viernes, 17 de abril de 2015

¿Cómo nació la industria del calzado en Elda?

     

     Se ha escrito mucho sobre la posible aparición de los primeros zapateros en la villa de Elda, aquellos que serían los pioneros en la industria de fabricación de calzados de nuestra ciudad. Se han buscado hechos similares ocurridos en otras ciudades zapateras de nuestro entorno. Lo cierto es que en la mitad del siglo XIX, algunos pueblos inician su actividad con el paso de la alpargata, hecha con piso de esparto, al calzado. Pero en Elda, a pesar de tener sus montes con esparto que vendía a otras ciudades, la tradición alpargatera no fue la que nos encauzó a la fabricación del calzado. Nuestra profesión, por las especiales características que rodearon a la villa de Elda en aquellos años, surge como una necesidad acuciante y una búsqueda urgente de una mínima economía, que diese alimento a una parte de la población que acababa de perder su principal riqueza, la agricultura.
       La huerta de Elda era rica, pero escasa. Sin embargo,, los pobladores de aquellos primeros años de 1800, sustentaban su riqueza en esa débil agricultura. Pero la desecación de una gran salina en Villena, realizada de forma incontrolada, secó los cultivos de los pueblos del medio Vinalopó y arruinó a muchas familias eldenses que vivían de los productos del campo.
     Tras las salida de agricultores a otras poblaciones, en busca de sustento para sus familias, en algunos lugares del casco viejo de la villa aparecieron algunos innovadores que comenzaron a hacer zapatos para vender en los mercadillos de los pueblos colindantes. Más o menos a aquellas personas se les tachaba de "lunáticos", ya que no se concebía que con el producto de aquellos zapatos (especialmente para niños en los primeros momentos), se pudiese crear una mínima riqueza.
      Los zapatos se hacían a las puertas de las casas, en su confección intervenían los familiares de los zapateros (mejor dicho aprendices de zapateros), que con gran imaginación iban perfeccionando su estilo. También se unían algunos amigos o vecinos y así la improvisación se iba extendiendo. Las ventas en pueblecitos como Salinas, Sax o Monóvar animaban a seguir confeccionando más zapatos, tanto para niños como para mayores. Lógicamente los pocos zapateros remendones que había en la villa de Elda, marcarían las pautas del trabajo.
     La comercialización de la máquina de coser (primero cosiendo vestidos y zapatos, siempre con el mismo tipo de máquina), aparece en el año 1840.En el año 1858 se pone en marcha la línea férrea Alicante - Almansa, con la que las comunicaciones, y el proceso de ensamblaje darían un impulso a la fabricación y a la comercialización de zapatos. Nuestros zapateros ya podían viajar con mejores medios a lugares más alejados.
     Aquellos núcleos de zapateros irían creciendo y a finales de aquel siglo, el XIX, la industria de fabricación de calzados en Elda sería una realidad. Ya en la última década del siglo habían fábricas de calzados en Elda que emplearían hasta 500 personas y producirían miles de zapatos de todas clases (en aquellos años los tipos de calzados de niño, caballero y señora se mezclaban dentro de las mismas naves industriales).
     Si aquellos pioneros de la industria del calzado, hubiesen buscado su trabajo y su riqueza, en otras fuentes diferentes al calzado, Elda probablemente hoy sería otro tipo de ciudad. 

     El calzado no solo ha consolidado nuestra economía como ciudad industrial, sino que ese oficio tan unido a la creatividad, al diseño, a las formas y al ser humano en su afán de innovar ha conferido a nuestro pueblo unas cualidades únicas y excepcionales que rondan la actividad artística. Pero Elda ha ido más allá, sus pobladores que se nutrieron de muchas personas que llegaban a la ciudad en busca de trabajo y fortuna, han proyectado un dinamismo que difícilmente es comparable con otras ciudades de nuestro entorno.
      Durante muchos años, hemos sido admirados, respetados e incluso envidiados. Elda creció de forma extraordinaria gracias al tesón de sus habitantes y Elda se posicionó en el orden internacional, gracias a su creatividad y a su forma de generar nuevos horizontes: las Ferias del Calzado y las instituciones que rodean al sector zapatero son buena parte de ese dinamismo creado desde Elda, para todo el sector zapatero.
     Es importante volver a sentir ese legítimo orgullo del que sabe que vive y trabaja en una ciudad excepcional, con gentes excepcionales y por la que se sacrificaron cientos de eldenses en el pasado, y que si pudiesen alentarnos nos reclamarían mayores esfuerzos y sacrificios para seguir luchando por nuestra industria y por nuestro pueblo.
* Publicado en el Blog "Calzado" del semanario Valle de Elda