Desde un pequeño taller en Elda hasta una marca reconocida internacionalmente.
Con un socio y amigo, Antonio Castello, Pedro García instaló su primer taller en los bajos de su vivienda familiar, donde comenzaron fabricando zapatos de niño. Poco a poco, la empresa creció y se consolidó. J. Mª Amat recuerda: “Era impresionante ver a Pedro García siempre trajeado y con pajarita, controlando personalmente la calidad en la fábrica. Para él, cada zapato debía ser impecable.”
Primera ubicación del taller donde comenzó a fabricar zapatos en la calle Hilarión EslavaA lo largo de los años, la empresa Pedro García se destacó por su innovación y por la capacidad de adaptarse a los cambios de la industria. La fábrica implementó sistemas pioneros de control de producción y fue un referente en la fabricación de calzado de caballero y señora. “Su mayor especialización fue el calzado de caballero, que se convirtió en un verdadero referente en Elda y en España. Más tarde. La fábrica también produjo calzado de señora y botier”, comenta Amat.
En 1982, a petición de sus trabajadores, recibió la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo.
Hoy, la marca Pedro García sigue siendo un ejemplo de excelencia y tradición familiar, con presencia en Europa y Estados Unidos. J. Mª Amat concluye: “El legado de Pedro García Amat sigue vivo gracias a sus hijos y nietos. Su historia demuestra cómo la visión, la pasión y el esfuerzo pueden transformar un pequeño taller en una empresa de renombre internacional”.



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