Estamos asistiendo estos días, desde una importante ciudad
zapatera, a una campaña iniciada para identificar a la población con la
producción y fabricación de calzados; se trata de la puesta en marcha de una
serie de actuaciones para potenciar "La Ciudad del Zapato" y eso no
deja de ser una brillante idea que en Elda, hemos venido impulsando desde hace
muchos años, empleando todos los medios que supimos o pudimos poner en
práctica.
Hasta el año 1991 quizás esa identificación no fuera tan
necesaria, ya que entonces todavía teníamos las Ferias del Calzado que hablaban
por la ciudad y sus habitantes, pero a raíz de la desaparición de las
exposiciones feriales, Elda dejaba de ser una población objetivo de visitantes
y compradores, para transformarse en un pueblo más en los que hay una industria
destacada de fabricación de calzados. ¿que nos diferencia de los demás?, a mi
juicio son matices muy relevantes que hace de nuestra industria muy diferente
y, hasta cierto punto, exclusiva. No en vano la ciudad ha renunciado a la
fabricación de otro tipo de calzados que no sea el de mujer de las gamas media
y alta; en Elda no se fabrica caballero, ni zapato de niño (salvo excepciones),
aquella incipiente industria que empezó en el año 1840 con la producción de
zapatos para niños y, en poco tiempo, para todas las clases, aquella ciudad de
final de siglo XIX que llenaba sus fábricas de calzado de todos los tipos, se
ha ido depurando para llegar a la única fabricación de calzado de mujer de lo que se llama en el argot zapatero
"calzado de lujo", pues bien, y dado que este pueblo seguirá siendo
lo que es y la riqueza que se genere la generará desde esa única especialidad,
debemos... , tenemos la
obligación de potenciar y mantener nuestras señas de identidad para fijar de
nuevo los ojos del mundo zapatero, desde ahí pónganse los títulos y eslóganes
que se desee o que la imaginación nos depare, pero hagamos pueblo reivindicando
lo que mejor sabemos hacer, a sabiendas de que el mundo reconocerá ese merecido
prestigio.
Estos días también se ha hablado de que Valverde del Camino
inauguraba una gran escultura dedicada al boto, que es la identidad de su
industria, aunque también en aquella ciudad abundan otro tipo de fabricaciones
como la de los bolsos y marroquinería en general, sin embargo ese boto es el
símbolo de la población, es lo que les ha reconocido en el mundo y a ello se
aferran.
Quisiera desde aquí hacer un nuevo llamamiento a retomar la
ilusión y la esperanza en nuestra industria y marcar, como si de un sello de
garantía se tratara, la identidad actual de nuestra población, el zapato de
mujer de calidad, y para ello implicarnos todos en potenciar estas señas en las
redes sociales (a las que estamos volcados cada día y que sirven de excelente
correa de transmisión). Se me ocurre pensar, que esos zapatos que exhiben
algunas ciudades zapateras en exposiciones temporales, en plazas y esquinas, y
que se gestaron en Elda, se incorporen a nuestro paisaje urbano de forma
permanente, mejorando y ampliando sus unidades, de tal forma que el visitante
sepa lo que hacemos sin que haga falta decir una palabra, y también en lugar
visible (podría ser en la glorieta de entrada a la ciudad donde está ese gran
mosaico con el escudo de Elda) una escultura permanente de un soberbio zapato
de tacón de aguja, el sueño de nuestro amigo y colaborador que fue Luís García
Berlanga.
José María Amat Amer. Fundador del Museo del Calzado
* Escrito no publicado en prensa
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