jueves, 27 de agosto de 2020

Otra oportunidad perdida

 

Los dos últimos trabajos publicados en este blog alertaban sobre la imposibilidad de realizar una Feria del Calzado presencial, no solo en España, sino en el resto del mundo. El 22 de abril con el titular "A modo de reflexión: ¿Cómo serán las Ferias del Calzado tras la pandemia?" ya se advertía de los problemas que conllevaría poder asistir a ferias presenciales de forma multitudinaria; más adelante con el título "Elda organiza la primera Feria Virtual Internacional de Calzado" publicado el 23 de mayo volvíamos a insistir en lo mismo, pero esta vez, aplicando criterios realistas y aportando una serie de posibles ventajas para que Elda fuese la primera en dar el golpe de efecto y crease una Feria Virtual de Calzado.

Ni esperábamos entonces, ni esperamos ahora, una reacción de los sectores zapateros de Elda para poner en marcha estas iniciativas, sencillamente porque han sido muchas las propuestas que se han lanzado desde estas páginas de Valle de Elda y absolutamente ninguna ha tenido el menor eco.

El sector zapatero de la industria del calzado comarcal está desaparecido y las propuestas caen en saco roto, no parece importar a nadie que Elda y comarca recupere su voz, ponga su reloj en hora y actúe como lo hacen otras comarcas zapateras dentro de nuestro país. Hemos sido testigos hace un par de días que en la vecina ciudad murciana de Caravaca de la Cruz, su Ayuntamiento y algunos industriales de calzado ponían en marcha lo que llamaron "La primera Feria Europea del Calzado", un titular que en sí ya es mucho. Hoy mismo la Feria del Calzado EFICA en Argentina, una de las mayores de Hispanoamérica, crea una Feria virtual Internacional de Calzado, y si las cosas no se aclaran, como desgraciadamente parece con respecto a la COVID-19, pronto leeremos como otras ciudades de Europa y América ponen en marcha lo único que cabe hacer, Ferias Virtuales para tratar de canalizar sus ofertas y lanzar sus colecciones. Pero eso aquí parece no entenderlo nadie.

Leíamos en titulares hace unos días la enorme preocupación que genera el cierre de algunas sucursales bancarias en determinados barrios, pero ¿acaso no es más importante que nos preocupemos por el cierre de nuestras fábricas? ¿Por qué no se dedican esfuerzos a esto mucho más que a lo otro, que será una consecuencia de lo primero?

No estamos haciendo bien las cosas, y lo digo con amargura y pesar porque esta industria es de todos los que trabajan en ella, los que viven en los pueblos zapateros y soportan situaciones difíciles sintiéndose impotentes ante tanta pasividad.

Es necesario y urgente reunir a los empresarios de calzado y afines, a todos, proponerles medidas que alienten la creación de estrategias que generen trabajo, empleo y riqueza y para ello hay que escuchar a todo el mundo. No es de recibo excusarse con frases como "ante el problema del calzado deben ser los fabricantes los que lo decidan" porque aplicando esa misma norma habría que decir ante la preocupación por el cierre de sucursales bancarias "los problemas financieros deben ser los bancos los que lo decidan", sin embargo se discrimina en función de proclamas electoralistas o de otro tipo. Seamos capaces de aglutinar iniciativas y aunar intereses ante lo que se avecina.

Al final, todo esto supone propuestas sin destino, que quedan en la mesa de la nada, pero siempre nos asiste la razón de los hechos denunciados y las hemerotecas que nos lo recuerdan.

No hay comentarios: