Exposición "100 años 100 zapatos.
1904-2004". Museo del Calzado
Un eslogan que nos debe animar a
poner en marcha medidas extraordinarias para retomar la creación de empleo en la comarca, pero especialmente en
las ciudades de Elda y Petrer.
Vamos a tratar (una vez más) de
concretar algunas de las ideas que se han barajado en los últimos meses y es un
deber de todos los eldenses poner el mayor entusiasmo en que las ideas se conviertan en realidades.
Esa implicación de TODOS incluye a
los eldenses y petrerenses que vivimos o sentimos el calzado y la marroquinería
de calidad, como un camino para superar el estancamiento. El proyecto que entre
todos estamos elaborando no es
excluyente y nos incumbe a los habitantes de este valle, ya que de los
aciertos y de los fracasos dependerá nuestro futuro. Necesitamos también las
críticas contrarias al proyecto, si bien deben tener la misma intencionalidad "la búsqueda del bien común y un
futuro mejor para nuestros hijos y nietos".
Estos son básicamente los
planteamientos:
1.- Crear una denominación de origen (para identificar la procedencia
del zapato y del bolso)
2.- Dirigir la oferta hacia los posibles compradores desde esta zona
(el prestigio de nuestras ciudades nos avala). Esta redirección pasa por una exposición de zapatos y de tendencias
(y quizá bolsos), desde Elda para España y Europa, eventos que no están reñidos
con las ferias tradicionales de Momad shoes o la exitosa Futurmoda y mucho
menos con la instituciones que las organizan que a mi juicio deben implicarse
en estos proyectos.
3.- Realizar una extraordinaria labor de marketing, antes y durante los
preparativos de la muestra para que llegue a todos los rincones donde haya un
comprador de esos artículos. Las inmediatas pretensiones no son otras que las
de mantener y afianzar el prestigio de los zapatos fabricados en la comarca,
puede llegar a perderse con el tiempo en aras de otras ciudades con mayor
empuje y producción.
4.- Analizar los costes que todo ello puede acarrear y
"embarcarse" en un proyecto que a medio plazo redundará en beneficio
del emprendimiento y consolidará las bases de calidad de nuestro zapato y bolso.
5.- Ante la falta de ayudas y
subvenciones a iniciativas culturales que contribuyan al prestigio de nuestro
calzado, crear la Cátedra de Calzado del
Medio Vinalopó, con el fin de implicar a la Universidad y al empresariado
en proyectos concretos de divulgación y apoyo a los sectores zapateros y
marroquineros (una bolsa económica que se nutra de donaciones y resuelva en
parte el problema que se plantean para poder realizar eventos o publicaciones
que contribuyan a los sectores implicados en esta comarca).
6.- Ante la pérdida de las
Asociaciones de Fabricantes en la zona, por la creación de la asociación
valenciana AVECAL, crear una Cámara de
Comercio exclusivamente del Calzado que colabore con las asociaciones de
empresarios y que gestionen actuaciones puntuales en apoyo del sector zapatero
en la comarca.
Con el desarrollo de estos puntos
aunque no se garantice un cambio de tendencia en el empleo de forma inmediata,
se posibilita mantener la llama de prestigio
en el calzado fabricado en el Medio Vinalopó, el acceso al emprendedor para que sus ideas tengan un soporte y un
escenario que ayude en su desarrollo, en definitiva, el impulso de nuestros
fabricados, de nuestra ciudad y de los servicios.
Elda necesita un revulsivo que genere ilusión en su futuro. La imparable
pérdida de población no se frena con la una llamada a la inmigración, si esas
personas que hipotéticamente pudieran llegar no tienen trabajo continuo,
tampoco solamente con reducciones de impuestos o precios de viviendas, por las
mismas causas que apuntamos. Para que una población crezca, como son los casos
de otras ciudades industriales de nuestro entorno, lo que hay que hacer es
crear las condiciones para mantener lo que nos da empleo y eso, aunque sea a
medio o largo plazo, debe iniciarse sin demora. La situación de la comarca merece un foro
específico para tratar este asunto, con aportación de ideas que pudieran ser
contrastadas, con el seguimiento de ejemplos que aparecen en ciudades de Europa
que sufrieron los mismos efectos por los que pasamos ahora, incluso críticas
constructivas que arropen o desestimen todo esto que ahora proponemos. Lo
contrario nos conducirá a un triste final que nos desembarcará en una Elda con
menos industrias y naturalmente con menos población.
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