sábado, 23 de marzo de 2019

El Museo del Calzado comprometido con la enseñanza profesional del calzado

Zapateros realizando zapatos especiales para pies con deformaciones en el Museo del Calzado.
Desde que el Museo del Calzado comenzó a tener actividad museística, nació también el compromiso de cubrir huecos en la enseñanza profesional.
En la década de los año 90 y ante la carencia de zapateros "a medida" y el retroceso que estaba experimentando la confección del calzado manual, se diseñó un programa tendente a complementar la formación de los zapateros, con conocimientos teóricos y prácticos en la elaboración manual de zapatos para pies con deformaciones y malformaciones. Solamente las personas que sufren estos problemas saben lo necesario que son esos profesionales para ayudar a calzarlos.
Desde el año 1996 y durante seis años consecutivos, el Museo del Calzado de Elda puso en marcha unos cursos de "Técnico Superior de Tecnología del Calzado, Marroquinería y Confección" dirigidos a postgraduados universitarios, de 250 horas de duración, de las cuales 142 estaban destinadas a prácticas en empresas de calzado. Los cursos se realizaron en los aularios de la Universidad de Alicante y las prácticas en empresas de Elda, Petrer y Elche. Esos cursos estaban promovidos por FUNDEUN (Fundación Universidad y Empresa) y lo impartían un total de 12 profesores, todos con titulaciones adecuadas a las materias, desde diseñadores en ejercicio, ingenieros y economistas trabajando en fábricas de calzado, marroquinería y confección, hasta técnicos en moda.
Folleto de uno de los cursos impartidos en la Universidad de Alicante.
Desde hace tres años también la dirección del Museo del Calzado está realizando cursos, tanto en Elda, como en Valencia o Madrid, sobre Diseño del Calzado para emprendedores y conocimiento del sistema 3D, con la colaboración de la Universidad CEU.
Cartel anunciador del curso de diseño que imparte el Museo del Calzado.
En todos los casos la mayoría de los alumnos salidos de las aulas del Museo encontraron un camino profesional en el mundo del calzado. Naturalmente los cursos son necesariamente presenciales y, en el momento actual, se aprecia un interés creciente por completar la formación basada en el diseño y la tecnología del calzado. Si los profesionales formados en las aulas del Museo del Calzado han sido necesarios para la industria, en los momentos actuales cobran un especial valor, dada la competencia existente con países de nuestro entorno y la necesidad de incorporar al diseño nuevos profesionales que aporten valores al calzado español.

Monumentos zapateros: Levantado en un pequeño pueblo de Tenerife que recuerda a los zapateros del lugar


En un pequeño pueblo llamado San Juan de la Rambla y situado en el norte de la isla de Tenerife, en el Archipiélago Canario. Esta Villa fue reconocida en toda la Isla por la calidad del calzado que fabricaban los más de 20 profesionales que se concentraban en un municipio que no superaba los mil habitantes, prescriptores de una labor que creó escuela y sirvió de sustento a la mayor parte de los habitantes de la época. Tal era el reconocimiento de los zapateros, que el poeta Pedro García Cabrera en su obra “Vuelta a la Isla”, usó esta profesión como eje central del poema dedicado al municipio.



            Recordando la memoria de los zapateros rambleros se levantó un monumento diseñado por el escultor Moisés Afonso Herrero, ubicado en la Calle Estrecha, en pleno casco urbano, como recuerdo a tan noble profesión. En la parte superior se encuentran dos botas en acero sobre un gran bloque de piedra, una placa central de mármol recoge los primeros versos del poema de Pedro García Cabrera: “Me fui a San Juan de la Rambla para hacerme a la medida unos zapatos a prueba de malpaíses y ortigas”.

            "Con un calzado que se exportaba dentro y fuera de Tenerife y con el impulso económico que generaban las dos fábricas de las famosas alpargatas rambleras, la Villa fue antes, durante y después de la Guerra Civil, la villa de los zapateros”, expuso la alcaldesa durante el acto inaugural. “Es justo que no se olvide la memoria de quienes, con su esforzaba labor, lucharon contra viento y marea para crear industria, logrando ser referencia en épocas en las que el comercio era una heroicidad
            Los zapateros vivieron su época gloriosa durante las décadas entre los 30 y 50 del siglo XX, dedicando la producción en su mayoría a calzados de vestir y labranza, de cuero y suela, y otros de piel con planta de goma tomada de las ruedas de los camiones, para trabajar en plataneras y campo. En los años 80, con la llegada de la importación, el cambio de modelo comercial, la emigración o el incipiente boom del Turismo, la profesión fue desapareciendo de manera gradual.




domingo, 10 de marzo de 2019

23.- Logos y marcas de calzado eldense: Noguerón, José Leal Rico - Voluntad. José Amarillo - Ollirama.



                         

La marca "Noguerón”, fue una de las que alcanzó más prestigio en la década de los años 60 y 70 del siglo XX.
Esta industria la iniciaron los hermanos Santos Noguerón: Roberto, Manolo, Liberto y también Octavio; en la calle Quijote, frente a la Iglesia de la Inmaculada de Elda, lo que sería su primera fábrica para la marca llamada Pitusín, solo zapato de niño en la primera calzadura con el nombre de “Hijos de Manuel Santos”, Octavio, se separó de la empresa y seguió con el zapato de primera calzadura, pero cambiaría la marca a Octavín. En el año 1959, la fábrica estaba confeccionando un cuidado zapato de señora, tras pasar por los de series y en la 1ª Feria Nacional del Calzado, consiguió el Primer Premio, consistente en una placa  y medalla de oro, otorgado al zapato más perfecto presentando al Certamen que se convocó con motivo de esa Primera Feria.
En los primeros años de la década de los 60, la fábrica estaba ocupando dos locales en las llamadas “casas de Pertejo”, un complejo construido en la zona de la Fraternidad (la parte derecha subiendo y al final de la Gran Avenida).
En el año 1966 se construyó un nuevo edificio en la calle Capitán Cortés, esquina con calle Murillo.
Esta Empresa fabricó un modelo de zapato de novia, en tafilete blanco, con dos aros en la pala y ramas de azahar; que la embajada de Bélgica en España encargó para la boda de la Reina Fabiola. Aquel modelo se llamaría Fabiola y todas las novias del momento querían uno igual para el día de su boda.
                           
La firma Noguerón que llegó a tener más de 100 trabajadores, vendiendo zapatos a Suecia y más tarde al mercado Estadounidense además del mercado español..

Una fábrica y una marca "Voluntad" que no debe caer en el olvido, se trata de una fábrica que existió antes de la Guerra Civil y que estaba instalada en la calle Zorrilla, a la altura del número 15. Fabricó un esmerado zapato de lujo para mujer y se convirtió en una cooperativa, con el nombre de "Cooperativa de Fabricación - Voluntad", como un claro mensaje de la fuerza de la voluntad que un grupo de trabajadores eldenses hicieron levantar esta industria para ofrecer los mejores calzados de mujer y con ello contribuyeron a fijar esas cualidades de calidad y diseño en nuestra industria zapatera. José Leal Rico estuvo al frete de esa empresa que desapareció tras la contienda civil.

La empresa de José Amarillo se fundó en la década de los años 50, para fabricar un cuidado zapato femenino, la marca de fábrica era  "Ollirama", es decir, amarillo al revés.  Fue una industria que participó en los primeros años de la implosión de las ferias del calzado en Elda. La marca se representaba circunscrita en un escudo con fondo rojo y encabezado por la palabra "Calzados" con el nombre de marca en  el centro.

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