La actividad zapatera en Almansa data
de mediados del siglo XIX, ya que hasta ese momento solamente
había en la población alguna tenería y zapateros a medida o remendones. Al
igual que sucedió en Elda y otras ciudades, se fueron desarrollando talleres
familiares y artesanales para autoconsumo local o para la venta en mercadillos
de poblaciones próximas. De ahí se pasaría a la creación de grandes y medianas
fábricas que daban acogida a los trabajadores que iban abandonando el campo
para incorporarse a esa recién creada industria. Como paso en otras
poblaciones, la línea férrea entre Madrid, Valencia y Alicante, desarrolló el
comercio y disparó las ventas de calzado creando más fábricas hasta convertirse
en una importante ciudad zapatera.
la
familia Coloma fue fundamental, siendo Antonio
Coloma Gil que, en 1815, era ya artesano zapatero y más adelante
desarrollaría una de las industrias más impresionantes de España. Pero Almansa
además se especializó en un zapato
elegante para hombre, un prestigio que hoy todavía permanece.
El
Ayuntamiento de Almansa encargó la construcción de una escultura, que fue
inaugurada en 1986, al escultor andaluz José Noja. Se trata de una estatua de bronce en la que se ve a un
viejo zapatero montando un zapato. Está
situada en una de las entradas a la primera fase del Polígono Industrial
"El Mugrón".
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