vaquerías próximas a la ciudad, que se mantuvo hasta 1971. En cuanto a la modernización comercial, uno de los puntos fundamentales fue el proyecto de construcción del nuevo Mercado Central, presentado en 1975, sobre el solar del entonces existente y de la lonja contigua, lo que generó una polémica que se acrecentó incluso pasada su inauguración casi una década después; años atrás, en 1970, había sido inaugurado el nuevo mercado de San Francisco de Sales, que diversificó la oferta y permitió a los residentes de aquel área evitar las incomodidades del desplazamiento al centro. También fue cerrado el viejo matadero, que por su antigüedad no reunía las condiciones higiénicas ni de trabajo para su cometido, tomándose en 1980 el acuerdo de construir uno nuevo; aunque su ubicación no se había planteado, años después se situaría en el Polígono Industrial de Campo Alto. Fruto del trabajo de muchos años y del aumento de establecimientos de la ciudad, en abril de 1977 se formó la Asociación de Comerciantes de Elda y Comarca.

En relación con el desarrollo de los servicios ligados a la administración, fue creciendo en la ciudad el número de funcionarios locales o estatales. En ello influyeron aspectos como la conversión de la ciudad en cabeza de partido en 1965 –absorbiendo a los anteriormente situados en Novelda y Monovar- y la construcción de los Juzgados de Elda, en un solar de la calle San Francisco donde estuvo muchos años ubicado el centro social de la Sección Femenina de Falange; también la capitalidad de la zona recaudatoria de Hacienda en la comarca en 1968 y la concesión un año después de la cabecera de zona para recaudación de contribuciones. Asimismo, el establecimiento en la ciudad de la Policía Nacional, primero en Ortega y Gasset y después junto al cuartel de la Guardia Civil, en un edificio cuya construcción fue aprobada en 1978. Finalmente, en una comarca con gran cantidad de fábricas y talleres que aumentan el riesgo de incendio y requieren una mayor dotación, en 1964 se creó un parque comarcal de bomberos, con vehículos y personal suficiente para las posibilidades de la época, que a finales de abril de 1980 se trasladó a otro nuevo edificio, entre el antiguo hospital y el cementerio, con mayores medios y personal.

En esencia, la Elda de los sesenta y setenta, una época dorada de la industria del calzado, se fue transformando poco a poco en una ciudad en la que el desarrollo de los servicios diversificó tanto la economía como el empleo.

EL SECTOR ZAPATERO 1950-1970 (Medio Vinalopó)

DESARROLLO INDUSTRIAL. CREACION DE LA FICIA Y OTRAS ASOCIACIONES DEL SECTOR ZAPATERO.

La década de los años 50 marca para la comarca del Medio Vinalopó, el punto de arranque de su desarrollo económico hacia la mecanización en la fabricación de calzados, su más importante sector de la economía local, también supone el inicio de la modernización de la industria zapatera en la Comarca del Vinalopó; tras el final de la guerra en Europa, España sufre un aislamiento por parte de los países Europeos y de Estados Unidos, la lógica privación de materias primas que padece el mundo occidental, en España se agudiza y al principio de la década, mientras los demás países reciben ayudas provenientes principalmente de EE.UU., nuestro país debe esperar algunos años; Elda que ya antes del conflicto mundial, se ha convertido en una ciudad zapatera y que su riqueza está fundamentada en un alto porcentaje en esta actividad, debe permanecer algún tiempo realizando esporádicas incursiones en el mercado internacional, pero especialmente es el consumo interior el que mantiene su débil economía.
La saturación de los mercados interiores es un hecho evidente, los viajantes de la época deben competir para lograr mantener sus niveles de ventas y la diversificación de pedidos impide pensar por el momento en una industria mecanizada y competitiva, las colecciones son extraordinariamente extensas y los comercios diversifican todavía más el producto en fabricación, la media de pedidos del mercado interior está rondando los 12 a 24 pares de zapatos repartidos en el abanico de numeraciones existentes en cada tipo de fabricación; el proceso semi-manual de elaboración de calzados da lugar a que las fábricas que permanecen tras la guerra civil y las que se crean en los años siguientes, tengan una excesiva cantidad de mano de obra, lo que eleva el precio de venta del zapato, téngase en cuenta que en esos años, el porcentaje de mano de obra directa sobre el calzado, supera en ocasiones el 60% del producto final. Las industrias actúan todavía con sus pequeños núcleos autónomos formados por el maestro, oficial y aprendiz que realizan su “tarea” con total autonomía, tanto en intensidad como en horario de trabajo. Son muchas las fábricas con plantillas que superan los 50 trabajadores que trabajan hasta altas horas de la noche y como era habitual, también los sábados; ni que decir tiene si nos referimos a la gran mayoría de fábricas y talleres de menos de 15 trabajadores en los que la actividad es artesana y familiar. Ante esta situación no era de extrañar que las fechas de servicio se incumpliesen dando a este hecho un carácter casi de normalidad.
Elda, en estos años, era no obstante un lugar de peregrinaje de muchas familias que de otros lugares llegaban a la ciudad para tratar de mejorar su nivel de vida, procedían de zonas agrícolas en las que había escasez de recursos, sin embargo y a pesar de nuestra encorsetada industria de fabricación de calzados, en Elda los destajos suponían un nivel de salarios imposibles de alcanzar en muchos otros sectores y fundamentalmente en la agricultura. Por eso la ciudad y con ella la comarca crecía, de los 13.445 habitantes de 1.930, se pasa a los 20.050 en los años 40 y los 20.699 en la década siguiente, a partir de ahí la inmigración se dispara y se llega a casi 28.000 habitantes en 1.960 para alcanzar y superar ampliamente los 41.000 en 1.970. Esto nos da una idea clara del enorme crecimiento que tuvo que experimentar la ciudad en todo orden de cosas, infraestructuras urbanas, lugares de ocio, comercio etc.
El acontecimiento más importante e impresionante de cuantos se habían vivido en el transcurso de la primera mitad del siglo XX, estaba por llegar, “La Feria del Calzado” y esta sobresaliente aportación al movimiento económico del sector de nuestra ciudad y prácticamente de todas las ciudades zapateras de España, tuvo su punto de partida el 22 de Diciembre de 1.956, un escrito publicado en el semanario local Valle de Elda titulado “¿Elda capital del calzado español?” y firmado por el empresario eldense Oscar Santos González, desató los deseos de salir de la situación de estancamiento en la que se encontraba nuestra industria de fabricación de calzados y alertó a todos los colectivos de la época y a las personas que como él consideraban que la saturación del mercado nacional había creado un clima de depresión del que difícilmente se saldría sino era por medio de una Feria del Calzado, en la que el visitante pudiese contemplar toda la oferta y al que pudiesen llegar compradores extranjeros.
El 4 de Mayo de 1.957, es decir, casi cinco meses después de que Oscar Santos lanzase su primer mensaje de unión ante una posible Feria del Calzado, la escritora y poetisa Carola Gonzálvez, escribe en “Valle”, “Feria de Muestras del calzado de Elda, 1.958”, se trata de un bello artículo forjado en su imaginación, en el que contempla la ciudad a un año vista cuando hipotéticamente se celebrase esa soñada Feria del Calzado, Carola nos describe con detalle el ambiente que se vivía en las calles de Elda, parecía sencillamente una premonición de lo que acontecería en el año 1.959 cuando de verdad se inaugurara esa anhelada Feria Local.
En Julio de ese mismo año, Eduardo Navarro, sigue abundando en la idea de esa Feria del Calzado y en su artículo “Feria Nacional de Muestras del Calzado en Elda”, se aventura a señalar fechas y lugares en los que podría desarrollarse. En Agosto es el propio Alcalde de la ciudad, Joaquín Campos Fernández, quién realiza unas declaraciones solicitando la unidad de los eldenses para hacer realidad esa Feria.
En Septiembre, Alberto Navarro escribe en Valle de Elda, “Las palabras y los hechos”, se trata de un escrito reivindicativo de algunas obras pendientes de realizar en la ciudad, insiste una vez más como ya lo hiciera en repetidas ocasiones, en la construcción de un Monumento al Zapatero como homenaje a todos los trabajadores de esta industria; la formación y organización de un Museo del Calzado para la ciudad y también profundiza en la idea de crear una Feria del Calzado, pero Alberto sugiere además un logotipo que serviría años más tarde de primer dibujo representativo de esa Feria.
La industria del calzado que es la única y predominante industria del Valle, en el año 1.958 arroja las siguientes cifras de fabricación en las zonas de la provincia de Alicante y en Almansa: 2 % Concentaina; 13% Villena; 1% Sax; 2% Monovar; 11% Petrel; 29% Elche; 47% Elda y 3% Almansa, esta información aparecida en la revista “Elda Creadora”, revista que aparece para canalizar el diseño y las aspiraciones del sector calzado y que no se editarían más que dos números, contiene un error ya que la suma de estos porcentajes arrojan el 108%, pero lo cierto y destacable es que en este año las poblaciones del Elda y Petrel están superando el 50% del calzado producido en la provincia de Alicante y Elda figura, con diferencia, como la población que mayor cantidad de zapatos produce. Pero nuestras exportaciones están muy por debajo de lo deseable, mientras Italia exporta cinco millones y medio de pares de zapatos al año, España solamente alcanza los 15.000 pares anuales, esto confirma la saturación del mercado nacional en estos años previos a la Feria del Calzado y la necesidad urgente e imperiosa de buscar nuevos horizontes que nos sitúen en mayores cotas de producción.
Algunos industriales de Elda acuden a diferentes exposiciones en el extranjero y así se desplazan varios de ellos a la Feria del Cuero de París, con la organización del recién creado Grupo de Exportación del Calzado de Elda, que preside el industrial eldense José María Gran Díez, fueron catorce industriales y se contrataron tres stands; se dio la nota curiosa que muchos visitantes de la Feria y compradores, al ver la calidad de nuestros zapatos pensaron que se trataba de firmas italianas, hay que tener en cuenta que eran las primeras salidas en grupo de industriales de Elda y su comarca; la satisfacción por los contactos y los pedidos confirmados fue unánime. Esto es para Elda, Petrel y los pueblos zapateros de la provincia una señal suficiente para saber que EE.UU. primero y Europa más tarde, están ansiosos por diversificar sus compras en otros países en los que la calidad sea similar a la italiana pero que los precios puedan ser más bajos; en España el consumo interno es del orden de 0,8 pares por habitante y año, lo cual nos da una idea de la precariedad del consumo en relación con la producción. A la vuelta de este importante viaje, se produjeron reuniones en Madrid con el Director General de Exportación, para crear una Asociación Nacional de Exportadores de Calzado.
Al finalizar el año 1.958, la situación de la industria del calzado en nuestra población ofrece un panorama sombrío, se calcula que en Elda por temporada se realizan más de 60.000 modelos diferentes de zapatos; de esta cantidad, el 60% son pedidos inferiores a 100 pares por modelo; un 20% siquiera se pide un solo par y únicamente el 10% de todo el muestrario puede superar los límites de la rentabilidad, con estos datos la debilidad de los talleres y pequeñas industrias están abocadas a la desaparición por poco que haya recesión en el mercado.
Cualquier noticia o rumor nacido en el exterior, era suficiente para hacer tambalear nuestro mercado; se habla de la posibilidad de sustituir el tacón de aguja o el cubano, por otro a forma de cuña que es una prolongación de la propia suela, esto es suficiente para teñir de preocupación a nuestros empresarios que, a estas alturas del siglo XX, ya realizan mayoritariamente un zapato de vestir de calidad con el empleo casi exclusivo de tacón alto. A este respecto hay que aclarar que la industria del Calzado de Elda, nace con el chicarro y series, pasando por la fabricación de caballero, pero con el paso del siglo se queda, salvo excepciones, con la única industria de fabricación de calzados de señora, aplicando el tacón de aguja, en la mayoría de sus fabricados que es una invención casi al unísono de los diseñadores Roger Vivier en Francia y Ferragamo en Italia.
Tras medio año de silencio en lo que a la Feria del Calzado respecta, escribe Eduardo Navarro, “Elda en Letargo”, un llamamiento a la población para que reactive aquella idea de crear una Feria del Calzado para Elda; la ciudad a estas alturas cuenta con más de cuatrocientas fábricas de calzado, unas más grandes y la mayoría pequeñas y medianas, con una plantilla que no supera los 20 trabajadores de promedio, así la saturación del mercado nacional seguía alcanzando mayores cotas y las ventas eran mucho más difíciles, con un porcentaje muy elevado de anulaciones, sin embargo en la temporada de 1.959 se han recibido los pedidos con cierta fluidez, aunque todo el mundo sabe que se trata de un espejismo y la situación interior se agravará.
Se acude a las Ferias del Cuero de Perú, la de Utrech en Holanda, la segunda, y a la de New York, la tercera, se realizan múltiples contactos y se venden zapatos en cifras muy modestas, en este último certamen se alcanza la cifra de 85.000 dólares en ventas, con una cotización de 50 pesetas por dólar. Ante las expectativas de ventas al mercado exterior y fundamentalmente al de EE.UU., los componentes de la Misión Comercial, dan un conjunto de normas para mejorar la exportación: 1.- Hacer ventas por grupos o por cooperativas; 2.- Reducir el número de marcas y de clases de zapatos para facilitar la compra; 3.- Tarifar con los precios más bajos; 4.- No actuar aisladamente; 5.- Realizar campañas de propaganda conjuntas con otros fabricantes.
Unos estudios realizados en EE.UU. nos desvela que los zapatos más caros de Europa son los fabricados en España e Italia; en España ( en Elda especialmente) un par de zapatos de señora cuesta el salario de 38 horas y 59 minutos de un obrero; en Italia de 36 horas y 37 minutos; en Francia de 21 horas y en Inglaterra de 13 horas; lo que sucede es que los salarios en España están muy por debajo de los Europeos y eso sumado al trabajo sumergido que en estos años alcanza el 40%, dan lugar a que nuestro fabricados en la práctica sean los más bajos en relación a estos países nombrados.
Los Bancos reducen sensiblemente los créditos a las empresas locales y ello crea cierta alarma, el Ministro de Comercio anuncia una reducción generalizada de créditos y aunque la noticia es matizada, causó el suficiente revuelo para que en Elda se dejase sentir la reducción anunciada.
En el mes de Junio de 1.959, la Comisión de Fiestas del Ayuntamiento de Elda, coincidiendo con las Fiestas de Septiembre, ha convocado el I Certamen de la Industria del Calzado en Elda, en esta convocatoria se quiere realizar un concurso de trabajos y premiar a los diferentes equipos productivos que hayan intervenido en la confección de los zapatos ganadores, además de a la Empresa, se fija un plazo de presentación, además de las puntuaciones a alcanzar por cada una de las fases de ejecución de los zapatos; se establecen unos premios en metálico de 10.000; 3.000 y 2.000 pesetas a los primeros tres premios que recibirán las medallas de oro, plata y bronce respectivamente; los premios en metálico deberán ser repartidos en su integridad a los trabajadores componentes de los equipos productivos en cada categoría; también se da cuenta de la composición del jurado y se dice textualmente que “los zapatos premiados quedarán en propiedad del Excelentísimo Ayuntamiento para la constitución de una fase que inicie el Museo del Calzado Eldense….”, otro importante punto de estas bases es que los zapatos que concursen, quedarán en propiedad del Ayuntamiento que los expondrá públicamente y los subastará para, con los ingresos recibidos, poder reforzar este concurso en otros años. Como anuncio de ese Primer Certamen, se colocaron dos grandes carteles a la entrada de Elda por Santa Bárbara y por el Reventón, en los que se podía leer “I Feria Local de Calzado” en Español, Inglés y Francés, además de un gran zapato de señora, junto a esto se podía leer el programa de festejos con motivo de las Fiestas Patronales. La firma Hijos de Sócrates de la Encarnación García de Elda, instaura un premio llamado “Cambrillón de Oro” y recaerá en el zapato, que a juicio del jurado sea merecedor al mismo; este premio solamente se mantuvo en dos convocatorias, la primera fue este año 1.959 y recayó en un par de zapatos presentado por la firma Santos González; en el año 1.961, el ganador fue un precioso zapato hecho en tafilete rosa con nudos y que lo obtuvo la firma de Benjamín Belmonte, ambos zapatos se conservan en el Museo del Calzado. También el empresario de tacones José Rodríguez Espinosa, aportó 25.000 pesetas para la organización del certamen y los premios, hay que destacar que el Sr. Rodríguez aunque no era fabricante de calzados sentía la misma inquietud que ese grupo de empresarios que se reunían a diario en la Sociedad Moto Club y que sugerían al Ayuntamiento algunas ideas para el éxito del Concurso – Exposición, entre los contertulios de esas reuniones se encontraban Oscar Santos y Roque Carpena, este último Concejal de Fiestas y la persona que tenía la responsabilidad de esa Feria y que sería protagonista a partir de ahí de todos los eventos Feriales en Elda. Los derechos de inscripción para la Feria y Concurso se establecen en 200 pesetas por exposición de 4 modelos de señora o caballero y 6 para los de series o chicarro; por cada par de zapatos de más a exponer, habrá que pagar a la organización 100 pesetas por modelo.
A última hora y próxima la inauguración de la Feria, se observa cierta apatía entre los fabricantes de Elda y ello da lugar a una convocatoria urgente de empresarios en el Cine Rex, allí se realizan varias proclamas a favor de la Feria y se solicita la presencia de grandes y pequeños fabricantes.
En vísperas del Certamen, se hace pública la relación de nombres que compondrán el Jurado que otorgará los premios al Concurso convocado, como presidente del Certamen se nombra al Concejal de Fiestas, Roque Calpena, presidiendo el jurado el Alcalde Antonio Porta, y como miembros José Mª Navarro Parra, Delegado Comarcal del Sindicato; José Mª Gran Díez, Jefe del Sindicato de la Piel; Gastón Castelló, pintor de reconocido prestigio de Alicante; Francisco Garach de Granada que intervenía en representación del comercio; Antonio Esteve Orgilés, industrial de Elda; Alvaro Carpena Martínez, como modelista patronista; José Busquier González y Pedro Martínez Sala, como Técnicos del Calzado; se anuncia que la inauguración del Certamen será el día 6 de Septiembre a las seis de la tarde y la personalidad que asistirá a la inauguración será el Gobernador Civil de la Provincia.
Ya todo está preparado para que el telón de esa Exposición, que sería el preludio de la transformación del sector calzado en el país, se levante definitivamente; concurren 150 fabricantes con 1.000 zapatos; 650 modelos de señora, 100 de caballero y 250 de chicarro y series; también se muestran algunos zapatos que nada tienen que ver con la moda ni con el concurso convocado, se trata de miniaturas, algunos zapatos de fantasía e incluso zapatos antiguos. Se seleccionaron 28 zapatos para concurrir a Concurso y el valor total de la muestra se estimó en más de 300.000 pesetas.
Las calles de la ciudad vibraban en esas vísperas de la inauguración, parecía que toda la ciudad estaba en fiestas y se presagiaba que algo muy importante estaba a punto de alumbrarse. La muestra quedó inaugurada en la tarde del día seis, en la primera planta de las Escuelas Nacionales; se llegaron a contabilizar hasta 50.000 personas las que pasaron por ese colegio durante los días que duró la Feria; acudieron curiosos, comerciantes, fabricantes de toda la provincia y también de fuera de ella, incluso algunas personas procedentes de otros países, pero quizás la visita más interesante y beneficiosa en este primer Certamen, fue la presencia de Mr. Louis G. Feman, técnico de la Administración de Cooperación Internacional de los Estados Unidos (ICA), un estadounidense muy introducido en el mundo del calzado, y que vino acompañado de un fotógrafo de “New Cork Times”, que días después lanzaría al mundo entero los zapatos artesanos que se fabrican en España y más concretamente en Elda.
Tras la inauguración se procedió al fallo del Concurso de los mejores zapatos presentados y los trabajos de los “equipos productivos”, estos fueron los ganadores: Primer premio, el par presentado bajo el lema “Obsesión” fabricado por la Empresa Sucesores de Ortiz; Segundo premio bajo el título “Fantasía” y presentado por la Empresa Calzados Styl; Tercer premio con el título “Certamen” fabricado por la Empresa de Vicente Antón Martínez; el Cambrillón de Oro que instituyó la firma Hijos de Sócrates, fue para la Empresa de Francisco Santos González con el lema “Osando”. La entrega de premios se realizó el día 8 de Septiembre, celebración del día de la Virgen de la Salud, en una animada verbena en los jardines de la Plaza Cautelar que la habían engalanado para este acto con múltiples bombillas de colores; en los preliminares del acto, se entregaron los premios a unos trabajos periodísticos que también se habían convocado para estas Fiestas Mayores, el primer premio sería para Rafael González Bautista, por su trabajo “Elda la estrella de la mañana”, el segundo para Antonio Porpeta Clérigo, por el trabajo “Salvia y tomillo” y el tercero para Luís Pérez, subdirector del diario Pueblo, por el trabajo “Un experimento y un estilo: Elda”; al finalizar los actos se entregaron otros premios a concursos también convocados con motivo de las Fiestas; a las fotografías ganadoras de un concurso local y otros premios de escaparates a comerciantes locales; al término se reclamó la presencia de José Rodríguez Espinosa, mecenas e impulsor de los premios del Concurso de calzado, agradeciendo la participación y haciendo votos porque esta semilla que se acababa de sembrar arraigase en la ciudad para bien de su industria.
La Feria que debía clausurarse el día 13 de Septiembre, fue prorrogada hasta el 14, es decir, un día más debido a la masiva de afluencia de vecinos de la ciudad y de la provincia que apenas dejaban espacio y tiempo para contactos comerciales, por ello se decidió mantener la Exposición un día más y dedicarlo a los profesionales y compradores.
Al finalizar la Feria de Elda, el Concejal del Ayuntamiento y Presidente del Comité Organizador, Roque Calpena, expresó públicamente su agradecimiento al cuadro de colaboradores, Oscar santos González que trabajó en la idea y alentó esa primera exposición; Eladio Pla Esteban que con más voluntad que medios, realizó todos los trabajos de carpintería de esa exposición y formó parte del primer equipo de trabajo; José Mª Gran Diez; Manuel Bonete…. Y una amplia lista de personas que trabajaron en los primeros momentos junto al Ayuntamiento.
Tras el éxito de esta convocatoria local y a instancias del Sr. Feman, se planteó la necesidad de asistir a la próxima Feria de Chicago; no obstante improvisado “padrino” de nuestra industria, se llevó para EE.UU. un total de ochenta muestras elegidas por él mismo, con el fin de tratar de presentarlas a comerciantes de América y tratar de abrir el mercado que hasta entonces estaba totalmente volcado con Italia; Feman aconsejó que a Chicago se acudiera de forma unitaria, con un único eslogan: “Elda spanich shoes capital”, para esa exposición además se editaría un cartel anunciador en el que figuraban las banderas de Estados Unidos y España y la frase “Comes to América”; Mr. Feman fue contratado por los empresarios españoles para que organizase la presencia de España en Chicago y otros eventos en EE.UU. a la vez de potenciar visitas con clientes se aquel país, a partir de ahí, el representante en América de la industria española, realizó su labor y fueron muchas las puertas que se empezaron a abrir para el calzado español. Roque Calpena y Oscar Santos viajaron a Chicago con 600 modelos de los presentados en la Feria y la respuesta no se hizo esperar, casi se alcanzaron los 100.000 pares vendidos y lo que es más importante, se contactó con firmas americanas que tenían más de mil tiendas repartidas en los diferentes estados de La Unión, ese hecho era totalmente novedoso para los eldenses, jamás se había estado tan cerca de unas cadenas tan numerosas en tiendas como las que representaban General Company, A.S. Berk o Shoe Coporation of America, por citar algunas. Por otra parte el mercado americano era totalmente diferente del europeo y del nacional, allí había que fabricar con medios números y otra numeración diferente, además de incorporar al menos un par de anchos por número, sin embargo todo ello compensaba con creces ya que los pedidos podían venir por miles y sin apenas variación de modelaje, y esto que era algo a lo que los industriales españoles no estaban acostumbrados, suponía una notable ventaja. También se pudo observar que el zapato español estaba muy en línea de sus homólogos italianos, alemanes o franceses, pero a unos precios muy beneficiosos.
El 12 de Noviembre se convocó una reunión en el cine Cervantes para informar a todos los industriales de la problemática del mercado estadounidense, sus ventajas y la forma de acometer la entrada en el mismo; se dictaron normas muy concretas y se nombraron varias comisiones de trabajo, una por cada tipo de calzado a fabricar, es decir, señora, caballero, series y chicarro, que tendrían por misión, analizar los problemas de calidad que se podrían presentar y las numeraciones a aplicar, estas comisiones se comprometerían a informar y a reunirse cuantas veces fuese necesario para alcanzar los fines propuestos. La Feria de Chicago marcó, de alguna forma, el despertar de nuestra exportación de forma generalizada; José Mª Gran Diez, como Jefe Provincial del Sindicato de la Piel, acompañado de un grupo de fabricantes de Elda, viajó a Madrid para reunirse en la Comisión Nacional de Productividad, con sus responsables y establecer una serie de ayudas para fortalecer la industria local de cara a lo que se esperaba, había que modernizar la tecnología empleada, tanto en la industria del calzado como en la auxiliar; crear un laboratorio en Elda para analizar la calidad de los materiales; crear cursos de formación pensados, en principio, para hijos de industriales entre 15 y 30 años, para que aplicasen las técnicas más racionales y modernas de cara a la productividad.
El nuevo año 1.960 se inicia con gran esperanza y una enorme ilusión por comprobar el nuevo rumbo que debía tomar la ciudad tras esos primeros contactos con América y las halagüeñas previsiones de futuro que Mr. Freman se encargaba de transmitir entre los fabricantes. En la búsqueda de nuevas fórmulas que canalizasen la venta de calzado al exterior, se planteó la creación de la Cooperativa de la Industria del calzado (C.I.C.) o “Elda Exportadora” como se le llamó desde el principio, ocho personas se encargarían de convencer a los fabricantes de la necesidad de asociarse en esa Cooperativa. José Mª Gran Diez, encabezando ese grupo, celebraría una reunión en el cine Cervantes con asistencia de un nutrido grupo de fabricantes de calzado se explicó la idea y como llevarla a cabo; se redactaron los estatutos y se crearon diferentes comisiones, entre las que se encontraba la de propaganda; el objeto de la Cooperativa no era otro que el de fomentar las ventas en el extranjero y en su articulado había todo tipo de indicaciones, desde la manera en que se podía pasar a formar parte como cooperativista por ser fabricante, hasta temas relacionados con la formación de sus miembros; uno de los artículos curiosos de esta Cooperativa, era la obligación que tenía todo cooperativista de comunicar con tiempo suficiente, la cantidad de producción que se comprometía a realizar y todo ello con el fin de cuantificar las ventas. La Cooperativa llevaría las diferentes colecciones y el producto de la venta lo distribuiría entre las empresas inscritas; lo cierto es que esto se nos antoja enormemente complejo desde nuestro conocimiento actual, pero en esos años de recesión casi permanente y sin apenas contactos exteriores, era posible establecer una especie de reparto en esa gran tarta que suponía el mercado estadounidense. La Cooperativa en el mes de Febrero contaba con más de 250 fabricantes de Elda, que rebasaba el 80% de los censados en la ciudad y la cuota de acceso se estableció en 10.000 pesetas por empresa asociada.
En Elda, y desde hacía varios meses, venía funcionando otro grupo llamado Sociedad Exportadora de Calzado S.A. que bajo la marca “Goyescas”, trataba de abrirse camino en el mundo de la exportación; los socios de esta Empresa eran prácticamente los mismos que acometerían más tarde la Cooperativa “Elda Exportadora”; ambas sociedades tenían preparados en sus respectivos centros sociales, la primera en la calle Dahellos nº 8 y la segunda en la calle Jardines en un piso encima del Banco Popular actual, las colecciones que iban a enviar a la Feria de Francfort en Alemania, naturalmente ésta sería otro éxito del calzado eldense.
Tras el primer Certamen-Concurso celebrado en Elda, empiezan los preparativos para repetir la experiencia, sin embargo los problemas también comienzan a aparecer, el primero es la necesidad de dar legalidad a esa próxima Feria se pretende organizar de nuevo, el Ministerio de Comercio ha advertido que cualquier Feria que no cuente con los permisos necesarios podrá considerarse como ilegal y se propone la fórmula de crear un Patronato para la legalización de la misma. Dicho Patronato se constituye en el Ayuntamiento de Elda, lo presidirá el Alcalde de Elda, Antonio Porta y contará entre sus miembros con José Mª Gran en representación del Sindicato de la Piel; José Mª navarro Parra en su calidad de Delegado de Sindicatos; Francisco Cremades representando a Elda Exportadora; Antonio Belmar por la Sociedad Exportadora de Calzados S.A. y Fernando Obrador; Luís Juan tendero; Vda. De Antonio Juan Busquier; José Mª Alarcón; Alvaro Carpena y Oscar Santos, todos ellos a título personal y como industriales que son del calzado y afines. Fruto de las gestiones llevadas a cabo, el 10 de Junio de 1.960, la Dirección Comercial de Expansión Comercial del Ministerio de Economía, resuelve autorizar la I Feria de Muestras Monográfica del Calzado e Industrias Afines, en la ciudad de Elda.
A mediados de año se empieza a trabajar de cara a la Feria de Septiembre, el Patronato creó Comisiones de trabajo; en esta nueva edición se utilizarán 7.900 metros cuadrados del recinto de las Escuelas, 1.400 metros cuadrados dentro del edificio y por lo tanto en zona cubierta y 6.500 metros cuadrados en el patio, donde se construirán a manera de stand, unos habitáculos de 4 metros cuadrados para cada una de las firmas de la industria auxiliar. En el mes de Julio se lanzan las bases del I Certamen Provincial de Calzado, se trata de ampliar a la provincia de Alicante, la convocatoria del Concurso de zapatos que tanto éxito tuvo en la primera convocatoria; se implicaron algunas firmas que destinaron unos fondos para conceder premios, además de Hijo de Sócrates de la Encarnación que ya repetía por segundo año, se sumaban algunas empresas de la industria auxiliar, Verdú Hermanos; Norberto Navarro S.A.; Diego Bonal; Iniciativas Crespo; o actividades de servicios como la Caja de Ahorros del Sureste. En los días previos a la inauguración de la I Faria Nacional del calzado e Industrias Afines, el trabajo en el recinto es frenético, carpinteros, pintores, empapeladores, albañiles, electricistas….. todos trabajando para llegar a tiempo de la inauguración, aunque ya se sabe que al término de la Feria, debe volver todo a su lugar para que los alumnos comiencen sus clases en Octubre.
Se lanzan folletos y se hacen públicas las listas de los jurados que fallarán el Concurso de zapatos y la composición del Patronato de la Feria, que están representados todos los dirigentes sindicales, civiles y políticos del momento, además de un nutrido grupo de industriales y comerciantes de Elda que decidieron dar su apoyo a esta organización. El martes día 6 de Septiembre a las ocho de la tarde, el Director General de Expansión Comercial del Ministerio de Comercio, inauguraba la I Feria Nacional del Calzado e Industrias Afines; tras el recorrido por el recinto y los discursos se trasladó la comitiva a la plaza Cautelar donde se ofreció un vino de honor a los asistentes. En la exposición se encontraban presentes 282 expositores con más de 12.000 modelos diferentes, de ellos 163 procedían de Elda, de Elche solamente estaban presentes 41 fabricantes. Una novedad de esta Feria fue la presentación en una de sus Salas, de unos planos diseñados por el arquitecto alicantino Miguel López que presentaba el futuro edificio Ferial a construir en un lugar sin determinar, en esos momentos, de la ciudad de Elda. Los premios a los zapatos ganadores del Concurso Provincial convocado se dieron en un acto público celebrado en el Ayuntamiento. La clausura de la feria y Exposición de zapatos premiados, se realizó el día 14 de Septiembre y presidió los actos el Gobernador Civil de la provincia; se calcula que visitaron el recinto más de 50.000 personas y arrojó unas cifras de 25 millones en ventas; 13 en maquinaria y 12 millones en zapatos; con estos resultados casi todos los expositores quisieron repetir y ya estaban formalizando sus reservas para el siguiente año. Los comentarios y la repercusión de esta I Faria Nacional fue enorme y la euforia se empezaba a desatar entre los organizadores, “por fin Elda estaba encontrado su camino”.
Como ocurriera en el año anterior, había que volver a pedir un nuevo permiso para la celebración de otra Feria en el año 1.961 y con ese motivo se desplazaron a Madrid, el Gobernado Civil, el Alcalde y el Secretario General de la I Feria, para solicitar la II Feria en el Ministerio de Comercio, con los antecedentes existente, se consiguió sin problemas y desde el mismo momento de la clausura ya se estaba pensando en la próxima edición; una de las novedades sería la convocatoria de un Concurso Periodístico sobre la importancia de las Ferias de Muestras y especialmente la trascendencia que acarrearía las celebradas en Elda, el premio serían dos de 3.000 pesetas cada uno, el primero para el mejor artículo publicado y otro premio para el escrito que hablase de la II Muestra.
El año se despide con nuestra presencia en las Ferias de Europa, 127 firmas acuden a Londres donde presentan un zapato competitivo y con una calidad similar a nuestros competidores europeos; también a América, la visita a Chicago se produce con la reserva de tres habitaciones en el Hotel Milton, José Mª Alarcón con la gestión del Sr. Feman, acude en nombre de Elda Exportadora y de nuevo el éxito acompañó a la visita, no solo se apalabraron más de 200.000 pares de zapatos, sino que se realizaron múltiples contactos en Compañías interesadas en importar zapato español; pero las gestiones de la Cooperativa se intensificaban y gracias a su mediación, se consiguió que con vistas al nuevo año, la maquinaria para la fabricación de calzados quedaba dentro del régimen de libertad de importación, lo que suponía la posibilidad de adquirir maquinaria extranjera sin costes adicionales arancelarios, eso sí, exceptuando las máquinas de aparar.
La Empresa de calzados “Felipe Peñataro Sanchís y Hno”, es declarada por el Ministerio de Trabajo como “Empresa Modelo” y con ese motivo se celebró una cena en unos salones habilitados en lo que fue la antigua fábrica de “Los Veras”, situada en la manzana formada por C/ Antonino Vera, C/ José Mª Pemán, C/ Ramón Gorgé y C/Hilarión Eslava, a la que asistieron los 150 trabajadores de la plantilla, hay que añadir a esto que la Empresa, creada en el año 1930, no solo fabricaba calzado de niño de calidad con la marca “Vite”, sino que realiza una labor social digna de encomio, por ejemplo: a sus aprendices se les exige tener el Certificado de Estudios Primarios y si carecían de él, la empresa abonaba la matrícula y facilitaba un horario para la formación; construye viviendas sociales para los trabajadores con rentas más bajas y, por supuesto, no permite que nadie en su empresa incumpla las leyes laborales del momento, valga este ejemplo para mostrar el pundonor de algunos de los fabricantes de aquellos años.
El nuevo edificio Ferial que debe albergar todos los Certámenes Zapateros, debe construirse con la mayor celeridad y para ello, tanto Ayuntamiento como Patronato de la Feria empiezan a moverse en esa dirección, se fija como año probable de inauguración, 1.963, y se plantea la posibilidad de edificar la Feria en los terrenos que ocupa el estadio de fútbol, llamado “El Parque”, que son de propiedad municipal y para ello el Patronato de la Feria deberá adquirir unos terrenos en una zona de expansión, se fija esa zona en las proximidades del barrio de San Francisco de Sales que se está edificando y se entregarían los 15.000 metros cuadrados necesarios al Ayuntamiento a cambio del “Parque”, pero también habría que adquirir otros terrenos colindantes y edificaciones para alcanzar las superficies necesarias, todo se realizó tal como se pensó pero al final y debido a la tozudez de algún vecino, hubo que sortear alguna dificultad.
A mediado de año ya se empiezan a barajar los presupuestos para volver a adecuar el recinto de las Escuelas Nacionales, en esta ocasión se construirán en el patio de las Escuelas, 142 stands y todo hace pensar que el recinto se quedará pequeño, hay anunciados casi 500 expositores, algunos de ciudades zapateras que exponen por primera vez dado el éxito alcanzado en los Certámenes anteriores, incluido un grupo de menorquines bajo el eslogan de “Calzados de Menorca”. Se plantea un grave problema como es la falta de plazas hoteleras en la ciudad, por eso se realizan llamamientos a los ciudadanos para que ofrezcan camas para alojar a los visitantes que llegarán a Elda en esas fechas; también se buscan trabajadores para atender el recinto, para realizar vitrinas, para decorar e interpretes que hagan más fáciles las comunicaciones entre clientes y fabricantes. También queda convocado el Concurso Provincial de Calzado por tercer año consecutivo y se establece un precio de entrada al recinto de diez pesetas, eso hará que no se masifique tanto el recinto como en otros años. Se viven con las misma intensidad los preparativos de la inauguración y el día 2 de Septiembre queda inaugurada la II Feria Nacional del Calzado e Industrias Afines; los resultados fueron muy superiores a los esperados y la novedad de este año fue la visita del Ministro de Comercio, Sr. Ullastres, el día 11 con motivo de la clausura.
Los industriales de Elda y Petrel siguen asistiendo a Ferias en Europa y América y los resultados cada vez son más espectaculares, Dusseldorf, Miami, Londres y Chicago han sido las más exitosas.
En los primeros meses de 1.962 ya se está trabajando a para la III Feria que para este año ya aparece como Internacional, en Marzo se decide el cartel anunciador con una exposición en el Casino Eldense; las voces en defensa del zapato hecho en España, empiezan a ser más intensas y significativas, son varias las personas vinculadas a agencias de compras americanas, que visitan Elda en este año y las declaraciones no pueden ser más optimistas. A modo de anécdota hay que decir que ya a escasos dos años de la inauguración de la Feria, aparecen los primeros escritos insinuando que esta Feria debería estar ubicada en la capital de España, la respuesta no se hizo esperar y estos escritos tendrían una pronta y enérgica respuesta.
La petición de España para su posible incorporación al Mercado Común Europeo, crea unas ciertas intranquilidades en el sector zapatero de nuestra ciudad; se sabe que en ese mercado, uno de los requisitos que se establecen es la eliminación total de tasas arancelarias o compensatorias y el libre comercio entre los países miembros, esto puede ser bueno para vender nuestro calzado en Europa pero propicia la entrada de calzado de nuestros más inmediatos competidores en mejores condiciones, no obstante y dado que nuestra mano de obra es más baja que la de el resto de países europeos, tales como Italia, Alemania, Inglaterra o Francia, nuestros zapatos se verán favorecidos por la posible entrada de España. También se espera con cierta expectativa la anunciada reconversión de la industria zapatera dentro de lo que se ha dado en llamar el Plan de Desarrollo Económico, se anuncian dos mil millones de pesetas para el sector en los cuatro próximos años, fundamentalmente para inversión en maquinaria y utillaje, modernización de nuestras industria para lograr mayor productividad, abaratamiento de costos y un sector más competitivo; a este respecto hay que decir que en España no existe una industria de fabricación de maquinaria para el calzado y que, mientras nuestras escasas fábricas se limitan a producir máquinas de sencillas tecnologías, las máquinas que aportan productividad y tecnología punta, se fabrican en Alemania, Inglaterra e Italia; por lo tanto cualquier aplicación de tecnología punta en el calzado supondrá inevitablemente una importación masiva de tecnología. En la década de los 60, las fábricas de Elda y Petrel empiezan a racionalizar su trabajo, desaparecen los carros de madera y el trabajo interrumpido o realizado por el zapatero y aprendiz, para instalar las cadenas de fabricación en las que el trabajo se organiza de forma secuencial; también se empiezan a cronometrar los trabajos buscando un mejor método y obtener unas tablas salariales por producción que abaraten el costo y prevean “a priori” una valoración de las cargas por trabajo directo; esto crea cierta paralización temporal y un descontento generalizado ya que el trabajador no está acostumbrado a estos métodos e incluso al trabajo fuera de la silla, pero al final del década todo se considera normal y dentro de los mismos parámetros de los países más avanzados en fabricación. El nuevo Plan de Desarrollo fija unas ventas a la exportación de ocho millones de pares de zapatos al año, actualmente solamente se exportan millón y medio de pares.
La Feria abre su III Edición, en esta ocasión sin el Concurso de Calzados, una pérdida que nunca más se recuperará, se presta la atención solamente al aspecto comercial y “Elda está de moda” en los mercados americanos, por eso se suprime aquello que distraiga la atención de los compradores, ofreciendo solamente calzado de temporada y novedades de la industria auxiliar. Han pasado cuarenta años y ahora en determinadas Ferias del sector se vuelve a realizar tímidas exposiciones-concurso para premiar zapatos de calidad, a juicio del que esto escribe, considero una estimable pérdida para el prestigio de la industria del calzado, el abandono de los Concursos de Calzado que acompañaron a las primeras exposiciones y que, aunque la mecanización no permita destacar determinados trabajos manuales, si permanece el estilo y la calidad de los diseños y también del aparado, cuestión esta que hasta la fecha no se ha podido automatizar en series pequeñas.
A final del año 1.962 el Banco de Crédito Industrial destaca a “Elda Exportadora” como empresa ejemplar que reúne a 126 empresas algunas con menos de 25 trabajadores, las más con 25 y las menos con 125 trabajadores, oscilando la media en 18 trabajadores. Las exportaciones alcanzadas fueron:
Año 1.960 Año 1.961
Países Pares exportados Países Pares exportados
EE.UU. 7.000 EE.UU. 145.000
Gran Bretaña 22.000 Gran Bretaña 80.000
Alemania 650 Alemania 7.000
Para el año 1.962, las previsiones son de alcanzar la cifra total de exportación de 450.000 pares.
Las ventas que se registraron en el extranjero en los años de inauguración de la Feria, arrojan los siguientes resultados:
1.958 pares exportados 493.000
1.959 pares exportados 874.102
1.960 pares exportados 1.133.711
1.961 pares exportados 2.413.911
1.962 las exportaciones superaron los 3 millones de pares.
Como puede observarse, desde la primera Feria del Calzado, las exportaciones han experimentado un aumento de hasta cuatro veces más.
La Feria de 1.963, IV Feria Internacional de Calzado y Afines, se inaugura con casi 300 expositores, por primer año se edita un periódico llamado “El diario de la FICIA”, este certamen fue espectacular, primero porque se cerraron operaciones que superaban a una sola firma los 300 mil pares; en segundo lugar porque apareció en la Feria, el llamado “rey” de los compradores americanos, Mr F:W. Woolwort con más de 3.000 tiendas de calzado en EE.UU.
El presupuesto para el nuevo edificio Ferial a construir en el Campo de Fútbol “El Parque” asciende a 25 millones de pesetas y en el mes de Febrero de 1.964 se ha adjudicado a Fomento de la Construcción; el 1 de marzo de ese año se jugó el último partido de fútbol en “El Parque” y nada más acabarse el partido se inició la demolición. Esa explanada tendría una superficie de 11.456 metros cuadrados a los que se le sumarían en un principio 680 metros cuadrados de casas y terrenos colindantes.
El 12 de Septiembre se inaugura la V Feria del Calzado e Industrias Afines, la novedad este año es la inauguración del nuevo recinto construido en 153 días, en lo que era el Campo de Fútbol “El Parque”, se trata de un cuadrilátero de 5.000 metros cuadrados de planta y con dos alturas, junto a este edificio hay otro con tres plantas (de las nueve que consta el proyecto final) donde se alojarán los servicios de la Feria, Correos y telégrafos, Prensa etc.. Concurren 297 firmas de 11 países y 15 provincias españolas, solamente el primer día se registraron 200 firmas compradoras extranjeras. La muestra comprende más de 20.000 modelos de zapatos, 742 máquinas de últimas tecnologías, 76 stands de curtidos y 30 de productos auxiliares. Las ventas de calzado alcanzaron los 484.000 pares, de los cuales 210.000 pares se vendieron en el mercado interior. El diario de la FICIA hace público en estos días la creación de un Museo del Calzado y con tal motivo realiza un llamamiento para que todo aquel que tenga zapatos u objetos lo depositen en la Feria.
El volumen de zapatos fabricados en España a lo largo de todo el año asciende a 44,9 millones de pares. Y según declaraciones del Ministro de Comercio, el calzado ocupa el segundo lugar de las exportaciones en índice porcentual de todos los productos exportados; esto hace pensar que en unos años se podrá llegar a ocupar el primer lugar.
El Círculo Industrial y Mercantil de Elda estuvo a punto de nacer en aquel año 1.965, de hecho se inscribieron como socios efectivos una treintena de destacados empresarios de la localidad, sin embargo dicho Círculo no llegó a tener ninguna actividad y al poco tiempo dejó de hablarse de este proyecto. Lo que si llegó a publicarse fue una revista dedicada al calzado, “Calzado Español”, se creó para potenciar la moda española del calzado, se publicaron varios números pero al final dejó de publicarse. También en el seno de la Feria se constituiría el llamado “grupo de Exportadores-Expositores” con un arranque inicial de 52 miembros inscritos.
Las exportaciones de calzado español tras la inauguración de la primera Feria, han seguido un camino ascendente:
1.959 76,9 millones de pesetas
1.960 99,77 “
1.961 212,00 millones
1.962 370,00 millones
1.963 353,00 millones
1.964 555,00 millones
A pesar de las cifras que arrojan una mayor cantidad de pares exportados, el fantasma de la crisis empieza a sentirse en la ciudad, son muchos los expedientes de crisis que se están abriendo, según un informe de la delegación Comarcal de Sindicatos, en la comarca un 50% de las empresas legalizadas solamente lo son con dos obreros, lo que hace suponer la existencia de una extendida economía sumergida ya que con dos obreros, ni puede considerarse una industria, ni se pueden hacer zapatos; por otra parte el Plan de Desarrollo prevé su aplicación solamente para empresas con plantillas mínimas de 25 trabajadores. La crisis que padecen las pequeñas empresas es atribuible a la pobreza y mala preparación de esos talleres semiclandestinos, entre otros factores, como el encarecimiento de materiales, el menor consumo del mercado interior y los problemas financieros. Pero la exportación sigue su ritmo creciente y Elda recibe uno tras otro a los más importantes importadores americanos de calzado.
Una pequeña luz empieza a brillar en Elda de cara a su diversificación industrial, se trata de una empresa para fabricar guantes de golf, nace con la producción vendida íntegramente a EE.UU., aquello que pareció una aventura (ya que en España y sobretodo en Elda, apenas se conocía ese deporte), podía haber cuajado, pero desgraciadamente solo fue un espejismo y pronto desapareció.
La VI Feria volvió a ser un éxito y se dieron los datos comparativos de esta con la del año 1.964:
1.964 1.965

Mercado nacional 260.245 p. 165.520 p.
Mercado exterior 287.005 p. 293.207 p.
A principio del año 1.966 empieza a trabajar, el Centro Promotor de Exportaciones de la FICIA (CEPEX),se trata de un departamento creado en el seno de FICIA para intervenir directamente en los mercados zapateros del mundo, enviando muestrarios y misiones comerciales; todas las iniciativas en los asuntos zapateros parten de Elda.
La VII Feria se inaugura con 399 expositores y una muestra de 25.000 modelos de zapatos. Se recibe la visita de Thomas Middlenton y Joseph Stern, que se consideran los reyes del mercado norteamericano y los contactos siguen intensificándose.
El 28 de Febrero de 1.967, se celebró en el cine Rex, una reunión de todos los empresarios de la comarca para constituir la Agrupación Comarcal de Fabricantes de Calzado, sin embargo este proyecto no sería una realidad hasta el año 1.970.
La VIII Feria se inaugura con más de 30.000 modelos de zapatos, y 487 expositores. Esta Feria fue inaugurada y clausurada por sendos Ministros del Gobierno. El anuncio de más expositores para el año siguiente hace pensar en realizar nuevas ampliaciones.
En Marzo se inaugura una nueva Feria en su IX edición para presentar los zapatos de la temporada de otoño-invierno del 69, con esta iniciativa y a partír de ahora se cuenta con dos Ferias al año para calzados, pero como no se contaba con la oportuna autorización para ese desdoblamiento, de forma oficial se inauguraba la de Septiembre y se clausuraba la de Marzo.
Se presenta el proyecto de un nuevo edificio de planta baja y dos plantas más situado junto al edificio de oficinas y servicios, se trata de un moderno edificio que albergará a CEPEX y exposiciones permanentes, en los bajos se instalará un restaurante cafetería.
En Septiembre se inaugura la X FICIA con más de 600 expositores y más tarde, la FICIA de Marzo 1.969 con 650 expositores.
Se produce la primera disgregación en el sector: Villena y Elche, crean sendos grupos de exportación ajenos a FICIA, entablándose con ello una clara competencia con CEPEX. En el caso de esta última ciudad el grupo se llama “EXEL” y crea oficina permanente de exposiciones, pero por falta de subvenciones y apoyos pronto se disolvería.
XII FICIA Septiembre de 1.969, comienzan los primeros conflictos internos, algunos fabricantes protestan ante el Comité Ejecutivo y en carta abierta por el trato discriminatorio que sufren algunas empresas a la hora de contratar los espacios o las filtraciones que se producen a determinados medios en detrimento de otros. Concurren a este certamen 655 expositores.
Una noticia preocupante que llenaría gran cantidad de información en diarios de la época y que alarmaría al mercado interior, sería la posible aprobación de una Ley en Estados Unidos que limitase la importación de calzado del exterior, “para frenar el deterioro de la industria nacional”, la temida Ley Mils, ya que fue este Senador Americano el que la promovió y que en los próximos años dio mucho que hablar e incluso fue aprobada y más tarde vetada por el Presidente de la Nación.
En el certamen de La XIII FICIA Marzo 1.970, se procedería a la ampliación del recinto incorporando los 20.000 metros cuadrados de la calle Rosales y llegando a los 40.000 metros cuadrados de superficies expositivas.
Se empieza a trabajar en la creación de un centro de “Calificación de Calidades”, como se llamaría en un principio a lo que en el año 1.971 sería el INESCOOP (años mas tarde INESCOP). Pero ese nacimiento no estuvo aislado de detractores y fue precisamente la Agrupación de Fabricantes que había sido constituida en Julio del año 1.970, la que en primera instancia, consideró que el afán de protagonismo de FICIA podía dar lugar a duplicidades de servicios.
El Ministro de Comercio inauguró la FICIA de Septiembre de 1.970 que se habría en el seno de una crisis naciente, la cotización del dólar, la saturación del mercado nacional y las noticias que llegan de EE.UU. sobre la inminente aprobación de una Ley que consistía en reducir las exportaciones a aquel país y situarlas en los niveles alcanzados entre los años 1.967 y 1.969, que para nuestro calzado arrojaban unas cifras muy bajas; a esa Ley se le conoció por el nombre del Senador que la apoyó denominándola “Ley Mils” y que en la década de los años 70 sería aprobada y finalmente vetada por el Presidente de la Nación.
Si la Feria de 1.970 se caracterizaba por celebrase en un periodo “negro” del sector, ahora a la Feria de Marzo de 1.971 se le llamó como “La feria de la esperanza”, sin embargo no se logró el resultado que se esperaba a pesar de que el número de expositores seguía aumentando. Se producen algunos intentos en otras Comunidades como baleares, de salir a exponer sus zapatos en un marco ajeno a la FICIA, aunque estos intentos se van corrigiendo con el paso del tiempo. También se anuncia una “guerra comercial” entre EE.UU. y el Mercado Común Europeo, esto sigue preocupando al sector que se va sumiendo en su profunda crisis.
Durante la Feria de Septiembre de 1.971, fue la “Feria de los homenajes”, se homenajeó a varios eldenses que fueron fundadores de la misma y también a los alcaldes de las ciudades zapateras; así mismo se entregaron los premios al primer concurso de Modelistas-Patronistas que previamente se había convocado por una empresa de artículos para el calzado. Los resultados publicados por FICIA eran esperanzadores, sin embargo la Agrupación de Fabricantes los pone en duda, generándose una confrontación entre las dos Instituciones que marcaron los resultados de este Certamen; pero lo cierto es que a todos los problemas se añadía la falta de pieles ya que la cabaña nacional era totalmente insuficiente para poder abastecer el mercado. Los llamamientos a la unidad frente a aquellas primeras divergencias entre organismos al servicio del sector, empezaron a llegar y Valle de Elda publica un dibujo a modo de chiste titulado “Todos en la misma nave”, que puede servirnos como recordatorio de que todas las Instituciones de un mismo sector, forman parte de la dotación del barco.

(PONER DIBUJO AÑO 1.971 NOVIEMBRE DE VALLE DE ELDA).

La feria Marzo 1.972 tiene la novedad de que vuelve la maquinaria que solo se exponía en la de Septiembre y por otra parte se anuncia la aparición de la revista “Modapiel” que lanzará las próximas líneas de diseño desde FICIA, por lo demás este Certamen no evidencia un crecimiento de ventas. Por otra parte se crea SELECMODA, también en el seno de la Feria, se trata de una iniciativa para exponer las tendencias de cada temporada y los materiales de las industrias conexas, el primero se inaugura con cincuenta estands. Pero cuando hay crisis parece que casi todo va mal y en el Certamen de FICIA septiembre de 1.972, se acusa una gran afluencia de fabricantes que exponen fuera del recinto ferial, es decir, en hoteles o en sus propias fábricas y almacenes, desviando a los clientes posibles a otros lugares, dentro y fuera de Elda; esto causa una gran preocupación y es motivo de cierta polémica. La situación de la industria es francamente mala y los cierres temporales y definitivos se producen casi a diario, como algunos afirmaron en su momento, “Elda está al borde del colapso”; a partir de ahí las Selecmoda se suceden y las Ferias también, pero a excepción de pequeñas reacciones puntuales, el pesimismo va en aumento. En medio de esta crisis, el Colegio de Peritos e Ingenieros Técnicos de la Provincia de Alicante ofrece un homenaje a la industria y un monumento que se levantó en la plaza Sagasta.
El Censo de 1.972 da unas cifras de 45.157 habitantes en la ciudad, pero este mayor número de personas no es proporcional a una mayor cantidad de trabajo en la ciudad, ya que la crisis es profunda y los debates se suceden sobre la causas y las posible soluciones, incluso se debaten el Las Cortes y se obtienen algunas ayudas para paliar la situación que se deteriora por días, los ataques a la FICIA se suceden desde diferentes puntos de las zonas zapateras del país que comienzan a cuestionar la única Feria existente, a esto se une la devolución de partidas de zapatos que no reúnen las condiciones mínimas de calidad.
Los industriales eldenses siguen teniendo dificultades incluso en asistencia a otras Ferias, así en Dusseldorf, no han podido exponer en los pabellones feriales y lo han hecho en hoteles, debido a que España no pertenece a la Comunidad Europea ni está inscrita en la EFTA. También nuestra industria está sufriendo el acoso del gobierno americano y las denuncias de “dumping” son frecuentes, incluso se llegó a poner una tasa compensatoria del 3%. Para colmo de problemas, arrecian las críticas a la ubicación de FICIA en Elda, aluden a falta de infraestructura hotelera y a problemas de comunicación.
Es tan profunda la crisis y tan profunda sus consecuencias que según la prensa de la época, en los 19 últimos meses se han cerrado 1.708 fábricas de calzados en todo el país, es decir, el 60% de las que habían en 1.970 y la mayor parte en la provincia de Alicante con una incidencia muy alta en Elda; pero es cierto que el cierre de una empresa propiciaba la apertura de otra u otras más pequeñas y semiclandestinas. Pero por ser mucho, las desgracias se acentúan y las empresas americanas devuelven muchos pedidos a empresas eldenses, por falta de calidad, esto llegó a reavivar la figura del “controlador de calidad”impuesto por las comerciales extranjeras. En medio de tanta incertidumbre, otra empresa ligada a uno de los viajantes más notorios de CEPEX, hace su aparición, se trata de UNIDIS S.A. que tendría una finalidad similar Cepex.
En la Feria del Calzado de Marzo de 1.974 se hace un llamamiento especial a la participación con frases como esta “esta Feria está impregnada de esperanza”, pero los resultados indican que el bache actual es mayor de lo esperado; como nota anecdótica cabe destacar que en esta muestra se colocó la “primera piedra testimonial” de lo que será el Museo del Calzado, con un estand en la Feria en la que se podía leer “Museo del Calzado – Fase Inicial”. Los industriales eldenses siguen teniendo dificultades incluso en asistencia a otras Ferias, así en Dusseldorf, no han podido exponer en los pabellones feriales y lo han hecho en hoteles, debido a que España no pertenece a la Comunidad Europea ni está inscrita en la EFTA. También nuestra industria está sufriendo el acoso del gobierno americano y las denuncias de “dumping” son frecuentes, incluso se llegó a poner una tasa compensatoria del 3%. Ese mismo verano se empieza los estudios para la reestructuración del sector, con un determinado tamaño de industria y ayudas para la mecanización. Para colmo de problemas, arrecian las críticas a la ubicación de FICIA en Elda, aluden a falta de infraestructura hotelera y a problemas de comunicación.
La creación de la Asociación Provincial de Fabricantes de Calzado, da la presidencia a un eldense, Manuel Bonilla. Los primeros enfrentamientos entre dirigentes de las diferentes Asociaciones por motivos de representación, empieza a aparecer en la vida del sector, casi siempre se trata de personas de Elda.
En el año 1.977 quedó constituida en Madrid la Federación de Industriales del Calzado español recayendo la presidencia en el Sr. Bonilla, al que sustituiría Vicente Antón en los tumultuosos meses de fin de año, el nuevo presidente pretende mayor control en la organización de las ferias de Elda. También ese año se disuelve la Cooperativa INESCOOP y se transforma en Asociación de Investigación (INESCOP). En Nueva York acuden a distintos lugares, CEPEX por una parte y FICE por otra, el director general de esta última, Miguel Angel Guzmán, declararía que “la feria había sido un desastre”.
En Elda este último año se alcanza la cifra de los 50.000 habitantes, concretamente 50.931, y llegado el verano se anuncia la mayor huelga del sector calzado de su historia., se crea el Movimiento Asambleario y los trabajadores de todo el sector paralizan la industria y con ella la ciudad, huelga que duró 13 días y acabó con un laudo de obligado cumplimiento; la huelga y sus consecuencias dejaron una profunda huella en la economía de la ciudad.
La feria de Septiembre de ese año comenzó con malos augurios y acabó con 142 millones de ventas menos que el año anterior. FICE también este año comienza a organizar exposiciones y ferias fuera de España y declara que eso es bueno para el sector y así seguirá haciéndolo.
En el año 1.978 nuestra ciudad y FICIA son sorprendidos con una mala noticia, dada la falta de infraestructuras hoteleras y de servicios, el Ministerio autoriza a realizar dos Ferias más del Calzado, una en Madrid y otra en el Palma de Mallorca, lógicamente FICE estaba detrás de esta autorización. A partir de ahí las luchas entre FICE y FICIA arreciaron y a pesar del respaldo de todas las fuerzas vivas de la ciudad la intranquilidad en Elda es una realidad. Pero ante la amenaza de Ferias fuera de Elda, FICIA anuncia que para 1.979 abrirá cuatro Ferias en Elda (dos de calzado y dos de conexas).
En el año 1.978 aparece la primera huelga en el sector del curtido y nuestra sufrida industria vuelve a pasar momentos de auténtico pánico, al final se aprobó una rebaja arancelaria de las pieles del 50% que llegaba tarde; esto unido a nuevas tasas aduaneras en EE.UU. que pasa del 0,91% al 2,27% y las tasas compensatorias del 1,30 al 1,90%.. Son muchos los empresarios eldenses que mantienen una actitud de rebeldía ante la Seguridad Social y dejan de ingresas las cuotas empresariales, lo cual plantea nuevos y serios reveses para la industria local.
En 1.980 se produjeron incidentes entre los trabajadores de FICIA y acuden a la huelga ante una situación de incertidumbre por la que atraviesan, hay varios incidentes entre UGT y el equipo dirigente de FICIA, todo parece que se va a desmoronar de un momento a otro.
Mientras esto ocurre en Elda, en el Hotel Melía se produce la primera Feria en Madrid, con muy pocos expositores de Elda, pero lo cierto es que fue un éxito de público, esto suponía el final de Elda como sede de la única Feria, los resultados económicos ascendían a 2.300 millones de pesetas. La situación en Elda es desesperante, se plantea con carácter inmediato: Abaratar los costos de fabricación e incentivar la financiación; reducir aranceles de pieles y maquinaria; buscar nuevas vías de comercialización y aconsejar a los industriales buscar la calidad y el diño por encima de cualquier otro parámetro.
Tras un acuerdo entre Valiente (presidente de FICE) y Obrador (de FICIA) acuerdan realizar nuevas ferias en Madrid pero de la mano de FICIA, pero en el seno de FICE hay desacuerdo y a través de IFEMA se convoca unilateralmente otra feria en Madrid y la guerra se reactiva.
Con la “guerra de ferias” y la crisis del calzado instalada, ahora es el Mercado Común el que quiere imponer tasas arancelarias a los zapatos que entren en su zona de influencia, sobretodo los que provengan de España, Rumanía y Checoslovaquia, en especial los fabricantes de Elda por tratarse de un zapato de mayor precio, encuentran en esta medida proteccionista una nueva amenaza.
El anuncio de desautorizar una nueva feria en Madrid es achacado a Roque Calpena en su calidad de senador y FICE solicita su dimisión, pero al final la II Feria de Madrid se realizó y con ella se esfuman las esperanzas de consolidar de nuevo el protagonismo de Elda. Se plantea la dimisión de la Asociación de fabricantes de Elda, en desacuerdo con FICE Madrid y en el fondo empieza ya a vislumbrarse una tercera vía que sea alternativa a Elda y Madrid. Se empieza a barajar la posibilidad de crear un pabellón ferial en Alicante. Todos se movilizan y el Ayuntamiento de Elda recibe la propuesta de un comité ciudadano en defensa de la FICIA.
En esos años es casi más angustiosa la situación de las Ferias y las crisis de las Instituciones zapateras que la propia crisis del calzado que, en el caso de Elda, sigue dando una de cal y otra de arena. Ahora se perfila un polígono de Preferente Calificación Industrial que ayude a la diversificación de la industria zapatera local. Eso unido a que EE.UU. empieza a comprar mas zapatos y en Elda se fortalece el mercado con Europa, parece que la crisis pude haberse superado.
El incremento creciente de ventas de calzado al mercado exterior y los llamamientos a la mecanización de la industria del calzado, dieron lugar a la creación de muchas pequeñas empresas que trabajaban sin descanso para dar servicio a los pedidos de fuera y dentro de nuestro país, eso fue así hasta la llegada del año 1.970, en que se empezaron a cernir negros nubarrones sobre la industria zapatera local, no tanto por las ventas de calzado al exterior, que continuaban su marcha ascendente, sino más bien por una serie de motivaciones que respondían a las siguientes: por una parte la limitación de créditos que impuso la banca española a las empresas y que acabó por asfixiar a las más débiles de nuestra ciudad; por otra la saturación del mercado nacional que no admitía un solo par más de la superproducción que ahora se realizaba en comparación con años anteriores, el mercado nacional frenó sus compras; por último, y aunque las ventas al exterior no presentaban signos alarmantes, la falta de calidad de algunas fábricas y la imprecisión de algunos servicios, frenarían la escalada de ventas a algunas empresas americanas, por otra parte el anuncio de restricciones en Estados Unidos, al zapato importado, produciría un duro golpe para la moral de nuestras empresas. Los paros temporales se sucedían y el cierre definitivo en algunos casos era inevitable. Aunque los años venideros suavizarían la situación, lo cierto es que la década de los años 70 se cerraría con una crisis para nuestra industria zapatera, quizás la más profunda de las vividas en el siglo XX, coincidente también con el enfrentamiento entre las Instituciones del sector que acabarían, en la década siguiente, con el abandono de las Ferias que se celebraban en Elda.

LA PROBLEMÁTICA DEL AGUA
Es sabido que la huerta de Elda se arruinó durante la mitad del siglo XIX por la salinización de las aguas del río Vinalopó; la ciudad quedó desolada ya que la mayor parte de sus tres mil habitantes vivían del producto de la huerta. A partir de ahí Elda tuvo que buscar un nuevo horizonte que canalizase sus aspiraciones y para buscar una actividad que compensase sus pérdidas económicas. Ciertamente la ciudad encontró su norte pero tardó muchos años en renunciar a su vocación agrícola; incluso muy avanzados los años 60 del siglo XX, todavía se añoraba una huerta que reforzase la economía local y diese trabajo a un nutrido grupo de eldenses.
En el año 1.951 se forma el llamado Grupo Sindical de Colonización de Elda, con el fin de tratar de resolver el grave problema de riego de las huertas de los afiliados a la Hermandad; se adquirieron unas tierras en la partida de Carboneras de Villena, para alumbrar un pozo con vistas a abastecer el riego de la huerta de Elda, aunque podría emplearse el excedente para reforzar el servicio doméstico.
La ciudad realizaba un gran esfuerzo para modernizar sus infraestructuras y en el año 1.952 se sitúa el punto de partida de la renovación de las antiguas instalaciones de la red de aguas potables, las inversiones han sido muy importantes y en esta década y la siguiente además de terminar de modernizar el sistema de agua potable, se garantiza el servicio durante muchos años con el entubamiento, canalización y perforación de un túnel por debajo del monte de La Torreta que trae las aguas de los pozos que se han alumbrado en la población de Salinas. Los habitantes de la ciudad hasta entonces no podían disponer en sus domicilios de agua potable, y tampoco durante todas las horas del día y de la noche, por ello las fuentes públicas eran las abastecedoras de agua potable a las viviendas, produciéndose el ir y venir de personas cargadas con cántaros; la Plaza de Arriba o R.N.S., estrena una bonita fuente de agua potable con cuatro caños e iluminada con un hermoso farol que queda instalado en la parte alta de la fuente, de momento y hasta que llegue el agua potable durante todo el día, los vecinos del casco antiguo podrán abastecerse de agua, llenando sus cántaros en esta moderna fuente.
Pero el problema de las aguas no solo es de Elda, en Petrel se produce un alumbramiento en un pozo de agua, en el paraje llamado “La Mina”; es un nuevo aporte a la riqueza de la comarca, ya que el agua que mana de este pozo es de buena calidad y solucionará en parte los problemas de la huerta de la vecina Villa.
Aunque la ciudad se ha convertido en una importante población industrial, a esta alturas, como ya se ha dicho, no pierde su vocación agrícola ya que todavía se conservan alrededor de las zonas urbanas, una importante huerta y por ello el Grupo Sindical de Colonización trabaja para conseguir mejorar el abastecimiento de regadíos, solicitando y consiguiendo créditos, es el caso del conseguido en los años 60 de la Caja de Ahorros de Novelda y que por su importancia supuso un enorme impulso para sus fines.
En Marzo de 1.963 se realiza el empalme final del entubado del agua que viene de los pozos de Salinas y ya por fin Elda tendrá agua suficiente en sus hogares, sin tener que ir permanentemente a la fuente en busca de agua potable. Se trata de un problema que se está padeciendo desde aquella sociedad Aguas del Canto S.A. que pasó a ser municipal y que el Ayuntamiento ha venido trabajando para solucionar ese problema básico que da a las ciudades un sello de modernidad, se ha construido un depósito de 2.800 metros cúbicos en el llano de San Crispín, frente a los 1.400 que se tenía actualmente, con el nuevo depósito el agua podrá llegar a los pisos más altos de los edificios que se están construyendo en la Fraternidad y el Progreso. En Petrel, que alumbró un pozo en el paraje de “la Mina” en el año 1.959, no tiene agua suficiente y también está tratando de buscar agua en su término para realizar las perforaciones que colmen la escasez actual, no obstante se sabe que la Diputación está alumbrando agua en la provincia de Albacete y que este caudal pasará por diferentes pueblos de la provincia en su entubado hasta Alicante y Petrel será beneficiaria.
En el año 1.967 se anuncia la puesta en marcha del último tramo de traída de aguas de Villena para el riego de la huerta de Elda, se trata de un entubamiento que llegará a la Colonia de santa Eulalia y tras pasar por un embalse en Sax, llegará a Elda con un caudal de 120 litros por segundo.
Pero no solo quedó resuelto el problema del agua potable, también en estos años la ciudad inició las obras del alcantarillado, que se ultimarían en el año 1.954 con la puesta en marcha de la depuradora municipal de aguas residuales.
Acabando la década de los 60, el Ayuntamiento pone en marcha el expediente para canalizar el río Vinalopó a su paso por la ciudad, se trata de una importantísima obra que se inauguraría muchos años después, pero que realizó su proyecto y voluntad de ejecución, en estos años; la verdad es que los márgenes del río Vinalopó se habían convertido en un improvisado almacén de desechos, plásticos y suciedad; las aguas bajaban contaminadas y ello producía zonas de embalses que generaban insectos y olores, por ello la canalización era una obra que se solicitaba con mucha fuerza y que con ella se podría rescatar una serie de espacios que en esos momentos era impensable.
El día 6 de Abril de 1.979, el Alcalde de Elda inauguró oficialmente el depósito de almacenamiento de agua construido en las inmediaciones de “la casa Cortés”, en término municipal de Petrel, este depósito se une a los ya existentes en la Torreta y en Alto de San Miguel y resuelve el problema de abastecimiento existente en el momento actual; sin embargo esta inauguración se realizó solo por motivos políticos, ya que dicho depósito no estaba totalmente acabado y sería reinaugurado de nuevo, ya con otro Alcalde y el mes de Agosto.

DESARROLLO DE LA EDUCACION Y LA CULTURA
Entre los años 1.950 y 1.980 Elda experimenta un salto cualitativo en la modernidad en todos los sentidos, pero quizás uno de los más importantes sea en materia de Educación y Cultura, la ciudad pasa de tener apenas uno o dos Centros de Enseñanza pública primaria, a ser una de las ciudades más avanzadas de la provincia en Educación Secundaria. También otro tipo de actividades culturales cuajan en esos años, para reforzarse en el futuro y solidificar sus estructuras.
El día 6 de Julio de 1.957 se convocó una reunión en el Ayuntamiento de Elda para formar una comisión que gestione y ponga en marcha un Colegio de Enseñanza Media, se trata de una oferta realizada por el Obispo de la Diócesis de Orihuela, y el Colegio tendría que abrirse en el próximo otoño, de ahí que esa Comisión tenga la responsabilidad de buscar un local provisional para el inicio del próximo curso; la Comisión la integrarían, además de los sacerdotes de las parroquias de Santa Ana y La Inmaculada, los Jefes de Falange y los de los Sindicatos de la Piel, más tarde entrarían a formar parte otras personas de la ciudad, hasta alcanzar la veintena, todas ellas con el compromiso de buscar subvenciones o donativos para la adquisición de los terrenos en los que debería estar ubicado el Centro. Elda sigue aunando voluntades para la puesta en marcha de ese Colegio y es la Asociación de Padres de Familia, la que se suma al proyecto, dando un impulso definitivo, hasta el punto de presentar inmediatamente los planos y la maqueta del futuro Colegio que se llamaría “Colegio Sagrada Familia”, se construirá de forma inmediata en el margen derecho de la carretera de Ocaña-Alicante, a la salida de la ciudad y en unos terrenos junto a una granja avícola de Teófilo Gil y la estación de servicio “Idella”. La inauguración del Colegio se realizó el día 12 de Abril de 1.964 y fue presidido por el Obispo de la Diócesis de Orihuela. Al acto asistieron el alcalde de Elda, el presidente de la Asociación de padres de familia Rafael Samper Juan, el director del colegio José María Madrazo y el rector del mismo Efrén García Oliver. Como era el primer Centro que impartía las llamadas “enseñanzas medias”, supuso un enorme éxito y en muy poco tiempo quedó colapsado de alumnos procedentes fundamentalmente de Elda y Petrel. Este Colegio fue gestionado en sus primeros momentos por la Asociación de Padres de Familia, pero la falta de experiencia en la gestión de estos Centros y los problemas económicos surgidos, dieron paso a un acuerdo con la Compañía de Jesús para que se hiciese cargo de solventar la papeleta y resolver la gestión. La llegada a Elda del Padre Vicente Parra y del Padre Eugenio Feliú, al frente de un pequeño grupo de sacerdotes y hermanos Jesuitas, posibilitaron a que en poco tiempo, “La Sagrada Familia” fuese un Centro ejemplar y bien gestionado.
En el panorama cultural hay que mencionar la inauguración del Aula Cultural de la Caja de Ahorros del Sureste de España, de momento esta aula tendría que realizar sus programas de conciertos en la Sala Rex, pero unos meses después, concretamente en Marzo de 1.960, abre su oficina principal de la calle General Mola (hoy Ortega y Gasset), se trata de unas oficinas modernas con un amplio espacio para el público y la novedad estriba en que en el piso superior, con acceso desde la calle de San Roque, se ha acondicionado una Sala de Actos que en los años siguientes sería un local muy activo en la programación de todo tipo de actos culturales en la ciudad.
También en estos años se pone en marcha la Sala de Arte de la Caja de Ahorros Provincial de Alicante, en una entreplanta situada en la calle Queipo de Llano (Jardines); se trata de una pequeña sala preparada para dar cabida a exposiciones, fundamentalmente de pintura, pero que también acogió con el tiempo, conferencias y otro tipo de manifestaciones culturales; al finalizar la década de los años 60 se pone en marcha el Salón de Otoño que permaneció más de veinte años y que supuso una plataforma expositiva para muchos pintores locales.
A final del año 1.961, el Instituto de Ciencias Sociales de Elda es una realidad, dependerá de la Escuela Social de Valencia y los estudios cursados tendrán carácter universitario, se llama Instituto de Ciencias Sociales “Ramiro Ledesma”, se trata de la primera escuela de Graduados Sociales de la provincia de Alicante y comenzará a impartir sus clases en Febrero de 1.962. Merece ser destacado este acontecimiento porque Elda comienza a perfilarse como posible sede Universitaria, aunque, como en este caso, haya que depender de la Universidad de Valencia.
En el año 1.965 los Ayuntamientos de Elda y Petrel acuerdan construir y poner en marcha un Instituto de Enseñanza Media conjunto que sería el único público de la comarca, ya que la Sagrada Familia tiene carácter privado, y que sería una realidad en el año 1.967, el Consejo de Ministros dio luz verde el 29 de Noviembre de 1.966 y se pretendía que empezase a funcionar para el curso escolar 67/68; efectivamente se inauguró el curso en el nuevo Instituto situado en la zona de “frontera”, en la Avenida de Madrid, el día 21 de Octubre de 1.967.
También en ese final de década se acuerda, en el seno del Centro Sagrada Familia, la creación de una Escuela de Mandos Intermedios, pero no se haría una realidad hasta que la Compañía de Jesús dirigiera el Centro de Enseñanza, entonces la Escuela de M.I. formaría parte de la red nacional de Escuelas que la Compañía tiene en todo el territorio nacional y que basa sus enseñanzas en la Doctrina Social Cristiana; se establecerían dos especialidades: Técnicos y Administrativos. Durante muchos años era este Centro el único existente en la provincia, en la que el trabajador que aspiraba a puestos de mando en las empresas, podía realizar su formación integral, porque hay que recordar que entre su amplio temario habían materias como “Técnicas de Expresión” o “Relaciones humanas”.
Se empieza a construir en la Avenida de la Melva la Escuela de Maestría Industrial dependiente del Ministerio de Educación Nacional, se trata de un Centro en el que se impartirán clases de Aprendizaje y Maestría Industrial, materias similares a las que se impartían desde hacía décadas en el Centro Sindical de Formación Profesional, sin embargo este otro Centro que ahora se acometía realizaría una enseñanza oficial reconocida por el Ministerio de Educación y Ciencia; en Octubre de 1.968 se empezaría el primer curso en este flamante Instituto.
En Enero de 1.968 se crea el “Lápiz de Oro” para jóvenes diseñadores, por iniciativa del Taller Escuela Sindical de Formación Profesional, este premio no se relanzaría hasta muchos años después, concretamente en 1.984, que lo haría en el Instituto de Formación Profesional La Torreta y con el protagonismo y dedicación de uno de sus profesores Joaquín Samper, con otros compañeros del Centro; a partir de ahí el concurso que tenía carácter Nacional y se convocaba cada año, pasó a ser mejor dotado económicamente y declarado Internacional para más tarde convocarse de forma bianual.
En Diciembre de 1.968 se inaugura una escuela de primaria en San Francisco de Sales y con ello se da un servicio a los niños y niñas de ese nuevo barrio, con el aporte importantísimo que supuso a la enseñanza en términos generales de la ciudad que ya, en aquellos años, soportaba un importante déficit en materia de plazas escolares.
Pero la población avanza y son muchas las familias que se están asentando en Elda y Petrel, llegando a verse saturado el nuevo Instituto de Enseñanza Media que comparten ambas poblaciones, por eso se realiza la petición de un nuevo Instituto de Enseñanza Media que se pondría en funcionamiento años más tarde.
Y como colofón de un periodo muy abundante en realizaciones escolares y culturales, se empiezan a dar los primeros pasos para la construcción de un enorme edificio para la Escuela Sindical de Formación Profesional; estaría situado en la zona del barrio de la Torreta y junto a la ermita de San Crispín, en sus primeros estudios albergaría no solo talleres y aulas, comedores y cocinas, sino también una amplia zona de residencia para estudiantes, ya que lo que se espera es convertir este Centro en modelo de escuela para Técnicos del Calzado y que pudiesen llegar a Elda en busca de formación, estudiantes de todos los lugares del país.
El nombramiento del director musical Gerardo Pérez Busquier al frente de la Orquesta del Liceo de Barcelona, propicia las conversaciones que darían lugar, con los amigos de la Opera de Elda, a la celebración en los próximos años de las representaciones operísticas que dieron brillo a la cultura musical de la ciudad y que supuso un privilegio para todos, poder escuchar en Elda las mejores óperas con los mejores cantantes del momento.
Elda cuenta, a principio de 1.974, con la primera sala de Arte de titularidad particular, se trata de la Sala de Arte Sorolla, ubicada en la calle Zorrilla muy próxima a la Plaza Sagasta, esta sala daría mucho juego en la vida cultural de la ciudad en los años siguientes, sobretodo en lo que respecta a la pintura y escultura.
El nuevo Centro de Formación Profesional a construir en el barrio de La Torreta, es declarado de “interés social”, en este año 1.975 y pronto será una realidad; las obras se iniciaron el día 4 de Agosto de 1.976 con la colocación de la primera piedra y asistencia de las autoridades locales.
En el mes de Enero de 1.975, un grupo de pintores autodidactas, inauguraron “La Casica del Artista”, con la pretensión de que se convierta en un centro cultural que active el amor por la pintura, realizando exposiciones colectivas y trabajando de forma colectiva.
En la Escuela de Formación Profesional de la Melva se presentó el libro “Tecnología del Calzado”, se trata del primer libro que habla de las tecnologías actuales y de los procesos de fabricación, en lengua española, sirviendo para la enseñanza reglada de esta especialidad.
También en el seno de la Mancomunidad, en el mes de Junio de 1.978, ha tenido entrada un estudio realizado por el director del Conservatorio alicantino de música “Oscar Esplá”, para la creación en Elda de una Escuela Oficial de Música; la propuesta fue acogida de forma positiva y con la intención de que sea una obra mancomunada.
El anuncio en el mes de Diciembre de 1.978, de la aprobación por el Consejo de Ministros de la Universidad de Alicante, anima a los eldenses y crea ciertas expectativas de que, en un futuro, Elda pueda reforzar su sede Universitaria.
También la UNED desde su centro Regional de Elche, pretende crear una sede permanente en Elda, de momento con oficinas para información y matrícula, en un futuro también en esta ciudad se impartirán clases y realizarán las pruebas de los alumnos de diferentes carreras universitarias, aunque para esto tendrán que pasar más de veinte años.

MODERNIZACION DEL SISTEMA SANITARIO Y ASISTENCIAL
Los treinta años en los que circunscribimos nuestras referencias históricas de la ciudad de Elda, tuvieron un papel muy importante en lo que respecta a servicios sanitarios; la ciudad de los años 50 disponía por toda asistencia sanitaria, de un Hospital que regentaban las Hermanas Carmelitas y que atendía con total insuficiencia de medios, a aquellos enfermos “de paso” a la capital de la provincia para su asistencia definitiva; como atención primaria se contaba con un pequeño ambulatorio ubicado en la calle de Los Gíles, frente a la puerta de la Sacristía de Santa Ana, en el que un médico y enfermera trataban a los pacientes que llegaban aquejados de pequeñas molestias, este ambulatorio procedía de otra ubicación anterior, estaba instalado en una planta de piso de la calle Liberación (hoy calle Porvenir).
Hasta estos años la costumbre obligada de las futuras madres, era la de parir en el domicilio propio, asistidas por la comadrona o el médico de cabecera; en el año 1.957 se incorpora a la modernidad de los tiempos que se vive, una Sala de Partos en lo que se llamó “Sanatorio Quirúrgico Maternal” del Hospital de Elda; se realizó un llamamiento a la ciudadanía para que utilizase los servicios hospitalarios que darían mayor seguridad de asistencia, tanto a la madre como al recién nacido, por una cantidad mínima de 40 pesetas diarias incluida la alimentación de la asistida; sin embargo lo habitual en esos días era que los bebes naciesen en casa y en los primeros años la gran mayoría de los eldenses ignoraron esta recomendación.
Los servicios médicos y asistenciales recibían nuevas aportaciones de cara a la modernidad de los años más importantes vividos en las transformaciones sociales y económicas de las últimas décadas y en Enero de 1.961 se inaugura la Clínica Quirúrgica “Virgen de la Salud”, se trata de una clínica nacida de la iniciativa privada y que gozaría de los mayores adelantos técnicos de aquellos años, dispondría de banco de sangre y plasma, grupo electrógeno para recibir energía eléctrica en los frecuentes cortes producidos en el servicio, técnicas modernas de intubación, anestesia y con un servicio permanente día y noche. La moderna clínica se inauguraba como un servicio Comarcal y de hecho el Alcalde de Petrel que estuvo presente en el acto, la considera muy necesaria para ambas poblaciones, ya a partir de ahora, los pacientes podrán ser intervenidos en Elda sin necesidad de correr riesgos al tener que ser enviados a la capital. La clínica estaba a cargo, como cirujano jefe, del doctor Emiliano Bellot asistido por un amplio cuadro médico y auxiliar.
Una de las obras que supusieron el espaldarazo que precisaba la asistencia sanitaria de aquellos años, fue el anuncio de la construcción del ambulatorio de la Seguridad Social que tendría cinco plantas, en la calle Padre Manjón, y que estaría dotado de los mejores adelantos técnicos y asistenciales de aquellos años, supondría una mejor atención al enfermo con el consiguiente aumento del cuadro de profesionales; el ambulatorio se inauguró el día 10 de Septiembre de 1.966.
Aunque no se inauguraría hasta casi dos décadas después, en el año 1.969 se ponen en marcha el proyecto para la construcción de un Hospital-Residencia en Elda y para toda la comarca; un proyecto muy ambicioso que enmarca, también en el tema sanitario, a Elda como la ciudad que ocupa la capitalidad no solo de la comarca sino de la zona del Medio y Alto Vinalopó.
En el orden asistencial queda inaugurado el Hogar del Pensionista, a finales de 1.973, una obra muy necesaria para la ciudad ubicada muy cerca del Hospital y que fue subvencionado por el Ministerio de Trabajo, comienza con 2.500 socios y una afluencia diaria de más de 400 personas mayores.
En los primeros meses de 1.975 se aprueba definitivamente que la Residencia Comarcal de la Seguridad Social se construya en Elda, es una excelente noticia que posibilitará una referencia muy importante en lo que respecta al sistema sanitario de la provincia; contará en una primera fase con doscientas cincuenta camas, se edificará en la zona de la Torreta y frente a los terrenos destinados a la residencia de disminuidos síquicos.
A mediados de 1.976 cobra mayor fuerza el planteamiento que ya se hiciese meses atrás sobre la fusión sanitaria de los pueblos vecinos de Elda y Petrel, esta fusión obedece más a la necesidad de la vecina villa de tener resuelto su servicio de urgencias sanitarias; sobre este asunto hay diversidad de opiniones y una de las partes detractoras es el colectivo médico, sin embargo se toma la determinación de avanzar en la fusión.
En el mes de Noviembre de 1.976 se anuncia la construcción de dos nuevos ambulatorios, uno en Elda y otro en Petrel.
La Mancomunidad intermunicipal de Elda – Petrel celebró sesión en el mes de Abril de 1.978 para, entre otros asuntos, invitar a los municipios de Sax y Monovar para que se integren en el proyecto de construcción de un Centro de atención a disminuidos síquicos; el centro se inauguraría en el mes de Febrero de 1.979.

MEJORA DE LAS COMUNICACIONES Y MEJORAS EN LOS SERVICIOS
Las mayores distancias en la población y el aumento de habitantes obligan a la puesta en marcha del servicio de Transporte Urbano, con varias líneas que cruzarán la ciudad, situando el transporte en una peseta por trayecto completo, la empresa encargada del servicio por este primer año 1.957 y desde el mes de Junio, sería la Noveldense S.A.
El día 21 de Febrero de 1.959, se inaugura una emisora local “Radio Elda”, se trata de una autorización concedida a través del cura párroco de la Iglesia de la Inmaculada, Joaquín Martínez Vall, es un acontecimiento importante ya que permitirá escuchar la voz de la ciudad a través de las ondas y coincidía con una general reivindicación que se había formulado desde muchos años antes. Radio Elda incorpora en sus primeras emisiones una gran cantidad de programas culturales, recordando las actividades diarias y la agenda permanente. En el año 1.964, Radio Elda deja de emitir, por una Orden Ministerial debe convertirse las emisoras locales en emisoras de frecuencia modulada y para ello se precisan medios económicos y tiempo, por el momento Elda no tiene disposición para hacer frente a estos gastos y así, la voz de la ciudad enmudeció durante bastantes años, aunque el Ayuntamiento en 1.968 acordó también solicitar una emisora de radio a la Dirección General de Radiodifusión y Televisión.
Una importante mejora para que la emisión de televisión llegará más nítida e incluso poder alcanzar la señal de UHF que hasta este año era imposible su localización en el Valle del Vinalopó; en el año 1.960 se firma un acuerdo entre el Director General de Radiodifusión y las autoridades civiles de la provincia, para instalar un repetidor de gran potencia a 1.550 metros de altitud, en Sierra Aitana, quedando afectadas y por tanto beneficiadas, tanto la población de Elda como la de Petrel y demás ciudades y pueblos de la comarca y de la provincia de Alicante.
Elda pide a gritos una central telefónica automática para la comarca como ya existe en otras ciudades de cierta importancia, con este servicio se modernizarán las comunicaciones y se abandonará, en un primer momento, la permanente llamada a la operadora para que pueda enlazar a los eldenses con el número deseado; también este paso fue decisivo para poder eliminar, en parte, las largas horas de espera en los locutorios hasta conseguir hablar por teléfono con alguien que residía fuera de la ciudad. En Octubre de 1.964 se inaugura la nueva central telefónica automática, a partir de ahora los números telefónicos pasarían de tres a seis cifras, sin embargo solo funcionaría en la provincia ya que hasta el año 1.969 no se integraría el servicio en la red automática general.
En Abril de 1.968 entra en servicio el nuevo edificio de Correos y Telégrafos construido en la calle Dahellos; hasta entonces la ubicación de la calle Generalísimo (hoy Nueva), había quedado obsoleta y pequeña, de igual forma la central de Telégrafos que estaba ubicada en la misma calle Nueva, pasó a ocupar una parte del nuevo recinto.
Los Alcaldes de la ciudades y pueblos de la comarca, en los primeros años de la década de los 70, se reúnen para dotar a la zona de un repetidor de UHF que se instalará en la cima de la sierra de Los Chaparrales y con ello resolver definitivamente los problemas de señal de televisión que impedían la visión de este canal en los pueblos limítrofes a Elda.
En Agosto de 1.972 el Ayuntamiento de Elda encarga a la Oficina Técnica Amat y Maestre, el proyecto para dotar de alumbrado al Campo de Fútbol, se trata de un revolucionario sistema único en España que empleará lámparas de halogenuros metálicos y que servirá de base para la iluminación de otros estadios en todo el país, los resultados fueron espléndidos y como consecuencia el sistema se realizó más adelante en Orense, Alcoy, Ferrol, Almansa, entre otros.
También sería presentado, en 1.975, el anteproyecto del nuevo Mercado Central a construir donde está el actual, esto generó cierta polémica que crecería años más tarde cuando el Mercado fuese inaugurado.
En el mes de Noviembre de 1.978 se adjudicaron las obras de los Juzgados de Elda, en un solar situado en la calle de San Francisco y frente a la Iglesia de Santa Ana; en este lugar además de existir algunas viviendas, estuvo ubicado durante muchos años el centro social de la Sección Femenina de Falange.
También en este mes de Noviembre se ha sabido de la salida a subasta de un edificio para albergar las instalaciones de la Policía Armada, se construirá en la calle Lamberto Amat y junto al cuartel de la Guardia Civil.
En el Consejo de Ministros del día 20 de Abril de 1.979, se concede a nuestra ciudad un Registro de la Propiedad, segregado del existente en la vecina Monovar.
A finales del mes de Abril de 1.980 entra en servicio el nuevo Parque de Bomberos de la Mancomunidad, construido cerca del Hospital Municipal y enfrente del Cementerio.
También este mismo año 1.980 se tomo el acuerdo plenario de construir un nuevo Matadero Municipal y abandonar definitivamente el actual que por su antigüedad no reúne las condiciones higiénicas ni de trabajo para realizar su cometido. Aunque la situación no se ha planteado, lo cierto es que al final y años después, se construiría en el nuevo Polígono Industrial Campo Alto.
En unas conversaciones mantenidas entre el alcalde de Elda, Roberto García, y el de Monovar, Enrique Peiró, llegaron al acuerdo de crear una mancomunidad entre Elda y Monovar, fundamentalmente para poner en marcha el Polígono Industrial Campo Alto, incluso en un pleno celebrado en Elda, se invitaba a Petrel a sumarse a la misma, esta mancomunidad nunca se llevaría a efecto y sí se integraría Monovar y Sax., años más tarde, en la mancomunidad formada por Elda y Petrel.

INFRAESTRUCTURAS URBANAS Y EDIFICACION
Una de las características de estos años es el aumento desmedido de los grandes bloques de edificación de viviendas, junto con la apertura de la ciudad a nuevos núcleos urbanos que descongestionaron las zonas urbanas del centro de la ciudad. También la modernización del alumbrado público con la instalación de lámparas de vapor de mercurio que sustituían a las viejas lámparas incandescentes; las calles de nuestra ciudad se van asfaltando a ritmo creciente conforme avanzan los años y las redes eléctricas de media tensión se modernizan con el enterramiento de muchos tramos urbanos.
Se aprueba el Plan General de alineación de Elda y su ensanche, con la inclusión de la zona en la que se construirá en el futuro el nuevo Campo de Fútbol, el trazado de la Avenida de Alfonso XIII y de las Olimpiadas, que suponen las calles de mayor anchura previstas en la ciudad, la delimitación de la barriada de San Francisco de Sales, el ensanche de la calle Colón que llega hasta el Ayuntamiento desde la antigua calle Generalísimo y una calle que irá desde la Iglesia de Santa Ana hasta la calle Jardines actual, pasando junto al Casino Eldense (esta calle después de casi cincuenta años, no ha podido ser abierta en su totalidad). También se prevé el cierre del Matadero Municipal y la construcción de uno nuevo en la zona de Los Molinos, junto a un lavadero que había en la carretera de Monovar; en ese Plan se aprobó la posibilidad de abrir un túnel bajo el Castillo para comunicar la Plaza de R.N.S. o plaza de arriba, uniendo por la calle Castillo, el puente de la Estación, evidentemente esa obra jamás llegó a realizarse; otra previsión de aquel Plan fue la creación de una amplia calle que pasará por delante de la ermita de San Antón y la Tafalera y que unirá la ronda Oeste, con la Este junto al Cementerio.
El Instituto Nacional de la Vivienda realizaría una serie de concesiones a Elda y Petrel que se traducen en la inauguración de zonas de viviendas protegidas o subvencionadas; primero fue las 129 que se edificaron en los antiguos solares del Manicomio, frente al Hospital, donde también se adjudicaron y construyeron 50 viviendas junto a las primeras que formarían el llamado “Grupo Luís Batllés”.
La ciudad continúa siendo lugar de acogida de gran cantidad de personas que llegan de otras poblaciones buscando trabajo en el calzado, y al Ayuntamiento se presentan en estos años múltiples peticiones de construcción de viviendas subvencionadas en diferentes zonas de la ciudad, una de ellas atañe a los antiguos solares de lo que fue la emblemática fábrica de calzados de Rodolfo Guarinos, conformando toda esa manzana de calle Alcázar de Toledo y Carretera de Monovar, con un total de 220 viviendas a un precio de 60.000 pesetas cada una. En el año 1.957 el Gobernador Civil firmó la escritura de compra de los terrenos para la edificación del Barrio de las Trescientas barrio que recibió el nombre de “Francisco Franco”, son viviendas que hay que abonar en dos plazos entre 13.000 y 14.000 pesetas aproximadamente antes de la ocupación y un alquiler o amortización de 166 a 179 pesetas al mes; los locales estarían a la venta entre 6.300 o 6.600, según los tipos.
Uno de los acontecimientos más relevantes es la construcción de las 600 viviendas que componían el barrio de San Francisco de Sales, dotadas de mercado, Iglesia y un Centro de educación infantil y primaria; la Cooperativa de viviendas de San Francisco de Sales, así denominada la sociedad que realizó la gestión, pasó por momentos de dificultad económica y se requiere a los socios para un aumento de sus cuotas, pero lo cierto es que en Febrero de 1.962 se entregaron la primeras 124 viviendas y ese popular barrio empieza a poblarse, en el mes de Marzo de 1.965 se entregarían 154 viviendas de una segunda fase; en Mayo de 1.968 se entregaron la totalidad de las viviendas del barrio de San Francisco de Sales y dicha zona urbana quedó inaugurada oficialmente.
El día 3 de Septiembre de 1.957, el Ayuntamiento de Elda tomó un trascendental acuerdo de ordenación del casco urbano de la ciudad, dividiéndolo en varias zonas y categorías, “Comercial”; “Tolerancia Industrial”; la “Histórico-Artística”; la “Ciudad Jardín”; el “Sector de Bloques Abiertos” y la “Zona Industrial”, con esta clasificación la ciudad quedaba organizada de tal forma que ya se tenía una idea clara de lo que se debía construir o instalar en cada rincón del término municipal.
También Petrel crece y se anuncian nuevos grupos, el denominado San Bartolomé que construirá un grupo de viviendas en lo que será la Avenida de Novelda. El destino de ambas poblaciones avanza imparable y por el mismo camino, en sus términos municipales se establecen los trabajadores que llegan procedentes de otros lugares en busca de trabajo en la industria y con la ambición de mejorar su nivel de vida y el futuro de sus hijos.
La ciudad va mejorando su aspecto y así la calle Jardines ofrece un mejor aspecto al colocarse la acera en la confluencia de la calle Dahellos, calle que se ha abierto al tránsito y que han sido ocupados los primeros edificios de lo que fue el solar de la Fábrica de “Los Bellod”, por cierto en estos días se ha eliminado totalmente la antigua valla que limitaba ese chalet-fábrica.
La Avenida de Alfonso XIII será una vía de ronda de la ciudad, partirá la piscina “El Lido” y por lo tanto desaparece; el verano de 1.964 será el último y los eldenses cerrarán una página de su historia relativa a estas piscinas que fueron el único lugar para tomar el baño que tenían los habitantes de Elda.
También en la calle Menéndez Pelayo se ha derribado lo que era la antigua Hermandad de Labradores, un caserón que fue utilizado en los últimos años por múltiples colectivos tales como El Orfeón Sinfónico Eldense, la Banda de Música Santa Cecilia, diferentes Partidos Políticos y Centrales Sindicales antes de la guerra civil y últimamente se destinó un espacio para el Frente de Juventudes, en ese solar se empieza a edificar un edificio de semisótano, planta baja y cuatro pisos para destinarlo a sede de la delegación Comarcal de Sindicatos.
Las edificaciones se construyen en altura y son varios los edificios que se construirán de varias plantas; uno en la calle José Mª Pemán de once plantas; otro de 15 plantas frente a la Cruz de los Caídos; también un edificio de diez plantas en la calle Dahellos para el Banco Español de Crédito o el “Edificio Colón”, en la esquina de esta calle con la Generalísimo (Nueva) y un enorme edificio de 18 plantas entre las calles san Blas y Carretera de Monovar, con 160 viviendas que se llamará “Edificio Elda” y que será la mayor construcción de viviendas realizada en la ciudad hasta la fecha.
Se habla de construir una nueva ciudad de 1.240 viviendas y 5.580 habitantes, con iglesia y grupos escolares, cinco guarderías y un consultorio médico, todo ello rodeado de amplias avenidas y plazas con zonas verdes.; la zona se encontraba junto al barrio de San Francisco de Sales que se encuentra en construcción. Se iniciaron los trámites en el Ministerio de la Vivienda pero la realidad es que solamente se construyeron dos grupos de viviendas, varios años más tarde.
También el anuncio del nuevo trazado de la circunvalación de Elda y Petrel en la carretera nacional Ocaña-Madrid, supondrá una mejora de nuestras comunicaciones por carretera ya que por fin se eliminará el paso de vehículos por el centro de la ciudad, aunque este tema y el posible trazado recibió críticas de ambos Ayuntamientos.
En Agosto de 1.967 quedó inaugurado el edificio Ernes consta de 12 plantas y 62 viviendas y 23 locales comerciales, ocupando una superficie de 14.000 metros cuadrados en los solares de una antigua fábrica situada en la calle Juan Carlos I.
Al igual que en otra época de expansión de la ciudad, en la primera y segunda parte del siglo, se construyeron los barrios de la Fraternidad y el Progreso, o la más reciente, el barrio de San Francisco de Sales; ahora una nueva iniciativa en plan Cooperativa se pone en marcha, con mayor modestia se aborda la constitución de la Cooperativa San Cristóbal que inicialmente la constituyen fundamentalmente los taxistas de Elda. Se trata de construir un bloque de viviendas entre las calles Ramón Gorgé y San Agustín, de 14 plantas y un total de 128 viviendas.
Otro importante acuerdo adoptado por el Ayuntamiento de Elda fue realizar un Plan General para ambas poblaciones, además de la red de alcantarillado y una estación depuradora; de todo ello solamente se llevaría conjuntamente la estación depuradora ya que Elda y Petrel acometerían cada población su Plan General .
Una necesaria e importante obra que se venía solicitando desde hacía muchos años, vio la luz en este año 1.968, se trataba de la ampliación del puente de la Estación y con él la posibilidad de mejorar la zona de paso de vehículos y peatones, en un paso por el que la mayor parte de los vecinos de ambas ciudades y de los visitantes a la ciudad, tenían que transitar a diario.
En el año 1.969 se prepara un gran proyecto para construir una ciudad jardín en la Loma Badá, en término de Petrel, con cabida para más de 800 chalets, acogería a 4.000 personas en fases sucesivas, incluso, en un principio, el Ayuntamiento de Elda, de cuya ciudad son la mayor parte de los promotores, acordó solicitar al Ministerio de Turismo, un “Parador de Turismo”.
En el año 1.969, la Obra Sindical del Hogar, autoriza para Elda 195 viviendas que serían emplazadas en uno de los barrios obreros de la ciudad, sin determinar, y 32 viviendas más junto al Hospital.
Una reunión importante se celebró en la Diputación de Alicante, tras las reuniones de ambos municipios, Petrel y Elda, por separado, ahora se trata de poner las bases para la creación de la Mancomunidad de Servicios de Elda y Petrel, que el día 6 de Marzo del año 1.972 sería aprobada en Pleno extraordinario por el Ayuntamiento, que el 27 de Enero de 1.973 y en una sesión presidida por el Gobernador y con la presencia de ambos alcaldes, quedó definitivamente constituida. En los siguientes meses tomaría varios acuerdos, como la construcción de una depuradora conjunta o el ya comentado estudio del Plan General para las dos ciudades.
Empieza a hablarse del Pan de Ordenación Urbana de Elda-Petrel, este intento lo plantea en primer lugar el III Plan de desarrollo que prevé dentro del Plan Provincial, la ciudad de Elda como cabecera de comarca; más tarde sería la propia Mancomunidad con los Alcaldes de Elda y Petrel al frente y por último, dentro de esta década, se realizaron los Planes de Elda y Petrel por separado, con una mayor conflictividad en el caso de Elda; el Plan convulsionó, años más tarde, la vida social de la ciudad y la dividió entre detractores y seguidores, coincidiendo en el tiempo en los acontecimientos políticos que llevaron al país a un cambio de modelos de Estado. Fueron muchas las reuniones realizadas en los años siguientes para la aprobación de unas normas subsidiarias que permitiesen la puesta en marcha del Plan, al final en el mes de Julio de 1.977 y tras cuantiosas reformas, se aprobaron las normas por el Pleno Municipal de Elda, con la correspondiente suspensión temporal de Licencias. Sin embargo Petrel por separado aprobó, meses antes, sus Normas Subsidiarias sin apenas “ruido” y con un gran porcentaje de acuerdo.
El año 1.972 comienza con un Padrón de 41.500 habitantes para Elda; en la expansión urbanística hay que contar con otra nueva Cooperativa llamada “La Unión Zapatera” que en principio realizará la construcción de 100 viviendas para sus socios.
La ciudad sigue creciendo y en un acto celebrado el 4 de Noviembre de 1.974, se adjudicaron 490 viviendas al Polígono Almafrá y 144 más se adjudicarán por subasta pública.
En Enero de 1.975 se hace público que la canalización del río Vinalopó en ya un hecho con la terminación del proyecto que ascendió a 50 millones de pesetas, en una primera fase quedó aprobado el proyecto con un costo para el Ayuntamiento de 18 millones de pesetas; las obras empezarían a principios de Diciembre de 1.976.
El 11 de febrero de 1.975 se inaugura la desviación de la carretera de Madrid-Alicante y con ello se elimina el paso por la ciudad, se trata de una buena noticia que es acogida con especial entusiasmo. También este mismo año se ha confeccionado el proyecto para el encauzamiento del río Vinalopó a su paso por nuestro término municipal, este proyecto sufriría varias modificaciones en los siguientes años y especialmente en 1.980 en que se ampliaría en 275 metros más de los proyectados en un principio.
La nueva designación de Alcaldes de Elda y Petrel, activan unos proyectos mancomunados, la nueva depuradora, y desactivan otros, los Planes de Urbanismo de las dos ciudades siguen caminos diferentes y en Elda se suspenden Licencias y se realiza una delimitación de suelo en el mes de mayo de 1.975, con la puesta en marcha de unas normas subsidiarias que serian rechazadas en Elda una y otra vez, no así en Petrel, y que serían el detonante para unos meses de movilizaciones, mesas redondas, e incluso enfrentamientos verbales entre afectados, promotores, grupos de vecinos e incluso políticos y sindicalistas en los años en que se puede palpar el final de un sistema político.
En el mes de Mayo de 1.976, se aprobó la nueva delimitación del suelo urbano de la ciudad, que se modifica con respecto al último de 1.962 y que determina las nuevas líneas de límite de la zona urbana.
A finales del mes de Julio de 1.976 fue aprobado el proyecto de construcción de la estación depuradora para el saneamiento de Elda y Petrel que se construirá en las confluencias de la Rambla del Cid o de Bateig con el río Vinalopó, en la cuña que se forma entre ambos cauces frente a la partida de la Jaud; las obras se adjudicarían en Abril de 1.977.
Un Consejo de Ministros celebrado en el mes de Junio de 1.980 aprueba el Polígono Industrial Campo Alto de Elda como de “preferente localización industrial”, esto supone para Elda la posibilidad de obtener beneficios fiscales y subvenciones a fondo perdido y un buen momento para iniciar la tan necesaria diversificación industrial en el Medio Vinalopó.
Se concedió Licencia Municipal, en 1.980, para la construcción de 180 viviendas promovidas por el Instituto nacional de la Vivienda y adjudicadas por el MOPU a una empresa de Barcelona; en principio se ubicarán las construcciones en la Almafrá en una superficie de 10.000 metros cuadrados con cuatro bloques; las viviendas serán subvencionadas y adjudicadas a familias con escasos recursos económicos.

DEL OCIO Y DEL DEPORTE
El 22 de Febrero del año 1.953 abre las puertas el Cine Rex, una sala “especial” que nace en el seno y por la voluntad de un grupo de afiliados a Acción Católica y cuya adecuación costó 200 mil pesetas, la presidencia entonces la ostentaba José Romero Ródenas y la secretaría José Amat Jover; esta Sala serviría, según sus organizadores, para recaudar fondos y destinarlos a sufragar los gastos de las familias necesidades de la población. El nuevo cine sería un acontecimiento importante de cara a la modernidad, ya que en los próximos años se distinguió por estrenar películas recientes, también sería el lugar de referencia para las reuniones previas a la formación de las Asociaciones del sector zapatero y fundamentalmente para la Feria del año 1.959 junto al cine Cervantes.
Una de las Sociedades que tendrían un gran protagonismo en la vida social de la ciudad en aquellos años, es el Moto Club, fundado en Julio de 1.954, en principio sus actividades se centraron exclusivamente en el deporte del motociclismo y así se desarrollaron diferentes pruebas de raylles y actuando en premios organizados en Elda, con motivo de la Festividad de los Santos Patronos en Septiembre; pero con el transcurso del tiempo fueron aumentando la masa social y también realizaron juegos de azar, algunos con “permisos exclusivos” que culminaron en la realización de una espléndidas instalaciones de tres plantas que se inauguraron en el año 1.957; con los años se irían perdiendo las actividades deportivas para convertirse en un lugar de reuniones y juego, para incorporar mejoras en años sucesivos con vistas a una mayor comodidad de los asociados.
Se produce la inauguración de un nuevo cine, el Lis, ubicado en la antigua Sala Yola que con este motivo dejó de tener servicio una de las salas de baile más populares de la ciudad de la posguerra.
Otro cine se abre en Elda-Petrel, el cine “Goya”, aunque se encuentra en término de la población vecina, lo cierto es que se inaugura en la prolongación de la calle Martínez Anido, actual Juan Carlos I, muy alejado del casco urbano de Petrel y en la zona de expansión de Elda, zona llamada “Frontera”, prácticamente se puede considerar un nuevo cine en Elda.
Otra sociedad que nace como centro de ocio y cultura es el Club de Campo que quedaría inaugurado el día 12 de Diciembre de 1.964, este complejo deportivo incentivaría la vida deportiva en la práctica del tenis y el frontón, ya que hasta esa fecha no era posible el acceso a estos deportes en pistas reglamentarias y públicas; también se inicia en Diciembre de 1.967, el estudio para la construcción de la “Ciudad Deportiva del Centro Excursionista Eldense”, una magnífica obra en la que sería muy popular entre los eldenses, y que supondría uno de los centros deportivos más grandes de la provincia, anunciando la primera fase para el año 1.970.
En el panorama deportivo en Elda se produjo el partido entre el equipo de balonmano de División de Honor Pizarro y el Atlético de Madrid, este partido marcaría el final de nuestro equipo local, debido a las duras sanciones impuestas por la Federación Nacional que obligaron al equipo Pizarro a retirarse de la competición.
También en el final de este año 1.971 la Sociedad Centro Excursionista de Elda, toma el acuerdo de adquirir, en el término municipal de Petrel, 153 hectáreas de terreno para destinarlas a Parque de Montaña, más tarde llevaría el nombre del presidente que lo hizo posible, Daniel Esteve.
Otra importante novedad es la inauguración, en esos primeros meses de 1,974, de la carpa que cubriría la piscina del Club de Campo y que posibilitaría a que en Elda se pudiese practicar la natación durante todo el año.

OTRAS ACTUACIONES DE INTERES
La población en los años que comprende la década de los 50 y a pesar de la inmigración que se está produciendo en la comarca del medio Vinalopó, también acude a ofertas de trabajo en el extranjero y así en los primeros años, hasta la apertura de la primera Feria del Calzado, es frecuente observar, en determinados meses del año, una pizarra en una de las fachadas de la calle Jardines, en la que se solicitan inscripciones para trabajar fundamentalmente en Francia y Bélgica.
Como corresponde a una ciudad moderna, Elda en el año 1.957, crea, con la incorporación de cuatro guardias municipales, el cuerpo de “guardias urbanos”, entonces era una novedad ver en la “esquina del guardia” a un guardia uniformado de azul, con sus correajes blancos y un enorme casco similar a los bobys británicos, pero de color blanco.
El crecimiento de Elda también lo asume el parque automovilístico y en el mes caluroso de Julio del año 1.958, la Alcaldía de Elda publica una nota de obligado cumplimiento para todos los propietarios de vehículos que decía lo siguiente: “deberán a partir de este mes, aparcar sus vehículos en las calles de una sola dirección, en el lado de la sombra”, lo que ya no sabemos es cual sería la norma para aquellos conductores que aparcasen sus vehículos en los días nublados.
Al finalizar el año 1.959, llega la noticia a la ciudad que Luis Coronel de Palma, hijo de un eldense y persona muy vinculada a la población, ha sido nombrado Director General de la Confederación de Cajas de Ahorro de España, este hecho aunque no tenga una incidencia directa sobre la ciudad, no deja de ser un hecho destacable por cuanto una persona vinculada a Elda ostenta tan alto cargo en una de las Direcciones Generales de carácter económico más importantes de España.
La modernidad llega a los hogares y la utilización del gas butano para uso doméstico supone un notable avance, el gas es mas limpio y barato que otros tipos de energía; en estos primeros años de instalación, algunas amas de casa se plantea serias dudas de la peligrosidad en el empleo de esa bombona color naranja que, naturalmente acabó por imponerse de forma generalizada y que en aquellos primeros días de 1.960, costaba 25 pesetas.
El anuncio del cierre del Banco de Elda, esa prestigiosa firma bancaria que tanta ayuda prestó al industrial y al comerciante de Elda y de Petrel (con censos de población de más de 28.000 habitantes la primera y casi 11.000 habitantes la segunda) y que produjo beneficios para el buen nombre de la ciudad y de la comarca, supone la nota negativa de aquel año 1.961. El Banco de Elda se fundó por el entusiasmo de un grupo de eldenses en el año 1.932, más adelante fue absorbido por otra entidad bancaria que tuvo la deferencia de mantener el nombre de Elda vinculado al Banco, pero esta vez la entidad que lo compra tiene su sede en Madrid y abriría con el nombre de Banco Central.
La ciudad también amplia sus centros dedicados al culto y en al final del año 1.963, se inauguró el templo parroquial de San José Obrero y en este contesto y dado el espectacular aumento de la población, la ciudad de Elda recibe el nombramiento de Arciprestazgo en el año 1.969, segregándolo del de Monovar.
La comarca de Elda tiene en sus pueblos y ciudades, una gran cantidad de fábricas y talleres, que aumentan el riesgo de incendio y requieren una mayor dotación, por eso en el año 1.964 se crea un parque comarcal de bomberos dotado con vehículos modernos y personal suficiente.
Con la visita del Real Madrid, se inauguró en Septiembre de 1.964, el nuevo estadio de fútbol, rodeado de huertas y solares, en este primer partido el Eldense se alzó con la victoria.
Otro hecho importante de cara a la modernidad fue la pérdida del voltaje 125 para uso industrial y doméstico, a partir de final del año 1.965, las nuevas viviendas solamente podrán recibir energía a 220 V., esto creó un gran impacto ya que los pocos electrodomésticos fabricados en aquellos años, no estaban preparados para el nuevo voltaje y debían instalar un amplificador en cada uno de ellos para poderlos utilizar; la medida no se aplicaría, de momento, a las viviendas antiguas.
En el mes de febrero de 1.965, el Príncipe de España D. Juan Carlos de Borbón, visitó Elda y fue agasajado en las nuevas instalaciones del Club de Campo, también visitó las fábricas de José Amat Sanchís y la de Pedro García, recién construida en la salida de Elda y muy cerca del Club de Campo.
Pero la importancia creciente de la ciudad dio lugar a que en Noviembre de 1.965, por Decreto del Ministerio de Justicia, Elda se convirtiera en cabeza de partido, absorbiendo a los que antes estaban situados en Novelda y Monovar. También se traslada a Elda el registro de la Propiedad que estaba ubicado en Monovar y se crea el nuevo Juzgado de Primera Instancia e Instrucción, que fue inaugurado el día 1 de marzo de 1967, en Elda ya habitaban algo más de 40.000 almas.
El 4 de Mayo de 1.966 toma tierra en Alicante, el primer avión comercial y este hecho supuso un gran empuje para el comercio de nuestra ciudad en particular y para la organización de las misiones comerciales que vienen a FICIA, además los grupos de vendedores que deben desplazarse a los diferentes mercados, lo harán con mayor comodidad desde la capital.
Con la inauguración en 1.970 del nuevo mercado de San Francisco de Sales se diversifica el, hasta ahora, único Mercado Central y este importante barrio de la ciudad ve colmadas su peticiones de varios años con las consiguientes incomodidades que les supuso a sus moradores, el tener que desplazarse a diario, al otro extremo del pueblo para acudir al único mercado existente.
También se acomete la reforma de la Plaza de la Prosperidad con la inclusión de un parque infantil y esta emblemática plaza adquiere un nuevo aspecto en lo que supone el primer parque para juegos infantiles creado en la ciudad.
La importancia de Elda como capitalidad de la comarca empieza a dar sus frutos y en el año 1.968, se traslada a nuestra ciudad la zona recaudatoria de Hacienda y un año después es nombrada como cabeza de zona para la recaudación de contribuciones.
Después de muchos años de distanciamiento de los municipios de Elda y Petrel, a veces con una rivalidad que era incomprensible en dos pueblos que están prácticamente unidos, en la década de los años 60, las relaciones vecinales pasan por un momento de mayor acercamiento y en Mayo de 1.969 se produce un hecho sin precedentes, el Ayuntamiento Pleno de Elda propone al de Petrel la fusión de ambos Municipios; Petrel se aprestó a rechazar la oferta y proponiendo a cambio una mayor cooperación.
Para cerrar esta resumida historia del progreso y la modernidad en el periodo comprendido entre los años 1.950 y 1.970, se produce un hecho que aunque lleva el sello de la modernidad, lo cierto es que el tiempo ha quitado la razón, así en el final de este periodo es derribado el Templete de la Plaza de Cautelar, un lugar que contribuyó a marcar las señas de identidad de la ciudad y que dio paso a una reforma que convertía la zona en una más de las muchas que se pueden encontrar en cualquier parque o plaza pública, pero se había perdido un monumento levantado para organizar conciertos, con cierto sabor “de modé” y que en el siglo XXI se recuerda a través de pinturas y grabados, lo mismo que ocurriría con el “estanque del león”, ubicado en la misma zona.
Como anécdota curiosa y en la búsqueda de un mejor control higiénico de los productos de aquellos años, por una Orden de Presidencia del Gobierno, quedó prohibida la venta de leche ambulante, una estampa que todavía era habitual en la ciudad de la década de los sesenta, a partir del año 1.971, la leche debía ser higienizada para la venta.
Otra novedad que afecta a las costumbres de las gentes de las ciudades y que en el caso de Elda se había convertido en una tradicional comitiva, era la eliminación por parte del Obispado de Orihuela, del acompañamiento del clero en los cortejos funerarios, esa costumbre producía atascos de tráfico ya que el cortejo salía de la Iglesia y se dirigía hasta un determinado lugar, en el caso de Elda, hasta la mitad de la calle Pedrito Rico y allí se despedía el duelo, pero muchas veces el cortejo se encaminaba hacia la Parroquia y lo hacía caminando por la carretera de Madrid-Alicante que cruzaba toda la ciudad.
Una noticia alarmante llega a los eldenses de forma casi sorprendente, a mediados de la década de los 70, el Ayuntamiento ha dado luz verde para el derribo de la Plaza de Toros, eso convertiría la zona en otro núcleo de viviendas y se suprimiría un lugar que forma parte de la historia de la ciudad, afortunadamente el propietario de la plaza desistió de la idea y se mantuvo la edificación.
En Abril de 1.977 se formó la “Asociación de Comerciantes de Elda y Comarca”, una buena noticia para el comercio que ponía en marcha un trabajo de muchos años.
En el verano de 1.979, se produjeron dos noticias que pudieron cambiar sensiblemente el desarrollo de nuestra ciudad, en el plano hotelero y en el de lugares de esparcimiento; por una parte se produjo la noticia de la posible construcción de un Parador de Turismo en el lugar que ocupa el Castillo de Elda, por otra, la Mancomunidad empezó un estudio sobre adquisición de la finca “El Poblet” para convertirla en un parque natural; ambas propuestas nunca se llevarían a efecto.

BIBLIOGRAFIA

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