domingo, 24 de febrero de 2019

22. Logos y marcas de calzado eldense: Calzados Proa; Rafael González Amorós "Celinda" y "Calzados Deltell"


Grupo de trabajadoras de Proa. Año 1950.
Calzados Proa se creó en el año 1940 como una sociedad formada por Antonio y José Sirera Esteve, este último con amplia experiencia en fabricación ya que tenía a su nombre otra empresa en Elda y José María Gran Diez, persona que había dedicado su juventud al diseño y patronaje de calzados y con extraordinarias dotes para generar negocio, muy conocedor del oficio y capaz de asumir riesgos.
La industria se creó en una nave de planta baja situada en la calle Cervantes, frente a los patios de las Escuelas Nacionales; una planta industrial diáfana con amplios ventanales que albergaban las secciones de la fábrica, con una superficie aproximada de 900 metros cuadrados.
Empezó con la fabricación de calzado de "chicarro", con una sección de vulcanizado para zapatos de colegial. La producción semanal era aproximadamente de 1000 pares de zapatos de gran calidad y para ello tenía una plantilla de 120 trabajadores.
La marca con la que se vendían los zapatos era la de "Proa", representada por una carabela de la que hizo una preciosa reproducción a escala y que figuraba en un lugar preferente en la zona de oficinas de la empresa.
José Sirera se separó de la empresa en el año 1960 y Antonio y José María seguirían juntos hasta el año 1973, año éste en que continuaría solo José María Gran hasta el cierre definitivo.
Rafael González Amorós tenía la fábrica situada en la calle D. Quijote de Elda, para fabricar zapatos de mujer de alta calidad con la marca "Celinda", representada por una flor. Aunque fue una de las muchas industrias de Elda, te tamaño medio, hasta 35 o 45 trabajadores, realizaba un exquisito zapato de mujer, muy apreciado en el mercado nacional. La producción de este zapato que tenía muchas fases artesanas, era de 500 a 700 pares a la semana. La marca Celinda fue muy conocida en la década de los años 50 , como todas las pequeñas fábricas y talleres dedicados a este tipo de zapato, dejó su impronta en el sello de calidad del zapato eldense.
Otra fábrica que dejó una huella en el zapato de calidad de Elda, fue "Calzados Deltell" también como marca de fábrica, estaba situada en la antigua calle General Monasterio, hoy Pablo Iglesias, a la altura del número 86. Esta industria de tipo medio hasta 50 trabajadores, realizaba zapatos artesanos coincidiendo con la inauguración de las Ferias del Calzado, donde dispuso de una vitrina en las primeras ferias.

martes, 19 de febrero de 2019

Monumentos al calzado: La bota del peregrino en Finisterre

Esta bota hecha en bronce es un monumento al peregrino que se encuentra en Cabo Finisterre, en las estribaciones de esa bellísima zona del "fin del mundo".
Tradicionalmente los peregrinos llegados a este punto abandonaban el calzado que habían usado en una de las etapas del Camino de Santiago.
En su origen se trataba de un par de botas fundidas en bronce, pero con el paso del tiempo una de ellas fue robada.
La tradición todavía llega a más, los peregrinos en ese extremo de la ruta, no solo abandonan los calzados sino que queman las ropas que también han usado en el camino. Esa costumbre, en determinadas épocas del año, dan a este paraje una aspecto de basurero y se pretende colocar contenedores y crematorios para que el medio ambiente de la zona no se vea alterado. Algunos autores dicen sobre esta tradicional quema de ropas y calzado:  "Por medio de este rito, el peregrino se deshace de todo lo material y con el fuego intenta quemar todo aquello de lo que se quiere deshacer y que no le beneficiará para comenzar una nueva vida".

domingo, 17 de febrero de 2019

El mundo zapatero ha perdido a un insigne artesano

Pedro Lozano en su taller realizando una de sus obras artísticas.
Acabamos de recibir la triste noticia del fallecimiento de Pedro Lozano, un zapatero de Palencia que ha regentado hasta el último momento un taller artesano para hacer zapatos a medida y para pies con deformaciones, últimamente también con la colaboración de su hijo.
Hay que recordar quién fue Pedro Lozano para comprender su figura profesional y humana y la generosidad que tuvo con el Museo del Calzado, al donar parte de su obra maestra, que figura en una de nuestras salas.
Conocí a Lozano en el año 1993 con motivo de la preparación del primer concurso de zapato artesano, al que concurrió junto con otros eminentes zapateros como fueron: Julio Vibot, también de Palencia, Isabelino de Diego, de Almería o Manuel Reina, de Madrid. Todos ellos participaron con el museo en el logro de aquellos primeros premios a la artesanía y juntos hicimos más fuerte e importante nuestro Museo del Calzado. Pedro Lozano tuvo vinculaciones muy estrechas con nuestra muestra: además de donarnos una magnífica colección, realizó varias exposiciones de trabajos específicos relacionados con el calzado a medida que era su mayor realización artística. También recibió la Medalla de Plata de nuestra institución y fue homenajeado por su trabajo artístico.
El día 3 de diciembre del año 2010, el Consejo de Ministros aprobó la concesión de la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo a nuestro entrañable amigo Pedro. Todos sus amigos recibimos la noticia con una enorme alegría, se había hecho justicia y los españoles, a través del Gobierno de la nación, rendían homenaje de reconocimiento a uno de los zapateros más brillantes que ha tenido nuestro país.
Pedro Lozano ya no estará entre nosotros, pero su obra y su recuerdo seguirán perennemente entre las paredes del Museo del Calzado de Elda, como símbolo y ejemplo de un artista del calzado que encumbró su profesión a lo más alto, legando a las nuevas generaciones el resultado de su "obra maestra", como solía llamar Lozano a ese excepcional trabajo. Marcando con ello un ejemplo de abnegación, disciplina y perfección. Descanse en paz nuestro querido amigo Pedro Lozano.

jueves, 14 de febrero de 2019

21. Logos y marcas de calzado eldense: Rafael Romero Utrilles, "Ancla". Antonio Guill Pastor, "Los 4". Pascual Orgilés Bernabé, "Cachola"

Tarjeta fábrica de Romero Utrilles (Museo Calzado)
Rafael Romero Utrilles, apodado "El Salao", fue quizás el industrial más notable de los que han existido en Elda, además de la extraordinaria industria que construyó en los terrenos que hoy ocupan la calle Dahellos, también por los premios conseguidos en 1902 y que probablemente dieron lugar al dicho "Elda, París y Londres". La edificación ocupaba 1.160 m2 y estaba rodeada de un jardín con una verja sobre una valla que la limitaba y su fachada daba a la actual calle Jardines; la puerta principal al jardín estaba rematada con dos adornos simulando antorchas sobre dos pilares de obra que sustentaban una puerta de forja; el resto lo cerraba una simple valla de madera y cañas .
La industria se creó en el año 1876 y fabricaba calzados de todas las clases, desde el zapato corriente hasta el zapato de más puro estilo y diseño para mujer. La producción de la empresa alcanzaba los 800 pares diarios con una producción anual de 297.600 pares que eran realizados por una plantilla que superaba los 450 trabajadores; era una de las fábricas más grandes de aquellos años en los que en Elda se estaba consolidando como un referente en la industria de fabricación de calzados.
La marca de fábrica era un ancla ordinaria con cepo de madera y cadena
Al finalizar el siglo XIX y primeros años del XX, era una de las fábricas más dotada de maquinaria moderna y la más popular.
Rafael Romero estuvo presente en varios certámenes internacionales y desde principios de siglo exportaba parte de su producción a Europa. En el año 1902 y con motivo de la Exposición Internacional del Trabajo, celebrada en París, se le otorgó una medalla de oro de la exposición, en ella dicho galardón, por una cara, está la representación de la República Francesa y por el revés el nombre del industrial; ese mismo año en la Feria Exhibición celebrada en Londres, obtuvo también la medalla de oro del certamen y en esa distinción figura, en una cara, las efigies conmemorativas de la coronación de los Reyes de Inglaterra Eduardo VII y Alejandra, por el revés también el nombre de Rafael Romero Utrilles y el año de referencia.
Antonio Guill Pastor, fue un fabricante de calzado para niños que tenía una pequeña industria en la calle Valencia y realizaba una producción de 200 a 400 pares a la semana. La modesta empresa sin embargo tenía como garantía, realizar unos zapatos cuidados para niños y niñas en fabricaciones de pegado y cosido, vendiendo sus zapatos al mercado nacional en la década de los años 50. La marca de fábrica era "Los 4", con la leyenda de garantía que era la mejor respuesta de confianza para sus clientes. Como ya hemos indicado en otras ocasiones, la ciudad de Elda se caracterizó desde el principio por la fabricación esmerada de calzados de todas las clases, con una variedad de industrias que fabricaban calzados para niños, si bien más adelante irían desapareciendo las industrias de otras fabricaciones para centrarse casi en exclusiva en la fabri cación de calzado para mujer de alta gama.
Pascual Orgilés Bernabé, fue un gran zapatero de silla especialista en "entachado" y "cosido enredado". Con Juan Poveda Orgilés, iniciaría un tallerico para hacer zapatos y venderlos a terceros. La pequeña empresa lo facilitaba todo lo necesario: los cortes aparados, contrafuertes y topes, hormas, plantas, suelas, tacones e incluso los clavos y el cement, los zapatos por tanto serían casi unas obras de artesanía. En el años 1943, Pascual Orgilés montó su primer taller en su domicilio, en la actual calle Manuel Maestre, allí lucharía en momentos muy duros para abrirse camino en un mercado saturado de oferta como era el territorio peninsular, pero con un cuidado zapato hecho enteramente a mano, sus zapatos llegarían a todos los rincones de España.
La llegada a la empresa de su hijo, Pascual Orgilés Juan, cambió de forma radical la política de la empresa de puertas a fuera,  coincidiendo con los años de apertura al mercado americano, Pascual hijo fue uno de los primeros expedicionarios a la conquista de Nueva York, después vendrían otras ciudades y más adelante Europa; los zapatos fabricados a partir de esos años reunían los mismos conceptos de calidad pero el diseño se modernizó y los modelos tenían unas características muy complejas que los hacían únicos y muy difíciles de admitir competencia.
La marca de la empresa era Cachola.

sábado, 9 de febrero de 2019

20. Logos y marcas de calzado eldense: Jerónimo Guill - Anita; Juan Martinez García-Milady

Anuncio en Alborada de la fábrica de Hijos de José Jerónimo Guill y parte de la plantilla de trabajadores en 1939
José Jerónimo Guill en 1915, inició su taller de calzado en la calle 17 de Abril, nº 31, con algunos amigos y familiares, en total 6 trabajadores para fabricar calzados tipo "Luís XV", ese zapato que ha sido y es el orgullo de los zapateros eldenses. El primer taller tenía 150 m2 que con los años irían ampliando para llegar a 600 m2. El pequeño taller se transformó en una gran empresa que producía un tipo de calzados de bottier, en línea con los más prestigiosos fabricados en Elda, entre ellos Marcial Sarrió, que sería propietario de una gran industria.
Al fallecimiento de José Jerónimo, en1948, la empresa se transformó en Hijos de Jerónimo Guill, figurando como gerente Antonio Esteve, una industria consolidada con una producción de 1.200 pares de calzado a la semana de señora y con las más altas calidades del zapato eldense. La plantilla era de 75 trabajadores sin contar el trabajo a domicilio, especialmente en el aparado. Se trabajó con la marca "Anita", que era el nombre de una de las hijas del fundador de la empresa José Jerónimo.
Esta industria fue también crisol de alguno de los mejores fabricantes de calzados que se establecieron por su cuenta años después. Jerónimo Guill participó en la creación del Banco de Elda y de la SICEP. Esta empresa cerraría sus puertas en 1974 dejando un grato legado de prestigio.
En la década de los años 50 hubo una marca de fábrica "Calzados Milady", creada por el industrial Juan Martínez García. La empresa estaba ubicada en la calle Donoso Cortés, a la altura del Parque de la Concordia y exactamente tras la cruz que existe en el mismo. Durante años se especializó en dos tipos de calzado, el de señora de alta gama con la marca Milady y un zapato muy atractivo y de gran calidad para niños bajo la marca "Chiri" . Juan fue una persona muy activa y gozaba de gran simpatía. Alcanzó la presidencia de la Asociación de Fabricantes de Calzado en la comarca y trabajó con mucho dinamismo en favor de la industria del calzado en general, pero especialmente en la de la comarca a la que representaba. Martínez García fue presidente de una asociación muy conflictiva porque coincidió en el tiempo con las luchas intestinas en el seno del Comité Ejecutivo de FICIA y en la Federación de Fabricantes FICE, sin embargo su trabajo estaría siempre dedicado a salvaguardar los intereses de la industria y especialmente de las Ferias de Elda, posicionándose claramente contra aquellos que propugnaban llevárselas fuera de nuestro término.

sábado, 2 de febrero de 2019

Monumento al zapatero en la ciudad de Almansa



                                     
         
La actividad zapatera en Almansa data de mediados del siglo XIX, ya que hasta ese momento solamente había en la población alguna tenería y zapateros a medida o remendones. Al igual que sucedió en Elda y otras ciudades, se fueron desarrollando talleres familiares y artesanales para autoconsumo local o para la venta en mercadillos de poblaciones próximas. De ahí se pasaría a la creación de grandes y medianas fábricas que daban acogida a los trabajadores que iban abandonando el campo para incorporarse a esa recién creada industria. Como paso en otras poblaciones, la línea férrea entre Madrid, Valencia y Alicante, desarrolló el comercio y disparó las ventas de calzado creando más fábricas hasta convertirse en una importante ciudad zapatera. 
la familia Coloma fue fundamental, siendo Antonio Coloma Gil que, en 1815, era ya artesano zapatero y más adelante desarrollaría una de las industrias más impresionantes de España. Pero Almansa además se especializó en un zapato elegante para hombre, un prestigio que hoy todavía permanece.
El Ayuntamiento de Almansa encargó la construcción de una escultura,  que fue inaugurada en 1986, al escultor andaluz José Noja. Se trata de una estatua de bronce en la que se ve a un viejo zapatero montando un zapato. Está situada en una de las entradas a la primera fase del Polígono Industrial "El Mugrón".