domingo, 16 de marzo de 2008

GENTE Y TERRITORIO (Mesa redonda en El Museo del Calzado. 2004)

LA INDUSTRIA DEL CALZADO EN ELDA

Para conocer nuestro siglo y medio de trabajo es preciso dar un ligero repaso a nuestros orígenes como ciudad zapatera y configurar nuestra industria desde sus albores.
Elda, en el siglo XX, ha sido motor de la inmensa mayoría de acontecimientos importantes en el sector, de aquí han salido todas las Instituciones, Asociaciones y Organismos que han dado vida al sector calzado, incluso en los momentos actuales, la autoridad moral de nuestra industria no se pone en duda y los eldenses estamos tan acostumbrados a intervenir en el sector que incluso en situaciones como las actuales, en las que nuestra hegemonía productiva ha pasado a otras ciudades y algunas Instituciones sectoriales se han desplazado también fuera de Elda, esta ciudad sigue marcando en determinados aspectos una vida activa del calzado.
Aunque no está totalmente definido el arranque mismo de esta industria, sí se sabe que Elda hasta casi mediados del siglo XIX era una ciudad agrícola y ganadera con escasa actividad industrial.
Desde 1.858, fecha en la que llega el tren a Elda, se convertiría en el medio más seguro y rápido para el transporte de las mercancías, incluidos los zapatos que se vendían en otras ciudades.
Los primeros indicios que aparecen como fabricantes de zapatos en la villa de Elda, datan de 1.867, pero esto no quiere decir que anteriormente no se realizasen zapatos en manos de aquellos maestros zapateros que figuraban como tales en la matrícula industrial anterior a esa fecha.
Los principios de nuestra actividad industrial serían en zapatos de niño principalmente, aunque las fábricas de final del siglo realizarían zapatos de “todas las clases”, esto nos figuramos debía ser una pequeña “torre de babel” en la que las industrias realizaban casi de todo, con una calidades medias, basadas en zapatos que debían ser resistentes y duraderos.
La llegada de trabajadores procedentes de Almansa y sobre todo de Mahón, a finales de siglo, elevaron la calidad del zapato fabricado e incorporaron una mayor experiencia y práctica a determinadas fases de la fabricación.
La inmigración de trabajadores a Elda proveniente de otros lugares empieza a notarse ya a finales de siglo, aunque tiene su mayor incidencia en la primera década del siglo XX.
Las crisis en la industria local ya empiezan a aparecer a partir de esa segunda década del siglo, los acontecimientos bélicos en Europa dieron trabajo a Elda, concretamente se fabricaban botas para el ejercito francés; aquellos años vienen marcados por huelgas constantes, teniendo en cuenta que a finales del siglo anterior ya hubo una fuerte reivindicación laboral.
En 1.920 se crea la “liga de la alpargata” en Madrid y esto supone un nuevo problema para las industrias locales, esta liga pretende el empleo de la alpargata en plan masivo, ante el encarecimiento constante de los zapatos de piel, afortunadamente este hecho duró muy poco y pronto quedó olvidado.
A partir de los años 20 se produce un nuevo rebrote de la actividad zapatera en nuestra ciudad y se llega a los años 30 con un aumento considerable de población.
Los empresarios se organizan y crean la Asociación Patronal de fabricantes de calzado de Elda y Petrel, fundada en el año 1.924 con 65 asociados.
En el año 1.930 se produciría la conocida como “la huelga del hilo”, iniciada por las aparadoras que se negaban a que se les cobrase el hilo que se empleaba en el aparado o que lo pusiese la propia trabajadora, esta huelga implicó a más de 8.000 trabajadores no solo de Elda y Petrel, sino de otras ciudades y comarcas que se solidarizaron con Elda.
Elda que era la ciudad zapatera por excelencia en la provincia de Alicante, estaba comandada por una nueva generación de industriales que copaban los cargos políticos en los Ayuntamientos y Sociedades locales o el propio Banco de Elda, constituido en el año 1.933.
Comenzada la contienda civil y con el pensamiento de que el Gobierno de la República acabaría de forma rápida con la revuelta, se decide crear el Sindicato de la Industria del calzado de Elda y Petrel SICEP para que esta sociedad prestara servicios financieros a las fábricas de calzado para pago de salarios y compra de materiales y también comercializase los zapatos elaborados, D. Tomás Guarinos Maestre, realizó un excelente trabajo al frente de ella.
El resurgimiento comienza a principios de los años 50, con una enorme carestía en materias primas pero se inician contactos empresa a empresa con la nueva Europa primero y Estados Unidos más adelante.
Al finalizar el año 1.958 se calcula que en Elda por temporada se realizan más de 60.000 modelos diferentes de zapatos ; de esta cantidad, el 60% son pedidos inferiores a 100 pares por modelo; un 20% siquiera se pide un solo par y únicamente el 10% de todo el muestrario puede superar los límites de la rentabilidad.
En el año 1.959 surge la posibilidad de crear la semilla de las Ferias de Calzado en España y Elda se apresta a servir de trampolín con esa primera Feria local o más bien llamada Concurso Exposición de Calzados, desde el Ayuntamiento se organiza una exposición de zapatos representativos de las industrias de Elda y un Concurso de trabajos con premios a las Empresas y a los Trabajadores.
Tras el éxito de esta convocatoria local, se planteó la necesidad de asistir a la próxima Feria de Chicago; “Elda spanich shoes capital”, esta feria marcó, el despertar de nuestra exportación de forma generalizada.
La creación de la Cooperativa de la Industria del calzado C.I.C. que se llamó “Elda Exportadora”, fue uno de los primeros logros del año 1.960. Los comentarios y la repercusión de esta I Faria Nacional fue enorme y la euforia se empezaba a desatar entre los organizadores, “por fin Elda estaba encontrado su camino”.
El nuevo edificio Ferial que debe albergar todos los Certámenes zapateros, debe construirse con la mayor celeridad y se plantea la posibilidad de edificar la Feria en los terrenos que ocupa el estadio de futbol, llamado “El Parque”.
La petición de España para su posible incorporación al Mercado Común Europeo, crea unas ciertas intranquilidades en el sector zapatero de nuestra ciudad. También se espera con cierta expectativa la anunciada reconversión de la industria zapatera dentro de lo que se ha dado en llamar el Plan de Desarrollo Económico.
Las Ferias del calzado se suceden unas a otras, en la V Feria del Calzado, la novedad es la inauguración del nuevo recinto construido en 153 días, en lo que era el Campo de Futbol “El Parque”, también a principio del año 1.966 empieza a trabajar, el Centro Promotor de Exportaciones de la FICIA.
XII FICIA Septiembre de 1.969, comienzan los primeros conflictos internos por el trato discriminatorio que sufren algunas empresas a la hora de contratar los espacios o las filtraciones que se producen a determinados medios en detrimento de otros, pero las convocatorias en Elda se incrementan.
Los industriales eldenses siguen teniendo dificultades incluso en asistencia a otras Ferias, así en Dusseldorf, no han podido exponer en los pabellones feriales y lo han hecho en hoteles. para colmo de problemas, arrecian las críticas a la ubicación de FICIA en Elda, aluden a falta de infraestructura hotelera y a problemas de comunicación.
Es tan profunda la crisis y tan profunda sus consecuencias, la creación de la Asociación Provincial de Fabricantes de Calzado, da la presidencia a un eldense, Manuel Bonilla. Los primeros enfrentamientos entre dirigentes de las diferentes Asociaciones por motivos de representación, empieza a aparecer en la vida del sector, casi siempre se trata de personas de Elda.
En el año 1.978 se produce la noticia fatídica, dada la falta de infraestructuras hoteleras y de servicios, el Ministerio autoriza a realizar dos Ferias más del Calzado, una en Madrid y otra en el Palma de Mallorca.
Con la “guerra de ferias” y la crisis del calzado instalada, ahora es el Mercado Común el que quiere imponer tasas arancelarias a los zapatos que entren en su zona de influencia. En esos años es casi más angustiosa la situación de las Ferias y las crisis de las Instituciones zapateras que la propia crisis del calzado.
Al final las ferias de Elda encuentran su nuevo emplazamiento en Torrellano. La década de los años 90 transcurrió en un ir y venir entre Elche y Madrid.
La asunción de Rafael Calvo de la Presidencia Ejecutiva y el apoyo incondicional de los Presidente de las Asociaciones locales zapateras, le dan un poder absoluto en el sector, incluso con la capacidad de ser el interlocutor válido ante las autoridades centrales y autonómicas en materia de calzados. Sin embargo AMEC como asociación de diseñadores permanece crítica en sus demandas.
Los años de bonanza surgidos de aquellos años 80 experimentan momentos de decaimiento en nuestra ciudad, sobretodo en la tercera parte de la década, pero la crisis se supera y la industria local se ha visto fortalecida hasta estos últimos años, a partir del siglo XXI, las crisis que se sucedían por cotizaciones de la moneda americana, por el encarecimiento de las materias primas o por los momentos de inflación por los que pasa la economía mundial, se enfrenta ahora a una nueva etapa que afecta a la estructura misma de la industria y en la que la de Elda puede salir fortificada, encontrándose en una situación de mayores posibilidades; los mercados asiáticos amenazan con eliminar las producciones de zapato de precios bajos y medios, quedando solamente la posibilidad de competir con la calidad y el diseño.

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