Vista
de la Sala 1 del Museo del Calzado. La
Maquinaria
A poco que indaguemos a través de
las redes sociales veremos que la mayor parte de los museos importantes en Europa y en España especialmente, existe
una labor encomiable de voluntariado llevado a cabo por expertos o simplemente
por personas de buena voluntad, que
deseen colaborar con una obra necesaria para la comunidad en la que viven o
para la cultura en general. Pero además de los museos importantes también
encontramos una labor de voluntariado en otros de carácter regional o incluso
local.
El trabajo
con los voluntarios es un proceso que es beneficioso tanto para el museo como
para los propios voluntarios.
Visita guiada a exposiciones
temáticas del Museo del Calzado
En el caso de nuestro Museo del Calzado la
labor del voluntario es sumamente importante y además fundamental y urgente.
No vamos a extendernos en la
situación económica por la que atraviesa el museo. Pero si decir que los fondos
de los que se nutre el mantenimiento de la institución corren casi
exclusivamente a cargo del Ayuntamiento de Elda, con aportaciones mínimas, a mi
entender, de la Diputación de Alicante y alguna empresa privada que, dicho sea
de paso, no tiene nada que ver con el calzado. En la actualidad no podemos
contar con subvenciones de otro ámbito debido al recorte de otras
administraciones y desgraciadamente tampoco disponemos de recursos provenientes
del sector zapatero, ya sea a nivel institucional o directamente del
empresariado. Pero no es el momento de analizar estos hechos y mucho menos de
buscar las causas y las consecuencias. Ahora de lo que se trata es de volcar nuestra imaginación para que el
Museo del Calzado funcione.
Hay cuestiones importantísimas que
no admiten demora y que en la actualidad deben cubrirse con la mayor
profesionalidad, me refiero a las labores propias del voluntariado: visitas
guiadas, ayudas a la catalogación, al proyecto museográfico, etc..
¿Cómo se
puede iniciar el voluntariado?. A mi entender hay dos caminos: el
primero pasaría por coordinar con las Aulas
de la Tercera Edad, la colaboración de personas mayores que hayan sido
profesionales del calzado y deseen ayudar al museo de su ciudad; en segundo
lugar una llamada general a todo aquel que teniendo conocimiento mínimos de la
industria del calzado, coincida con el propósito que aquí se plantea.
Sería gratificante, tanto para el
voluntario como para el museo e incluso para el visitante, que personas voluntarias les diesen la
bienvenida en las visitas al museo, las acompañase en sus recorridos y les
explicase alguna de las secciones de la muestra. Ese "trabajo
voluntario" estaría reglado y circunscrito a un horario que se
establecería entre el museo y el voluntario.
Por último decir que en junio del
2000, ya se puso en marcha una experiencia parecida y las tres o cuatro
personas que se involucraron en el proyecto recuerdan con cariño y
satisfacción, las horas vividas en el Museo del Calzado.
* Publicado Valle de Elda, Julio de 2017
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